RAIN -Yoonkook (Min Yoongi/Jeon Jungkook)-

26. THE TRUTH

_ ¿Es una broma? ¿Qué está pasando aquí?

Sentía que su corazón bombeaba la sangre a una velocidad casi inhumana, sensación que hasta el momento no recordaba haber experimentado a tal extremo en toda su juventud. Las manos le comenzaron a sudar a medida que un extraño escalofrío recorría su espalda y cuerpo entero. El oxígeno se hacía escaso, mientras que la visión se le hacía borrosa; sentía una presión en el pecho, luchaba por respirar y hacer que las bocanadas de aire, que el oxígeno llegara hasta sus pulmones, pero algo se lo impedía. Se sentía como un pez fuera del agua.

La lucha era en vano, su cuerpo comenzó a desistir, era desobediente y gradualmente se iba desconectando.

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El calor era insoportable, envolvente y sofocante. Sus ojos podían distinguir claramente una gama de colores brillantes, tonos de rojo vivo y naranja brillante. Llamas ardientes que lo consumían todo. Moriría falto de oxígeno y terminaría al igual que el rastro de ceniza y escombros en el que se había convertido aquella habitación. No había escapatoria.

Era el infierno.

Seguramente, ahora estaba destinado a morir calcinado sólo para revivir y volver a morir de la misma manera una y otra vez. Era su castigo, su castigo por un montón de cosas que había hecho en vida, nunca tan seguro de cual acción fue peor que la otra. Pero, ¿qué pecado tan grande había cometido como para terminar en ese lugar?

Un destello.

Un destello de esperanza, una pequeña luz que, como una brisa gélida se abrió paso en la pequeña habitación para apagar de a poco las llamas a su alrededor. La luz se volvía más intensa, más luminosa, pero no era molesta, simplemente estaba ahí. Era cálida y helada a la vez, tibia y reconfortante...

Era suave, no podía sentir su cuerpo, es más, ni siquiera sabía si sus extremidades seguían ahí, sólo podía enfocarse en sensaciones bastante difusas...

Poco a poco esa sensación de confort se fue haciendo más fuerte, más clara. La razón estaba ahí, frente a sus ojos.

Un muchacho de castaña cabellera lo miraba con ese hermoso par de galaxias. Ojos oscuros y profundos, una sonrisa tan dulce que le robaba el aliento y lograba enloquecer su corazón, aquella que podía doblegarlo y hacerlo flaquear al punto de querer quebrarse; volviéndose voluble, tan indefenso bajo su atenta mirada.

¿Estaba soñando, acaso?

Podía verlo acostado a su lado, mirándole con amor y cierto brillo travieso en su mirar. Sus hombros desnudos dejaban ver su pálida piel de porcelana en contraste con la cabellera marrón; mechones de cabello rebeldes que caían grácilmente, cubriéndole parte del rostro y esas dulces mejillas rosadas.

Era como uno de esos encuentros mañaneros, aquel que desearía se transformara en su rutina diaria y encontrarlo así cada día. Su cuerpo desnudo y cubierto en medio del blanco marfil de las sábanas de algodón y colchas de pluma suave.

En ese momento sólo quería acercársele y rodearlo con sus brazos, envolverlo con  el calor su cuerpo y poder tenerlo así para la eternidad.

Se acercó, al igual que el chico, no dijo nada, sólo parecía demostrar que al igual que él, necesitaba de su cercanía.

Lo miró cerrar sus ojos dulcemente, imitó su acción antes de poder sentir la perfecta unión entre sus labios. No necesitaba nada más que eso para sentirse vivo, sentir que su corazón volvía a la vida una vez más.

Fue entonces que despertó de aquel sueño.

Abrió los ojos con pereza, para encontrarse en medio de su habitación, solo.