39 - {III}

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¿Alguna vez has visto porno gay?


Jungkook se detuvo a mitad de camino al escuchar esa familiar e irritante voz proviniendo del cuarto de Taehyung. En primera instancia, ¿qué demonios hacía Jimin allí? No era una grata sorpresa para él ahora que regresaba de su paseo matutino.

Y, por otro lado y lo más importante, ¿qué carajo acababa de decir?

—¿P-Porno gay? —Escuchó la voz titubeante de Taehyung y solo eso le bastó para hacer tronar su cuello. Realmente, Park Jimin era un pequeño diablo. ¿Cómo se atrevía a profanar la inocencia de su hyung de esa manera?

—Él no verá absolutamente una mierda, Park —declaró Jungkook irrumpiendo en la habitación.

El sonido que hizo la puerta al estrellarse provocó que ambos chicos pegaran un respingo y el corazón del pelinaranja sufriera un semi infarto cuando por poco deja caer el computador. Paso seguido, dicho artefacto le fue arrebatado de las piernas con brusquedad y sus ojos se encontraron con la dura y molesta expresión de Jungkook.

—Inoportuno como la mierda —siseó Jimin cruzando los brazos.

Taehyung se removió en su lugar, un poco incómodo. Ahora entendía por qué se llevaban tan mal y saber que él era la causa lo hizo sentir halagado, aunque también culpable. Por un momento, mientras los observaba retarse con la mirada y decirse cosas que no escuchó, vio a la misma persona.

Ambos chicos eran testarudos, arrogantes y altaneros, pero le habían ofrecido su ayuda de manera diferente. Cuando pensaba en Jimin, veía alguien en quien apoyarse, con quien desahogar sus penas mientras recostaba la cabeza en su hombro. En cambio, incluso en contra de sus miedos e inseguridades, Jungkook podía tomar su mano y tirar de él, hacerlo ver más allá de sus narices, mostrarle que había un largo camino frente a él y que debía recorrerlo.

Con Jungkook, Taehyung sabía que no caminaba solo..., pero si caía, Jimin estaría para consolarlo y animarle a levantarse.

Estaba agradecido con ambos, y si tuviera que elegir a uno de ellos... No podría.

—Así que será mejor que se lleven bien —Pensó en voz alta, y respingó al darse cuenta de esto. Con la discusión viéndose interrumpida por la voz de Taehyung, tanto Jungkook como el pelinaranja le miraron curiosos.

—¿Qué?

—Que será mejor que se lleven bien —repitió el castaño un poco más seguro. Se levantó de la cama para estar a la altura de esos dos y rodeó los hombros de Jimin con un brazo, mientras con el otro rodeaba al menor—. Porque sin ustedes... No sería lo que soy ahora. Gracias.

Jimin gimoteó con verdadero fastidio cuando Taehyung restregó sus mejillas haciendo ruiditos extraños. No entendía a qué se debía el repentino sentimentalismo del chico, pero se dejó hacer después de unos segundos. Nadie podía pelear contra Kim Taehyung, en especial si tenía tu cuello bajo una dolorosa y forzosa llave.

—Yah, hyung, duele —se quejó el pelinegro con voz ahogada, aunque entre risitas que finalmente lograron que los liberara.

—Eres un bebé llorón —bromeó Taehyung hacia él, dándole un golpe acompañado de una sonrisa.

Jimin también se dio cuenta de que no podía pelear contra otra cosa.

Y eso era lo que había entre Jeon Jungkook y Kim Taehyung.

No había manera de poder ignorar la chispa que brillaba en sus ojos cuando miraban el uno al otro, ni tampoco el sutil toque de cariño en esa sonrisa alegre por parte del castaño. De igual forma, parecía que el menor solo podía ver a Taehyung; incluso frente a ellos, Jimin se sentía invisible.

De príncipes y plebeyos - KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora