Capítulo 2

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—¿Quién es la hermana más hermosa? ¿quién? —pregunto agudizando mi voz.

Lauren se remueve incómoda sobre mi rezago una vez que Luis, el esposo de mamá, llega luego de un día de trabajo.

—¡Papi! —baja de mis piernas dirigiéndose a donde su padre. Él deja su maletín de trabajo sobre la mesa cargándola y dándole besos mientras ella ríe.

—Hola, Jennifer —saluda con una sonrisa y se acerca a mi madre para hacer lo mismo dándole un pequeño beso.

El teléfono de la casa suena y es mi madre quien contesta.

—Tómalo hija, es Brigitte.

—Gracias —observo el mismo y le saco la lengua a Lauren—. Hola, Bri.

—Holaaa —saluda—. Fui a tu departamento pero me cansé de tocar el timbre y fue así como me dije que quizás por ser viernes estabas en casa de tu madre. Leí el mensaje que me dejaste ayer pero estaba ocupada en ciertas cosas...

—Ciertas cosas llamada... —trato de que suelte algo acerca de su actual vida amorosa pero sin embargo sólo se echa a reír.

—Sé que mueres por saberlo, querida, y es por eso que debemos vernos hoy ¿qué dices?

Miro a mi madre junto a Luis y la pequeña reír sentados en el sofá mientras mi mamá simula un avioncito para lograr que acepte la comida.

—Si claro, ¿puede ser en media hora?

—Perfecto. ¿En tu depa?

—Nos vemos en mi depa.

Corto la llamada dejando el teléfono sobre la mesa.

—¿Para qué quiere verte? —mi madre pregunta limpiando con una servilleta la comisura de los labios de Lau.

—Nada realmente, para conversar como no lo hacemos desde hace un par de días.

—Oye Jenni ¿y Lucas? —suelto la servilleta con la que me distraje por unos segundos y miro a Luis.

—Debo verme en un par de minutos con Brigitte —beso la mejilla de ambos y le doy muchos besos a mi hermana—. Nos vemos.

Mi mamá me echa una de esas miradas de que sospecha algo pero sin embargo guarda silencio para cuestionarme otro día. Alcanzo mi cartera y les lanzo besitos al aire antes de salir de su acogedor hogar.

(...)

Hace treinta minutos que he llegado a mi departamento y estoy sentada en el sofá esperando que el timbre suene anunciando la llegada de Brigitte. Pero eso no ocurre hasta después de media hora, donde al verme detalla y halaga mi nuevo corte de cabello.

—Te ha quedado bien —comenta—. Dime el secreto de cómo mantienes tus rizos.

Nos sentamos en el sofá y agarro el control para encender el televisor pero ella me lo quita apagándolo enseguida y acomodándose en posición de indio.

—No lo sé —me encojo de hombros—. A veces quisiera tenerlo igual de lacio como el tuyo —miro su cabellera de color caoba.

—Sabes que puedes tenerlo como guste, tu cabello se adapta fácilmente. Si decides alisarlo se te verá bien aun cuando parezca una esponja luego de varios minutos —bromea.

—¡No si lo mando a alisar perfectamente! —intento defenderme.

—Bien, bien. No nos hemos encontrado para hablar sobre nuestros peinados —hace un mohín—. ¿Qué fue ese último mensaje?

Waves and Love (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora