Min Yoongi, un reconocido escritor, conocerá al amor de su vida en el momento indicado.
Incapaz de recordar qué fue de él en el pasado y guiado por una cantidad de sucesos que lo harán dudar de su propia percepción de las cosas, deberá hacer frente...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
~ Un dulce cliché, cuando embelesas mis oídos con tus dulces palabras, no son más que un dulce cliché, y cuando tus labios pronuncian esas bellas baladas, en voz suave y profunda, ese encanto natural, talento cautivador de un hombre apasionado, ¿me amas a mi como amas a tu música?, ¿escribes canciones para mí? Dulzura que me enloquece, esos detalles que enamoran, no son más que un dulce cliché...~
Su primera cita, después de un largo tiempo, celebrando aquel día tan especial, después de salir juntos durante medio año. Su primer aniversario juntos.
Demasiado empalagoso, diría el Min Yoongi del pasado, más ahora pensaba todo lo contrario, al fin y al cabo, había descubierto un lado suyo que desconocía hasta ese entonces tras pasar todo ese tiempo junto al músico. Un lado tan sensible y romántico que creyó jamás formaría parte de él.
Reunidos una vez más en aquella cafetería, un entorno familiar y agradable para ambos, después de todo solían frecuentar aquel lugar desde hace tiempo.
Manteniendo una muy animada conversación, en medio de risas cómplices y uno que otro piropo, no dejaban de mirarse a los ojos, en busca de contacto, necesitaban de esa conexión como al oxígeno mismo. ¿Pero, cómo?, estaban en un lugar público y ciertamente el miedo a ser juzgados, a pesar de no ser tan grande, aún estaba ahí presente, de manera implícita.
Ambos disfrutaban de sus propias bebidas calientes, esta vez el menor optó por probar con algo nuevo, creyó que algo de café no le vendría nada mal, un capuchino no muy cargado, más cuando se lo trajeron y probó de él, su expresión fue bastante entretenida para el mayor; parecía como si el menor debatiera consigo mismo, tratando de descubrir si en verdad le gustaba o no, no era ni muy dulce ni muy amargo, algo suave, no muy cargado, pero extrañamente delicioso una vez siguió probando del mismo, desarrollando cierto gusto por aquella bebida.
Cada expresión suya era un completo dilema para el mayor, quería poder entenderlo más a fondo; saber que estaría pasando por su mente en aquel momento, todo el tiempo si fuera posible.
_ Y bueno, ¿qué tal tu café?
El menor formó una leve mueca en sus rostro que de inmediato fue reemplazada por un adorable puchero que derritió el corazón del hombre mayor.
_ A decir verdad, al principio no me gusto demasiado, pero ahora; creo que sabe mucho mejor de lo que imaginaba en un comienzo...
_ ¿En verdad nunca habías probado uno de estos?
Cuestionó el más bajo.
_ Jamás... pero ahora soy consciente de lo que me perdí durante años... Está delicioso.
*Tiene una hermosa sonrisa*
Pensó de manera fugaz el moreno.
Siguieron con la conversación de manera animada, hablando de cosas triviales mientras terminaban sus bebidas.
