25 - {III}

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MARATÓN 3/3





—¿Vas a quedarte a cenar?

Sooyoung se alzó de hombros. Las preguntas de Yeong siempre eran órdenes implícitas; él no aceptaba nunca un no como respuesta.

—¿Tengo otra opción? —murmuró con desdén, ganándose una mirada de molestia por parte de Yeong.

—¿Qué significa eso?

—Nada —respondió—. ¿Cenaremos con tu hijo?

—¿No estás demasiado interesada en él?

Sooyoung se movió por la oficina mientras husmeaba los adornos que veía, acariciándolos con la yema de sus dedos. Tenía curiosidad por Taehyung, no podía negarlo y Yeong era demasiado astuto para algunas cosas. Debía andarse con cuidado.

—Sería bueno que por fin nos presentaras —resopló fijando su atención en un portarretrato caído, el cual reposaba bocabajo sobre el estante en el que estaba. Lo tomó para verlo—. Después de todo, no puedes pretender que... —Las palabras murieron en su boca cuando vio la foto detrás del vidrio roto. Era una versión ampliada de la que Yeong guardaba en su billetera, donde se encontraba Chaewon, él y Taehyung, al parecer... ¿Pero qué demonios hacía Seokjin, el amigo de su hijo, ahí?

—¿No puedo pretender qué? —Yeong llegó a su lado y frunció el ceño al verla boquiabierta frente a la foto. No dudó en arrebatársela y volvió a dejarla en la misma posición; no era algo fácil de ver para él.

Sooyoung, entretanto, no daba crédito a lo que acababa de ver. La primera vez que vio a Seokjin supo que lo había visto en otro lado, pero nunca lo asoció con la foto que vagamente Yeong le había mostrado una noche cualquiera. Miró a Yeong con los ojos abiertos en incredulidad. Sin duda el chico había cambiado un poco; no obstante, no había duda de que fuese él. ¿Pero cómo? Se suponía que estaba muerto...

—¿Qué pasa? —insistió Yeong al verle tan pálida.

Y es que Sooyoung se estaba imaginando tantos escenarios que ninguna de sus suposiciones alcanzaba convencerle. Rio nerviosa, dando un paso hacia atrás.

Moría por preguntarle si lo sabía. Yeong era un monstruo, eso estaba claro para ella, ¿pero reprimiría la existencia de su primogénito? ¿Era capaz de hacer eso? Y si la respuesta era afirmativa, ¿por qué razones lo haría?

—Solo... Chaewon era muy linda, ¿no?

—Lo era —Yeong se dio media vuelta para encaminarse hacia el comedor, no sin antes darle una mirada desdeñosa—. No menciones su nombre con tu sucia boca.





—Hyung, estás algo pálido. ¿Te encuentras bien? —murmuró Jungkook viéndole de reojo. Taehyung asintió varias veces y, aunque no le convenció, lo dejó pasar—. Bueno... Tenemos quince minutos antes de que cierren la feria. Vamos a la rueda de la...

—¡No! —El castaño frenó en seco, tirando de su brazo con algo de brusquedad—. Quiero ir primero al gusanito.

—¿Qué? —Jungkook lo miró escéptico, como por décima vez esa noche—. Pero si es un juego para niños...

De príncipes y plebeyos - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora