-¡Las Vegas!-
La rubia rió al ver a su amiga saltar a los gritos sin importarle la gente observándola en el aeropuerto.
-Vamos Pezz, ¡gritá conmigo!-
-Eleanor, todo el mundo está mirándonos.-
-Que miren, yo quiero festejar con mi amiga.-
-Yo solo vine por el alcohol y los strippers.-
-Maldita.- la castaña le golpeó en hombro chistosa y empezaron a caminar.
-Lo digo en serio.-
-A veces me pregunto qué hice para tener como mejor amiga a una mujer tan malvada.-
-Ser tan malvada como soy yo.-
Eleanor iba a casarse en la próxima semana y había planeado su propia despedida de soltera a lo grande. Había casi obligado a su futuro marido a hacer lo mismo. El plan consistía en pasar un fin de semana en Las Vegas, apostando y festejando con sus mejores amigos sin tener la oportunidad de dormir juntos; según Eleanor eso calentaría tanto las cosas entre ellos que su luna de miel sería tan explosiona que no serían capaces de abandonar la cama.
Louis no se había opuesto, después de todo ¿qué hombre se niega a rodearse de strippers y fiesta cuando su novia no va a quejarse por ello?Perrie había aceptado ir porque sabía lo importante que era para su mejor amiga que lo hiciera, y en parte, porque necesitaba ver más hombres desnudos. Hacía meses que ellos escaseaban en su vida.
El resto de las chicas viajaban en otro vuelo, junto al novio y sus amigos. Perrie lo agradecía, porque conocía demasiado bien a uno de los padrinos, y era detestable pensar que iba a tener que cruzárselo una y otra vez por el resto de su vida.
-Tomemos un taxi.-
El hotel era lujoso y moderno, puro vidrio y aluminio, luces de colores encendidas las veinticuatro horas del día. En cuanto llegaron, un hombre bien parecido y vestido muy formalmente les había recibido en la recepción del hotel y les había acompañado a su cuarto cargando con algunas de sus maletas. Y la habitación era espectacular, la pared que daba a la calle era prácticamente pura ventana y desde ella podía verse toda la ciudad las numerosas luces que tanto la caracterizaban; tenía una vista espectacular y una cama matrimonial en la que podrían dormir cuatro personas tranquilamente.
-Esto es estupendo.- murmuró Perrie, observando lo lindo que era el baño.
-Lo es, ¿verdad?-
-Esto ha de valer una fortuna Els, ¿por qué no dejaste que lo pagáramos?-
-En primer lugar, estamos compartiendo habitación así que de todas formas yo iba a tener que pagar por ella. Y en segundo lugar, Louis y yo podíamos pagar por cinco habitaciones.-
-Realmente deben estar pagándole bien en ese nuevo trabajo.-
-Nosotros pedimos hacer esto, así que no tendríamos por qué obligar a nuestros amigos a pagar por esto.-
-Creo que ahora te quiero un poco más que antes.- bromeó la rubia, acercándose a la castaña para abrazarla.
-Idiota.- le respondió, correspondiendo el cariño -Si iba a tener una despedida de soltera, no podía no tener a mi mejor amiga conmigo.-
-Yo no podía perderme los strippers.-
-Eso ya lo habías dicho.-
-Y lo decía en serio.-
La castaña rodó los ojos y se alejó para empezar a desarmar su valija.
-Cuando el resto llegue, vamos a ir a cenar y luego al casino.- informó.