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Nada podía salir mal ¿no?

Roseanne se sentía como si estuviera en el cielo.

Aun no podía creérselo, Jennie la estaba besando.

¡Jennie Kim le estaba besando!

No podía sentirse mejor, estaba inmensamente feliz pero a la vez temía de estar soñando.

Al ambas separarse para recuperar aire, se miraban intensamente a los ojos, procesando aún lo que acababa de pasar con sus respiraciones algo inestables debido a la intensidad de aquel beso.

Aun no lo podían asimilar, habían sido amigas desde hace años y sin duda no todo volvería a ser igual.

Es entonces que la realidad en la que se encontraban les cayó como balde de agua fría.

— Y-Yo — tragó con dificultad al tener tan cerca a la menor, nerviosa aún, se separó y por acto reflejo sus pies dieron dos pasos hacia atrás ante la dura y dolorosa mirada de la contraria —. Rosé no sé que demonios acaba de pasar... pero si estoy segura de algo...
Y-y está mal.

— ¿Qué está mal Jennie? — quitó con dificultad el rastro de lágrimas de su rostro y apretó sus puños con furia -¿Acaso es por ella? ¿Si la amas tanto porque me besaste de esa forma?

— Sólo nos dejamos llevar por el momento, no exageres... di-digo no fue la gran cosa.

— ¿Qué no fue la gran cosa? — ya no podía más, otra vez lágrimas se hicieron presente, lágrimas que eran producto de las duras palabras de la mayor — ¡Maldita sea Jennie!
Si no fue la gran cosa ¿Porqué lo hiciste? O lo más importante ¿Porqué correspondiste?

— Escucha... calmate ¿si? Esto es tan confuso — llevó sus manos a su cabeza en señal de frustración.

— ¿Cómo quieres que me calme? — se acercó a la mayor dolida —. ¿Cómo quieres que me calme después de lo que acabas de decir? — rió sarcástica  — ¿Qué sólo nos dejamos llevar? No, no fue así. No fue eso lo que sentí.

Jennie le mirada expentante y asombrada, Rosé podía ser una persona serena pero cuándo esta se enojaba podía llegar a dar miedo sin duda.

La había cagado inmensamente, lo sabía, sólo conseguía lastimarse a ambas pero todo era tan confuso ahora.

Se supone que ella ama a JiSoo, se supone que Rosé es su mejor amiga y ese contacto que compartieron hace un momento no significó nada, en cambio su corazón aún latía rápidamente, tanto que podía llegar a salirse de su pecho.

Los oscuros ojos de la menor le intimidaban, su mirada parecía que le atravesaba completamente y le hacía estremecerse.

Nunca había visto a su amiga así.

Pero ¿le podía llamar así?

Creía que después de aquello la odiaria, igual tenía motivos para hacerlo.

Aun así ¿Porqué le da tanta importancia a todo ese asunto?

¿Acaso será que...?

No, no podía ser.

Sólo se habían dejado llevar por el momento ¿no?

¿no?

— ¿Y bien? — le retó con furia — . ¿No dirás nada?

—¿Porqué le das tanta importancia? — tuvo el valor de encararla.

—¿Encima preguntas? No creo que no te hayas dado cuenta después de eso —por primera vez se sentía indefensa, se sentía acorralada e intimidada; aún no podía asimilar las palabras de su menor—. Si tanto te cuesta darte cuenta te lo diré

Corazón Roto │Chaennie│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora