Día tras día esperó un mensaje devuelta. Abby dejó la timidez durante unos minutos para mandarle un mensaje a Justin, después de todo, prometieron seguir hablando y salir. Por parte se sentía culpable, quizá habló demasiado o él pensaba que no confiaba ¿por qué simplemente no le dijo que su amistad sería fatal? Eve y Courtney la intentaban animar a diario, pero hasta ella rompió la promesa de ilusionarse, al fin y al cabo, años pasaron para que un chico se arriesgara a hablarle. Igual el ojimiel estaba desinformado de la loca madre que la muñeca tenía.
Careen comenzó a frecuentar la mesa de las chicas de mala gana, haciéndola insoportable. La hermana de Justin se juntaba con ese tipo de personas que le harían la vida imposible a alguien si lastimaban a uno del grupo. Por lo menos, los chicos que estaban de ahí, les parecía atractiva la niña de los Bauers, la veían como una niña inocente que no haría nada y por parte tenían razón. Abby no entendía que pasaba en la familia Bieber y si alguien le explicara lo que sucedía ella se haría un lado.
—Abigail —odiaba que la llamaran así, ni siquiera era su nombre—, debes estar tan triste porque mi hermano esté ignorándote —se burló la menor—. Púdrete —e hizo lo inimaginable, volteó un frappe en su cabeza.
Se quedó en shock, observando su alrededor prestándole toda la atención a ella. Sollozó tapando su cara, la debilidad volvió a flote. Empujó a cualquiera que se interpusiera en su camino, nada importaba; acababan de humillarla.
El baño estaba repleto, por lo que se encerró en un cubículo así las chicas que se encontraban frente al espejo no se burlarían más de lo que lo estaban haciendo. Esperaría al toque de campana para limpiar su pegajoso cabello y su vestido que estaba arruinado. Recibiría unos reproches inmensos por aquello, su madre vendría a presentarse donde el director y realmente temía por lo que pasaría.
Respiró profundo decidida a salir, no se escuchaba ruido ya, por lo que supuso que estaba vacío. Que equivocación, frente a ella, Careen Bieber sonreía de forma perversa.
—Ojalá eso te deje claro que Justin está fuera de tu alcance, él jamás se fijaría en ti y en tu tonta familia, además si Doris viene a hacer escandalo; recuerda que mis padres son poderosos y hacen lo que quieran —la agitó brusca de sus hombros—. Que pena les daría saber que su hija la expulsaran por una santurrona.
— ¡Dejame en paz de una vez, Careen! —Gritó frustrada por el comportamiento de la chica—. Si él viene a mi es su problema, no tuyo y de las cosas que estén pasando en tu casa.
— ¡Callate! —La empujó tan fuerte que la dejó en el suelo, cerró la puerta dejando a la muñeca ahí.
Su espalda dolía y las lágrimas seguían cayendo por sus mejillas. Lástima era lo que le provocaba la pequeña Bieber, porque estaba defendiendo algo indefendible; la situación es diferente. Si esa chica supiera que son solo amigos, la trataría diferente ¿o me equivoco?
Courtney apareció, sentándose al lado de la muñeca. Se consideraba que son mejores amigas, era la única que estaba en todo momento apoyándola. No dejaba de querer al resto de las chicas pero Court tenía ese algo que hacía reconfortarla.
Abrazadas se levantaron; comenzó a mojar sus manos para quitarle los restos de café en el cabello de la castaña. Le ayudó a limpiarse sin importar las clases. Abby nunca estuvo en un momento tan humillante, intentaba alejarse de los problemas y ayudaba al resto cuando se le necesitaba ¿merecía lo que acaban de hacerle?
—Gracias por estar aquí —sonó su nariz antes de salir del baño—. Está loca, a pesar de lo que le dijimos sigue insistiendo.
—Amiga, necesita aprender la lección y escucharte. Sé que no eres así pero esa mujer aprende o por las buenas o por las malas y te diste cuenta que la primera opción fue un fallo total —por la cabeza de la rubia se ideaban planes, no permitiría que arruinaran a la pequeña muñeca.
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Sentimientos de una muñeca © j.b.
FanfictionNo dañes la imagen que me ha costado construir. Biebsirenz 2017 ©