CAPITULO X LA SORPRESA

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 "No te interesaría volver a casa"

No pude dormir en toda la noche por temor a creer que esas palabras fueran ciertas.

Clift me había dado una oportunidad de volver y ahora me sentía desesperado por comprender el lio en el que me encontraba porque deseaba tanto el poder regresar a la Zona, y ahora podía hacerlo sí a cambio traicionaba a los únicos amigos que tenía.

¡Y no podía hacer eso!

Bueno, a Lex tal vez, pero Holly y Kai no.

—¡Hey! —Desafortunadamente esa no era mi única prioridad.

Clift no podía liberarme así de simple.

Los Aborígenes tenían sus propias reglas con respecto a los prisioneros y el no cumplirlas podía colocarlo en un gran riesgo como tal tuvo que sentenciarme a ser arrojado por la colina del sol, misma a la que yo conocía como el risco por donde salté en mi primer día.

No podía ser tan difícil.

Sí había sobrevivido una vez podía, a esa caída, podía volver a hacerlo, aunque el problema no iba ser caer sino llegar.

Clift ordenó a un grupo de seis hombres dirigidos por un sujeto enmascarado que evitó mirarme en todo momento durante casi todo el viaje, como sí yo fuese una especie de animal.

Iba con los brazos atados, sujetado del cuello y era obligado a caminar en un viaje de dos días.

No tuvimos descansos, tampoco tenía derecho a comida y cada vez que alguien me daban agua yo me sentía extraño, como sí fuese un criminal ignorado por culpa de un delito que no había cometido.

Era difícil respirar, sentía que las piernas me pesaban y sí veía un solo rayo de sol más me iba a sentir obligado a gritar por la insolación, ya que el grupo no me prestaba atención y me obligaba a recurrir un pesado camino que poco a poco fui reconociendo.

Todos los árboles y las creaturas pequeñas me recordaron mi ingreso ya que en ese día el miedo me atrapó.

Creía que nunca volvería a casa o que quizás iría a tener una horrible muerte, pero ahora todo era diferente.

Caminaba por ese mismo sitio sintiendo hambre, sed y una alegría repentina al ver el risco con mis propios ojos.

—No puede ser —era como volver al pasado.

Todo era idéntico; el cielo se veía despejado, los pájaros que volaban por los aires y el rio estaba abajo esperándome.

No había ninguna diferencia con la excepción de que no vimos al t-Rex que trató de matarme la última vez, lo cual fue una gran ventaja.

—Umeka, soroka karalimow salyu —El líder comenzó a hablar con demasiada rapidez que no llegaba a distinguir alguna palabra—. Kirizena, saiju.

Los dos miembros de la tribu que sujetaban mis riendas me obligaron a caminar hacía la punta del risco, sin dirigirme la mirada.

Era obvio lo que me iban a hacer.

Arrojarme.

—Espero que cumplas tu palabra Clift.

No había marcha atrás.

Estaba a punto de ser arrojado a un barranco de sesenta metros que conducía a un rio cuyo fin era una catarata.

Quizás iba a sentir algo de dolor los primeros minutos y existía la probabilidad de que aterrizaría inconsciente o con un potente dolor de cabeza, pero no me importaba. Iba a regresar a la normalidad muy pronto...

EXPERIMENTOS Proyecto Escape Libro 1 |  DISPONIBLE EN FÍSICO |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora