32

26K 3.8K 3K
                                    


Capítulo 100% nuevo (?





Jimin tamborileó sus dedos nerviosamente sobre la mesa, sumido en sus propios pensamientos aunque el de la idea de encontrarse en esa cafetería fue de él. Yoongi lo miraba con atención mientras bebía de su gaseosa, preguntándose si había sido buena idea salir de clases solo para cumplir las demandas del chico.

—¿Y... entonces? —instó en un murmuro, llamando por fin su atención. Los ojos grandes del pelinaranja le miraron con preocupación.

—Y entonces debo estar loco por estar considerando la idea.

—Oye, no me trajiste aquí para hacer las veces de psicólogo y diagnosticarte con esquizofrenia, ¿verdad?

—No, Min, solo... Bueno, Jungkook y yo queríamos pedirte tu ayuda...

Las cejas de Yoongi se alzaron con interés al escuchar el primer nombre.

—¿Conoces a Jungkook? Así como, ¿Jeon Jungkook? —inquirió con cierta sorpresa. ¿Ese mocoso dientón irritante se codeaba con este otro mocoso, más irritante y malévolo?

—Por desgracia...

El mayor asintió meditabundo. Si lo pensaba, al menos en ciertas cosas, ambos chicos se parecían; su comportamiento, por ejemplo. La diferencia residía en que Jimin había tenido que adoptar una actitud brusca para defenderse en el cerrado mundo de la aristocracia después de los problemas con Yeong; pero en esos momentos, donde el menor miraba con un mohín hacia sus dedos, jugando con estos como si fuera su única misión en la vida y preocupado hasta la médula por algo que aún no había soltado, podía decir que ese era el chico cachetón que había conocido hacía tanto tiempo. Sensible, vulnerable y algo retraído.

Jungkook, por otro lado... Era así por naturaleza, salvaje e impulsivo, como si supiera que podía llevarse al mundo por delante sin escuchar réplicas o reclamos. Jugando siempre al rey del mundo, alguien que creía firmemente que con mera fuerza de voluntad las cosas podrían cambiar su rumbo...

—Inútil, ¿estás escuchándome?

—Ah, pero ambos son igual de groseros...

Jimin rodó los ojos mientras bufaba. Ahora que había tomado un poco de valor, no pensaba desperdiciarlo viendo al peliverde divagar en su propio mundo. De antemano sabía que lo que Jungkook planeaba era una locura y no sabía si quería que Yoongi le rechazara o —peor— que les ayudara.

—Jungkook quiere demandar a Yeong —exhaló—. Y yo planeo ayudarle. Hicimos los trámites, pero somos menores de edad y créeme, ni su mamá ni la suya nos ayudarían si les pidiéramos eso. Necesito tu firma y tu documento de identidad. ¡Ayúdanos, por favor!

Juntó las manos mientras cerraba los ojos, aguardando por la respuesta. Sí, él se hacía una idea de lo que podría pasar si su plan fallaba, pero de todas maneras estaba arriesgándose. Quería creer que no sería en vano, que al final todos podrían pensar en Yeong como un molesto y amargo recuerdo.

Sin embargo, Yoongi no respondió. Cuando alzó la mirada se dio cuenta que los ojos del mayor estaban fijos en algún punto a sus espaldas; tenía la mandíbula tensa e incluso las papas fritas de su hamburguesa se volvieron puré cuando apretujó el recipiente de cartón entre sus dedos.

—Oh... —Quizá fue una casualidad, u obra del destino, el hecho de que Seokjin estuviera caminando hacia la caja. Su rostro estaba cubierto por un tapabocas y llevaba anteojos, pero no había duda de que era él.

De príncipes y plebeyos - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora