EPILOGO

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SEIS HORAS ANTES

Veía y no podía creer lo que estaba sucediendo.

La imagen era dibujada a través del radar.

El chip de Lex estaba emitiendo una alerta que solo era posible de emitir sí su mente se enfocaba en una emoción lo bastante fuerte como para poder romper su ciclo ordinario.

¿Pero cómo podía ser eso posible?

Lex era una chica que siempre solía estar alterada, por eso no tenía sentido nada.

Sí ella estuviese sintiendo furia no ocasionaría nada porque su cuerpo ya estaba acostumbrado a esa sensación. Como tal esa alarma solo podía ser creada sí ella estuviese sintiendo alguna otra emoción que fuese lo bastante intensa como para poder superar la ira que sentía al saber que yo estaba con vida y no me podía encontrar.

Ella no podía superar su furia a menos que estuviese sintiendo otra emoción que fuese lo bastante fuerte como para poder hacerla ignorar la desesperación y esa era...

—No —...el amor— Lex.

No podía haber otra explicación.

Doce le había dicho la verdad.

¿Cómo pude confiar en el?

La señal de alerta que emitía el chip era tan intensa como sí se tratase de una alerta sísmica, convirtiendo a la señal que emitía el pequeño rastreador de Doce, que le coloqué antes de que saliese, en un pequeño e insignificante punto rojo.

Afortunadamente se encontraban a solo cinco kilómetros de mi posición, pero el radar estaba detectando las señales de otros chips que provenían del bosque. Supuse que debían de ser los Aborígenes o algún monstro del cual La Zona tuviese bajo su control.

Tenía que actuar cuanto antes sí quería salvar a Lex y sabía que mi única opción era correr hacía el único un punto del bunker en donde los antiguos doctores de La Zona solían utilizar como refugio para sus experimentos.

Un sitio al que entraba únicamente cuando se trataba de situaciones como esta ya que cada ocasión me sentía asustado, como sí de alguna forma estuviese escuchando las voces de todos aquellos que fueron usados como sujetos de prueba antes de que la Zona diese por abandonado este bunker.

—Nunca pensé que llegaría a esto — Scott me había advertido de ese lugar—. Pero hay cosas más importantes en juego.

En el pasado, cuando La Zona había trabajado en la construcción de La Jungla algunos de los doctores comenzaron sus experimentos de clonación en este preciso lugar.

Iniciaron clonando especies extintas y regenerando celularas para crear plantas, sin embargo también fue cede de diferentes tipos de especies que ahora veía ante mis ojos.

Creaturas atrapados dentro de gigantescos contenedores.

Monstruos que en algún momento de sus vidas habían sido humanos y ahora estaban siendo unos simples objetos de muestra, como sí sus vidas no hubiesen valido nada.

—Perfecto —pero de todo solo había una cosa que me interesaba de ese lugar—. Aquí está lo que necesito.

En el día que La Zona dio por clausurado este bunker ellos dieron por olvidado todo lo que había aquí, tomando en cuenta las computadoras, equipos médicos y sustancias fallidas.

Y eran demasiadas.

El laboratorio tenía un enorme anaquel repleto de frascos con diversos colores y nombres.

EXPERIMENTOS Proyecto Escape Libro 1 |  DISPONIBLE EN FÍSICO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora