CAPITULO XXXI LA PELOTA ROJA

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HACE SEIS MESES...

Desde que tenía memoria yo siempre recurría al miedo como una herramienta ya que era lo único que me lograba mantener seguro...

—Muy bien, Sujeto Doce; estamos listos para dar paso al experimento 720 —...en un lugar donde era visto como un simple ratón de laboratorio.

¿Y cómo no iba a tener miedo?

Tenía al doctor Marshall Evans, uno de los miembros más estrictos de La Zona, delante de mi; mirándome, desde el otro lado de la mesa, como sí estuviese esperando a que muriera en esta prueba porque ya la había realizado.

—¿Esta listo?

—Eso creo.

—En ese caso vamos a comenzar —Marshall colocó una pequeña pelota roja en el centro de la mesa—. En esta prueba usted debe de hacer explotar esta pelota, en un lapso menor a sesenta segundos sin hacer un solo contacto con ella...

—¿Qué?

—¿Hay algún problema?

—Sí, Sr. Marshall.

—¿Cuál es?.

—Yo realicé esta prueba la semana pasada.

—Lo sabemos, Sujeto Doce.

—¿Entonces por qué la debo de volver a realizar...? S-s-s-s-sí recuerdo que no la completé.

—Quizás el resultado de la prueba anterior no fue lo que nosotros esperamos, pero tuvo algo de trascendencia, ya que usted logró sobrevivir.

—Pero no pude con ese tiempo. Era demasiado.

—Sujeto Doce; el experimento 720 está programado para crear campos de defensa en los seres humanos usando el poder de la mente.

>>Usted ha realizado esta prueba cinco veces y, con la excepción de ese desmayo, nosotros quedamos complacidos al ver que logró destruir un objeto en menos de seiscientos segundos. Por eso es que queremos mejor su desempeño.

—Pero no logré hacerlo. Cuando lo intenté estuve a punto de morir..., Además los otros Sujetos...

—Los resultados que tuvieron los sujetos Trece y Diecisiete no fueron de igual trascendencia.

—¡Ellos murieron!

—Fallecieron a beneficio de La Zona; de la misma forma que otros Sujetos lo han hecho —desafortunadamente yo no lo veía de esa forma—. Así que como tal usted debe seguir, porque como mencioné antes usted tiene la oportunidad de trascender.

Marshall no tenía idea de lo que significada ser un sujeto de pruebas.

Para él yo solo era un simple peón.

—Tiene un minuto, comience.

Y las cosas no iban a cambiar.

No podía desperdiciar el poco tiempo en pensamientos tontos.

¡Debía de hacer estallar esa pelota!

—Cuarenta y cinco segundos.

Tenía la mirada enfocada en la pelota, sin pensar en otra cosa más que en una forma de hacerla explotar, como ya lo había hecho antes.

Pero el resultado seguía siendo el mismo...

¡...Nada!

—Quince segundos.

La pelota permanecía intacta.

No se movía.

—Tiempo fuera —y con eso mi castigo comenzó.

—¡Ahhhhh!

Marshall liberó una descarga eléctrica de 100 watts sobre mi chip de rastreo, lo que creo un potente campo en mi cuerpo.

La sensación fue dolorosa e instantánea.

—Reporte del día. Él Sujeto Doce acaba de fracasar en el primer intento del experimento 720, en nivel Delta. Ahora trascendemos al segundo intento —eso solo eran malas noticias para mi.

Tenía derecho a dos intentos más y sí los fallaba Marshall iría a tener autorización para crear una descarga que fuese capaz de matarme.

—Recuerde, Sujeto Doce. Debe concentrar sus pensamientos en el objetivo.

—Sí.

—Y no lo pierda de vista.

Una vez más la tensión el tomó control sobre mi.

Tenía que hacerlo explotar.

—Comencé.

"Vamos" me decía a mi mismo "has que esa pelota explote"

—Treinta segundos, Sujeto Doce.

Miré a la pelota, pensando en mil formas de hacerla estallar, pero ninguna funcionaba.

—Quince segundos.

Pensé en explosiones, balas, caídas e impactos, como lo había hecho antes para hacer explotar manzanas o sillas; pero todo seguía igual.

La pelota no explotaba.

—¡Ahhhhy! —y el tiempo se me había terminado—. ¡AHHHHHHGGGGG!

La segunda descarga tuvo un efecto peor en mi.

Superó los 500watts y duró casi treinta segundos...

—Ahhhjjjj —el efecto fue insoportable —¡Ahhhh! —me sentía débil y mareado, como sí un camión hubiese pasado sobre mi— el cuello... me duele...

—Sujeto Doce.

—El cuello... me-me-me duele.

—Sujeto Doce le recuerdo que está en una prueba.

—Pero mi cuello... me-me-me arde.

—Sujeto Doce usted esta bajo juramento.

—Pero necesito ayuda.

—Todos necesitamos ayuda.

—Pero duele.

—El dolor que esta sufriendo se hace a favor de La Zona...

—Usted no debe de interponerse. Los experimentos que son practicados en usted están diseñados a beneficio de la humanidad. Recuerde que La Zona salvo a nuestra raza de ser extinta, lo recuerda.

—Sí, pero.

—Muy bien. Entonces debe saber que a través de estos experimentos se pudieron encontrar formas de regenerar plantas, crear agua y clocar especies extintas que ahora atribuyen como apoyo para las personas de escasos recursos.

—¡Eso lo sé! ¡Pero mi cuello...!

—Usted debe de calmarse. Recuerde que ese dolor es a favor de la humanidad.

Marshall no iba a cambiar de parecer.

Su lealtad estaba con La Zona porque su familia fue una de las primeras en ser salvadas en los inicios de la explosión.

Él sabía lo que significaba agradecer porque siempre lo inculcaron a obedecer en lugar de rebelarse.

—¿Entonces está listo para seguir o desea que de por terminado el experimento y liberé la descarga de 1000watts?

EXPERIMENTOS Proyecto Escape Libro 1 |  DISPONIBLE EN FÍSICO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora