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dEsCaRaDo 🙄

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Nuevamente, la entrada que sostenía en sus manos parecía esconder los secretos del universo. Taehyung había encontrado algo relajante en ver el pedazo de cartón rojo cuando creía que nadie le observaba. No quería dejarlo en casa, porque allí estaba vulnerable a que Sook lo confiscara. ¿Qué diría su agraciada mentora? Posiblemente le daría un desmayo. ¡Ir a una sucia feria! Inaceptable.

Taehyung se mantenía impasible mientras lo miraba, sintiéndose un poco como William Shakespeare. ¿Ir o no ir?

Él no quería un castigo. Dios, ya no quería más problemas con su padre. Las últimas semanas todo había sido tranquilo, pacífico, como se suponía que debía ser en una familia. Finalmente era el heredero de Yeong, un muñequito con un resorte en la cabeza que solo le permitía asentir.

Pero deseaba tanto ir...

—¡Qué tenemos aquí!

Taehyung jadeó asustado cuando la boleta le fue arrebatada de las manos; al levantar la cabeza, su mirada se encontró con la de Park Jimin. El pelinaranja, que sonreía como un tiburón, ondeó frente a él el valioso objeto como si se tratara de una insignificante bandera.

—Ow, ¿esto es una boleta?

—D-Dámelo, por favor —murmuró Taehyung con un poco de miedo, sintiéndose bastante como en una escena de película. Había burla en los ojos del mayor y algo de molestia, que combinados con su linda sonrisa podía convertirse en algo verdaderamente intimidante. ¿Cómo algo que resplandecía como un sol podía hacerte sentir en la oscuridad total?

—¿Vas a seguir evitándome o qué? —espetó Jimin colocando la boleta en su espalda—. Estoy bastante cansado de andar tras tu trasero mimado y que me ignores. Arreglemos esto de una vez.

El castaño exhaló para tratar de calmar su corazón desbocado. Estaba bien: estaban en la Academia, lejos de los ojos de su padre o de Sook. Podía hablar con él.

De príncipes y plebeyos - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora