Ella.

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Habían pasado dos meses desde su graduación, las vacaciones habían terminado y Lapis debía empacar sus cosas para ir a la Universidad, aquellos dormitorios que se convertirían en su nuevo hogar durante tres años, le ponían un poco nerviosa.


El viaje en auto era tranquilo, su madre comenzaba a tararear una canción como de costumbre y Lapis mantenía su mirada en la carretera, habían salido temprano, por lo que el camino se encontraba casi libre, decidió dormir hasta llegar a la univercidad, había estado tan nerviosa la noche anterior, que no había logrado reconciliar el sueño.


Un pequeño jalón por parte de su madre le había logrado despertar, salió del auto y tomando sus maletas, se dirigió hacia la entrada de la institución.


Voy a estar bien mamá. Lapis hablaba divertida mientras su madre no dejaba de repartir besos en sus mejillas.


No lo olvides lapis, si te sientes mal o alguien te molesta, sólo Llámame y tu madre los matara. La mujer bromeaba en cierta manera.


Lapis rió un poco y abrazo a su madre la despedida fue un poco larga, no era fácil para ninguna de las dos.


Cuando el auto de su madre partió con ella, la peli azul se adentró al edificio, comenzó a subir escaleras y mirar puerta, tras puerta, hasta que al fin encontró su habitación. Abrió la puerta y se sorprendió al ver dos de cámaras dentro, nadie le había dicho que tendría una compañera, lo cual hizo que Lapis entrará en pánico.


Desesperada comenzó a dar brincos y se paralizó un poco cuando escucho el sonido de la puerta siendo abierta y el peso de las maletas ajenas contra el suelo, con un poco de dificultad Lapis giro sobre si misma para poder ver a la cara a su nueva compañera.


Y dio gracias al universo, cuando reconoció aquellos ojos verdes y esa cabellera rubia a la que estaba acostumbrada.


¡¿Peridot?!.


¡¿Lapis?!.


Y la peli azul se lanzó contra la rubia, ofreciendo un abrazo muy fuerte.

Hacia meses que no la veía y vaya que le hacía falta.

Abrió un poco sus ojos, estaba confundida, había algo mal en esa situación, se separó lentamente del abrazo y levantó su vista, para encontrarse con una rubia sonriente.


Y algo hizo click en la cabeza de Lapis.


¡Eres muy alta, mucho más que yo!, ¿como sucedió esto?.


La rubia la miro asustada.


¿Pubertad?...

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