Descendiente [Reiko Senju]

Herencia sanguínea

Los adultos desde que tengo memoria me dicen que soy la viva imagen de mi bisabuelo. Ninguno de mis padres tenia el pelo blanco o los ojos rojos, por lo que me hago una idea de como era él.

Normalmente entrenaba dos veces al dia, ya que tenia como deber el controlar mi poder.
Tantos clanes reunidos en mi sangre no me hacían alguien talentosa y de grandes habilidades, sino todo lo contrario. El control de chakra se me dificultaba por la cantidad que tenia dentro de mi por parte del clan uzumaki. Debido a eso, pasaba la mayor parte del tiempo entrenando para controlar mejor mi energía y emplearla de forma correcta en los jutsus.

En el ninjutsu solo me faltaba controlar bien el chakra para no excederme en los ataques, ya que al tener el suiton, habia provocado inundaciones en la aldea por accidente.

El Hokage era muy amable conmigo, ya que mis padres habían fallecido  cuando yo tenia 4 años.

Él me contaba cosas de mi ancestro y me daba pergaminos con los jutsus que el utilizaba.
Debido al peligro que presentaban mis entrenamientos para la aldea, me vi en la necesidad de ser entrenada en el exterior por una persona de confianza, el cuál no fue ni más ni menos que Tsuname Senju, mi prima de segunda base.

Los años pasaron y con mucho esfuerzo conseguí mantener un control decente de chakra, por lo que me agotaba menos al momento de emplear técnicas que utilizaran esta energía.
Tsunade aprovechó tambien para entrenarme en el uso de la fuerza y de la curación, ganando muchas experiencias que ojala me permitiera salvar vidas.

Con las enseñanzas de mi prima no solo conseguí esos avances, sino que tambien logré desarrollar su jutsu especial al pasar los 3 años de almacenamiento de chakra, desarrollando el Byakugō no jutsu para las emergencias.

El problema es que yo quería aprender más cosas, por lo que ella se vio en la necesidad de enviarme con otra persona, la cual era el sannin Jiraiya.

Los años continuaron pasando y mi poder al fin pudo ser controlado. Tenia 11 años cuando Jiraiya me dio el visto bueno para volver a Konoha.

(...)

- Gracias por todo lo que ha hecho por mi - dije haciendole una reverencia en señal de respeto.

- Gracias a ti por ayudarme a terminar mi novela - dijo a lo que recordé la idea que le habia dado para espiar sin riegos.

- No es nada, las mujeres deberían de ser más precavidas y no depender de los demás - dije simplista, a lo que él me revolvió la cabeza y se despidió.

- Hasta pronto Reiko, hazme sentir orgulloso - dijo desde la lejanía, a lo que asentí decidida y entre confiada a la aldea.

Reiko Senju habia regresado para superar cualquier obstáculo y convertirse en la mejor kunoichi del mundo.

Notas de autor

Esta histotia se me ocurrió de la nada, pero espero que les guste. Nos leemos en el próximo capitulo.

:D