—¡Lex! —tenía que ser una broma.
Estábamos a punto de ser atrapados y Lex no se movía.
Repentinamente se había desmayado, como sí algo o alguien le hubiese robado todas las fuerzas.
¿Cómo podía ser eso posible?
—¡Lex! —todavía respiraba, pero no reaccionaba— ¡Despierta! —. Tiraba constantemente de sus brazos esperando a que se moviera— ¡Por favor! —. Pero todo fue en vano.
Lex estaba sucumbida en un profundo sueño.
¡No podía ser cierto!
—Vamos Lex, reacciona —Los segundos pasaron y la tensión seguía consumiéndome.
Los aborígenes podía aparecer en cualquier momento.
Entonces...
¿...qué debía de hacer?
Mi compañera estaba caída y...
—Oh no —...el tiempo se había acabado.
Entre los arbustos comenzaron a aparecer las figuras de cinco hombres salvajes caminando hacía nosotros detenidamente, sin decir una sola palabra.
Los cinco iban armados con arcos, flejas, lanzas y nos miraban como sí fuésemos una especie de alimento. Afortunadamente ninguno de ellos era Clift o Benneth pero eso no quitaba el hecho de que nos tenían en la mira, como un grupo de asesinos esperando atrapar a su presa y en esta ocasión Lex no podía ayudarme porque estaba dormida, como sí estuviese bajo el efecto de alguna droga.
Ahí fue cuando comencé a sentirme atrapado.
Yo no iba a poder con esos sujetos.
Me sentía tan nervioso que por un momento le permití a mi mente dejarse controlar por el miedo y la cobardía.
Sabía que lo mejor era huir, como un verdadero fracasado que era, sin embargo eso dejaría a Lex sola.
¡Y no podía hacer eso!
Trent me había confiado la vida del grupo, porque ellos eran lo único que tenía. Y yo lo comprendía.
Ellos me dieron refugio, comida, apoyo y muchas cosas.
Holly fue quien me curó usando hierbas y Kai estuvo a cargo de enseñarme a cazar. Antes no era capaz de poder usar un cuchillo sin tener miedo y ahora tenía colgando en mi espalda los cadáveres de cuatro ardillas a las que había casado con el arma que guardaba en el estuche de mi pantalón.
Y Trent fue quien me salvó de morir ahogado, cuando nadie más lo hizo, y me confió el más grande plan que podía ayudarnos, pero sabía que para hacerlo debía de cumplir con su única condición.
"Que Lex estuviese a salvo"
—Esto tiene que ser una broma.
La verdad estaba ante mis ojos y no quería aceptarla porque no tenía otra elección.
¡Yo ya no era él Doce de antes!
No podía dejarme caer solo porque tuviese miedo ya que eso es lo haría mi antiguo "Yo".
—Lex —Tomé de su mano derecha y miré detenidamente su rostro imaginando que tal vez no la iría a volver a verlo fruncido, como lo hacía todas las mañanas— espero que algún día puedas ser capaz de creer lo que va a pasar.
Solté su mano, sin dejar de mirarla.
Lex.
Nunca creía que sería capaz de hacer algo así por la única chica que nunca supo como aceptarme. Siempre me la imaginé siendo atacada y yo huyendo por el miedo, pero ahora que las cosas eran distintas.
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EXPERIMENTOS Proyecto Escape Libro 1 | DISPONIBLE EN FÍSICO |
Ficção CientíficaMi nombre es Doce. Desde que tengo memoria he pertenecido a una organización conocida como "La Zona", la cual esta a cargo de realizar horribles experimentos en seres como yo para lograr apoyo en la humanidad, aunque el costo sea mi vida. No...