Limerencia

Capítulo V

                   Capítulo V

—Sube.— ordeno en bicolor una vez abrió la puerta de su auto.

—No. Yo me voy solo.— se negó el castaño rotundamente.

—No te pegunte si querías subir, dije que te subieras. — actuó cómo todo un alfa. —Y date prisa que no quiero que el resto me vea contigo. — añadió junto a una intimidadora mirada.

—¡Sino quieres que el resto me vea contigo ¿Qué mierda haces ofreciéndote de chofer?! — replicó con astucia. Pues después de todo tenia razón.

—¡Ahg!— gruñó airado mientras tomaba del brazo al castaño ya que escuchó la voz del resto de sus compañeros. — ¡Solo cierra tú puta boca y entra!— exclamó al mismo tiempo que metía a la fuerza al castaño dentro del auto.

—¡Oye! ¡No soy tú puto omega para que me trates así!— manifestó con evidente enfado.

El castaño hizo caso omiso a las quejas del moreno subiendolo a su auto y activando los candados de seguridad.

—¡Hey! ¡Los secuestros son un delito!— exclamó en un vano intento por persuadir al bicolor a soltarle, pero este hizo todo lo contrario y arranco.

—¿Qué te hace creer que te secuestraré? — inquirió a carcajadas.
Le resultaba gracioso su comentario. Por favor, ¿para qué  querría secuestrarlo?

La risa del bicolor desconcertó al castaño. Estaba loco. Si, en definitiva.
—¿Cómo qué, qué me hace creer eso? ¡Me tienes en tu puto auto contra mi voluntad! — exclamó airado. —¡Tal ves eso! Pero eres tan imbécil que no entiendes.

—¡El que no entiende eres tú! ¡No sabes ni cerrar la puta boca!— Replicó de igual manera.

—Soy un alfa, y un alfa no sigues órdenes idiota.

—Ah...~ ¿Eres un alfa? Pfff pues hace rato diría que parecías más bien un omega.— comentó sarcástico.

—¡Callate!

—¡Callame!

—¡Ahg!— grito frustrado el castaño, para después comenzar a gritar. —¡Auxilio! ¡Me secuestran!

—¡Q-Qué mierda haces!— exclamó un tanto alterado, esto sin perder de vista su actividad. —¡Deja de gritar así o llamaran a la policía!

—¡Un caballo que habla me ah secuestrado!— grito de nueva cuenta, pero esta vez con gracia. —¡Auxilio!— continuó.

Los autos cerca comenzaron a abrir sus ventnas, presionando más al bicolor.

—¡Callate, llamaran a la policía!— reclamó airado, al mismo tiempo que llevaba su diestra sobre la boca contraria para acallar sus gritos.

Por su parte el castaño hizo de todo para arrebatar la mano de su... ¿Secuestrador? Aunque todo fue en vano.

—Vaya... Qué alfa tan débil. — comento una vez el castaño dejo de luchar. —Te soltaré, pero si gritas juro que te ató y te meto en la cajuela.— sentenció con seriedad.

El castaño asintió con la cabeza, por consecuencia el bicolor le soltó.

—¡Auxilio!— grito con ganas, causando un gesto de horror en el bicolor, acción que hizo reír al ojiverde.

—¡Jeager!— gruño enfadado. —¿¡De que mierda te ríes!?— cuestionó, pues a pesar de no verlo, escuchaba su escandalosa risa.

—De ti ¿No es obvió?— respondió agraciado.

—Tienes suerte de que este manejando.— sentencio con arrogancia. —Planeaba llevarte a tu casa, pero ya eh perdido suficiente tiempo contigo.