—Jenni... —Bri me llama desde la cocina donde se encuentra guardando algunas cosas que han traído. Dejo las bolsas que he bajado del auto y camino hasta ella quien sonríe— quería pedirte un favor...
—El que sea, Bri. Sabes que puedes contar conmigo.
—Mañana es el cumpleaños de Samuel y, y me tomé el atrevimiento de comentarles a algunas amistades que vendríamos hasta acá. Samuel está muy emocionado por su cumpleaños, y por eso pensé que...
—Que sus amigos también podrían venir ¿no?
—Ajá. Ellos traerían colchones y...
—De acuerdo. Samuel también es mi amigo y me gustaría que disfrutara su día en compañía de nosotros. Está bien, pueden venir —imito su acción y sonrío.
—¡Gracias! ¡Prometo que no harán mucho desastre! y en cuanto termine con esta salsa, saldré a buscar algo de señal para confirmarles. Gracias, Jenni.
—Gracias hacen los monos, tonta. Ahora dime algo, ¿te gusta? —agarro un cubierto y comienzo a mover la salsa que ella está cocinando desde hace varios minutos.
Por suerte han traído una cocina eléctrica y no tendré que molestar más al guapetón ese.
—Sí —me da una mirada rápida y muerde su labio con nerviosismo—. Me gusta mucho, y sé que también le gusto. Pero... sabes cómo soy y a qué quiero centrarme por ahora.
—Estás en lo correcto, ambos se gustan y podrían intentarlo.
—No sé, yo... tengo muy mala fama en eso de las relaciones Jennifer y no quiero acabar mal si lo intento. ¡Me gusta, sí! Pero me es difícil decírselo, y convencerme de que es así.
—Brigitte, no debes rehusarte a intentar estar en una relación solamente porque en el pasado algunos idiotas no supieron darte el valor que mereces y terminaron echando a perder todo dándote a entender que tú eras la única culpable. El amor, el amor es algo increíble y no debemos cerrarnos a la oportunidad de sentirlo y vivirlo. A mi también me causaron daño y por más que repita que no quiero conocer a alguien, miento. Sí quiero compartir nuevamente con alguien que me demuestre que tenía un concepto errado de la palabra amar, que el amor no es malo sino que somos nosotros quienes lo hacemos ver de esa manera...
—Woah... —suspira manteniéndose inmóvil— te has inspirado para decirme eso y nada más entendí donde me dices que no debo cerrarme a esa oportunidad y que quieres sentir todas esas cosas por algún otro hombre.
—Es lo único que necesitas entender, tal vez —respondo al momento en que Samuel entra vistiendo un bañador y lentes de sol.
—Buen día —nos sonríe— ¿tan temprano y cocinando el almuerzo?
—No hay mucho que podamos hacer en un sitio como este —responde mi amiga, me mira de reojo y suspira para luego decir—: Iré en busca de señal. ¿Me acompañas, Samuel?
—Ahora te alcanzo.
—Vale.
(...)
Royce
Despierto con la idea de que es el último día en este lugar. Vine aquí a observar y así decidir si compraré o no, pero lo que menos he hecho es fijarme en eso. Aún tengo el malestar de la resaca por la borrachera que he cogido anteayer y de la cual no recuerdo mucho. Estaba sentado sobre la arena, luego entre las olas y ya después a una morena obligándome a caminar.
Desde que Verónica llamó no he intentado comunicarme con ella, y no sé si sea correcto hacerlo. No sé con exactitud sus motivos para haber decidido cancelar todo y pedir un tiempo.
Salgo al porche y me siento en el escalón para aprovechar las rayas de señal que por suerte llegan y comienzo a tararear una canción mientras respondo algunos mensajes.
—Mi vida sin ti, yo no la he podido vivir... —me sobresalto al escuchar una segunda voz bastante desafinada.
Alzo la mirada encontrando a una chica recostada a una palmera, y sonríe tan grande al verme que pienso se partirá en dos.
—Lo siento. Estabas tarareando lo suficiente alto y como soy curiosa, aquí estoy —se cruza de brazos—. También siento que caeré de largo a largo si sigues mirándome así. Pareces ser más agradable en persona que en fotos...
—¿Tú, quién eres? —bloqueo el móvil y la miro con atención.
—Soy una visita. Quiero decir, mi amiga está en la casa y he venido a visitarla. ¡Pero qué casualidad que estés aquí! ¡Dios mío! ¡Es real!
Chilla con emoción y aguanto las ganas de reír.
—Puedes pellizcarte si crees que es un sueño.
—No, no... Sé que no lo es porque Jennifer me ha enviado un mensaje diciéndome que el guapetón estaba aquí —cuenta con prisa y sin dejar de sonreír.
—¡Brigitte! ¡Brigitte! —gritan a lo lejos. La chica frente a mí agita sus brazos y segundos después la morena está con nosotros—. Me has dejado sola en la cocina. No olvides que debo practicar...
—Discúlpame Jenni, me distraje.
—Claro —responde cómica y clava sus ojos en mí—. Samuel está esperándote.
—Iré en un rato.
—Ve con tu amiga —intervengo.
—Mañana haremos una reunión frente a la casa, celebraremos el cumpleaños de mi novio y, y quería pedirte que cantes algo de parte mía para él. ¡Por favor! —pide con desesperación y su amiga la mira como si fuese un bicho raro.
—¿Novio? ¡¿Has dicho que Samuel es tu novio?! —exclama con muecas y no aparto los ojos de ella—. Tenemos que hablar.
—Está bien. Haré eso para tu novio.
—¡Gracias! Eres como un ídolo. – ríe.
Su amiga la arrastra dirección contraria, no sin antes dar la vuelta y verme.
![](https://img.wattpad.com/cover/124100092-288-k615197.jpg)