Inspirado en "Wrong" de Zayn, recomendable para escuchar leyendo.
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Una vez más estaba sentado en ese club, bebiendo todo lo que le ponían en frente pero sin alcoholizarse gracias a esa malditamente genial capacidad que tenía para soportar el alcohol. Aunque claro que la vista podía ponérsele borrosa y ver más colores desfigurados que otra cosa.
Pero ella, ella nunca se le desfiguraba.
La veía, siempre la veía, era inevitable así como eran inevitables las ganas de follarsela. Y Zayn Malik no era de esos que se quedaban con las ganas.
Todas esas noches donde ella iba con esos vestidos sumamente apretados, sin ocultar las curvas de su cuerpo, sin ocultar lo hermosa que era. Bailando de un lado al otro, rodeada de sus amigos, rodeada de todos - porque todos la querían.
Aprovechó cuando se alejó de su grupo, listo para hacer lo que mejor sabía.
Cometer un error.
Pero ella lo valía, ella merecía serlo. Ella siempre lo hacía.
Estaba en la pista, mezclada entre las masas de gente, bailando sola y animada, con aquella canción lejos de electrónica, hecha para disfrutar del placer.
Y eso fue lo que la rubia sintió con el par de manos pesadas contra su vientre desnudo.-Nena.- susurró en su oído, permitiéndose besarle el cuello, apretándola contra él aún mientras ella contorneaba sus caderas.
Ella no respondió, solo continuó moviéndose, sin importarle saber quién era él. Bien ya lo sabía.
Sintió más besos en su cuello y cómo el cometido de fregarse contra él surgía cierto efecto.
El agarre en sus caderas se tensó tanto que ya no pudo contornearse y se vio de lo más avistada al cuerpo masculino. Él la estaba haciendo sentir lo que ya sabía que tenía.-No des vueltas.- murmuró en su oído ronco y ella mordió su labio.
Maldición, no podía hacerlo de nuevo.
-Vamos.- susurró casi en una orden, totalmente sugestivo y recibiendo finalmente una respuesta afirmativa.
Se habían mirado y en tan solo unos segundos ya no podía quitar su boca por sobre la de ella. Primero un roce y luego un beso tan profundo y agitado que se les mojaban las mejillas con el choque de bocas.
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Su cabeza impactó contra la metálica pared del ascensor, haciéndole doler pero sin importarle. La boca del moreno se cernía sobre la suya casi a la fuerza en una lucha demasiado húmeda. La besaba inhibidamente. La besaba casi sin poder parar, ahogándola con su propia boca.
Las manos no tardaron en acoplarse a los muslos femeninos y moldearle el trastero con fuerza. Ella gimió en su boca y sus piernas se enrollaron alrededor del duro torso.Él conocía tan bien ese hotel que no necesitó dejar de besarle el cuello para meterse con ella en la habitación. Suerte que nadie estaba en el pasillo.. pero igual, eso no les hubiera importado.
Tiró del top que cubría su pecho, brusco, hasta que cazó el cierre que unía el frente y pronto el firme par de senos se expuso ante él, listo para la ansiosa boca de aquel hombre. Preciosos, dorados, con dos pezones erguidos y colorados tras un par de mordidas que habían llegado hasta el esternón.
La falda se rasgó entre sus manos, literalmente lo hizo. Y si bien ella gimió en réplica, él ya se había encargado de romperle las delgadas bragas y arrojarla a la cama.
Mordió la piel de su estómago y su cadera, lamiendo en un camino bajo hasta cerrar la boca completamente sobre la suave y depilada hendidura. Lisa, caliente, hermosa contra su lengua.La rubia le enterró aún más el rostro contra su intimidad, presa del placer y la búsqueda de más. Pero ambos estaban demasiado ansiosos y tentados, calientes el uno por el otro.
Él se ocupó de los pantalones y camiseta, todo lo que le cubría el ardiente cuerpo. Estaba duro, y no podía ser menos estando con ella.
Su boca abierta cayó sobre la de la mujer y empujó la pelvis femenina contra su cuerpo para penetrarla.
-Ahh.-
Gemidos, gritos, jadeos, gruñidos. Todo se oía en la habitación, mientras Zayn desataba sobre ella toda su pasión, de la forma que tanto les gustaba.
A ambos le gustaba eso, a ambos les gustaba el sexo duro, a ambos les gustaba cometer tal error. No era por amor, no era porque ella lo estuviera buscando, porque sabía que Zayn no se lo daría, y menos así; pero no podía resistirse y prefería tenerlo de esa forma.
Las pelvis chocaban cada vez más rápido, con desenfreno, ambos presos de la búsqueda de placer. Aún más.
Él no se veía a sí mismo como un tipo hecho para amar, si no preparado para hacer gozar, lleno de problemas que solo lo impulsaban a ser más agresivo en la cama.
El beso sobre su boca quedó en la barbilla de la rubia, mientras ambos temblaban con los espasmos del orgasmo. Los dedos masculinos se enterraban en la cadera, apretándola más contra su cuerpo mientras el abdomen le temblaba con semejante descarga; se chorreaba por los muslos y parecía que el momento poblado de gruñidos no acababa más. Ambos se contraían pegados, los pechos fregándose, sus cuerpos vibrando.
Entonces en un rápido movimiento el cuerpo femenino estaba de palmas y rodillas sobre el colchón y él la envestía en su estrecho y más pequeño paraíso.
Estaba tan mojada.. tan húmeda y receptiva en todas sus partes, sensible pero justa para él. Tenerla así era tan satisfactorio para él como era para ella el meterse en su cama, en aquel desastroso error. Pero era en verdad eso lo que le gustaba.
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Los amplios vidrios de la habitación enseñaban una noche oscura aún presente a las casi cinco de la madrugada. Perrie echó una mirada más a la luna y se puso de pie, caminando el mueble frente a la cama, buscando lo que bien sabía él escondía. Aún sentía toda la humedad y la sensibilidad de sus enrojecidos pliegues, estimulados tortuosamente hasta hacía solo unos minutos.
Giró la argolla metálica en su palma y la apretó casi maldiciéndola. Caminó nuevamente a la cama y se la apoyó a Zayn en el pecho.
Los ojos oscuros aún tenían las pupilas dilatadas y la miraban tan fijamente que todo dolía.-Creí que lo habías entendido.. Podes tenerme hoy y cuando quieras.-
-Deberías dejar de hacerle esto a tu esposa.- murmuró.
-Nena..- su mano indiscreta acarició uno de los pezones despierto -Sé lo que soy, y no soy bueno.-
Perrie también lo sabía, ella misma había creído ser amada por él antes de que le rompiera el corazón, y así habían terminado.
Dormir con ella era un error. Pero no podía dejar de hacerlo, simplemente no.
Con ella había cometido muchos errores, ella era su error, si bien él también era tal. Pero maldición, ella era el único error que valía.Todo eso lo era. Errores que vivían por y para cometer nuevos errores, una y otra vez, solo porque hay errores que se sienten demasiado bien.