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Ya no había duda alguna, ya era más claro que el agua.

Los labios de la contraria se habían vuelto una adicción ya para ambas.

Una que ninguna se atrevía a superar.

Y tampoco estaban dispuestas a hacerlo.

—Jennie —logró que la susodicha le viese —. ¿No te arrepientes?... ¿verdad? —preguntó con con cierto temor en la voz.

Lo que menos quería era alejarse de la mayor.

Ahora se encontraban en la espaciosa y cómoda cama de la castaña, quién se encontraba cómodamente en el pecho de Roseanne mientras esta le hacía mimos en el cabello.

—Fui yo quién te besó —y volvió a hacerlo provocando que la menor no pudiera evitar que una sonrisa apareciera en su rostro, una sonrisa que no pudo reprimir —. Así que no tengas miedo Rosie.

Se acurrucó aún más en la mayor, logrando escuchar así esos rápidos e incontrolables latidos de la contraria.

Aunque podía jurar que ella se encontraba igual, o aún  peor que su amiga.

—Todo es tan confuso ahora... No sé que hacer —confesó con total sinceridad —. La verdad nunca me dí cuenta de lo que tú sentías y te lastimé... Y créeme Rosie yo lo que menos quiero es hacerte daño...

Hubiera seguido hablando pero un beso le interrumpió.

Después de toda esa guerra de besos —pues no pasó a más — ambas durmieron refugiándose en la otra. Tenían muchas cosas que pensar y hacer.

La principal era nada más y menos que aclarar sus sentimientos.

—Entiendo Jennie, no te preocupes yo... esperaré por ti, siempre pensé que no tenía oportunidad alguna, pensé que no te darías cuenta y que podría olvidarme de ti —tomó del mentón a la castaña para que le viese —. Entiendo que posiblemente sigas sintiendo algo por JiSoo, lo comprendo, sé que no puedes dejar de querer a alguien así por así porque no es para nada fácil.

—Escucha, yo...

—Shhh —colocó un dedo en los labios contrarios interrumpiendo así a la chica —. Lo que quiero decir Jennie, es que no importa lo que tú quieras o eligas yo te prometí que estaría para ti.

No negaba que tenía miedo, miedo de que Jennie no le quisiese pero después de lo que pasó la noche anterior tenía una mínima posibilidad de lograr tener algo con la mayor, aún tenía oportunidad y se aseguraría de aprovechar al máximo tal oportunidad.

—Tú eres dueña de tus sentimientos, tú sabes lo que quieres. Sólo debes aclararlo y pensar que es lo que tú corazón dicta y sobretodo Jennie... lo que te haga feliz.

La castaña sólo asintió como respuesta.

Después de esa conversación con Rosé, la antes mencionada se fue de su departamento dejando ese sentimiento de soledad y vacío en ella.

Sabía muy bien que Rosé no quería regresar a su casa, odiaba estar ahí por lo que la mayoría del tiempo estaba con ella, juntas todo el tiempo.

Porque sabía que Rosé odiaba la soledad.

Pero esta se marchó para darle el espacio y tiempo necesario para que ella pensara que es lo que realmente quería.

Y así lo haría.

...

Despertó con desgano y somnolienta aún así tomó su teléfono él cuál se encontraba debajo de su almohada.

10:15 am

Caminó hacia el baño dispuesta a asearse. Y cuándo la chica estuvo lista con un tazón de cereal, tomó el control remoto y prendió el televisor.

No ponía atención alguna a lo que sea que pasara ahí, pues esta sólo recordaba las palabras de la noche anterior.

《Puede que esté haciendo lo mismo que tú》

Después de aquello Lisa se marchó de su habitación, parecía como si no quisiera revelar algo más dejandola aún más confundida.

¿Qué habrá querido decir con eso?

Pero lo que más se preguntaba era el ¿Porqué no la detuvo?

Algún día tendría que decirle, algún día tendría que saberlo, sin embargo aún no tenía el valor suficiente para hacerlo.

Eso sí, se lo diría todo, le diría con sumo detalle todo lo que Lisa le hace sentir. No sería pronto, pero lo haría.

Ahora se encargaría de tratar de enmendar sus errores y disculparse adecuadamente de sus actos.

Caminaba directamente al departamento de la castaña y le pareció ver salir a alguien de este. Se topó con Rosé en el camino y ambas sólo se dirigieron una sonrisa nerviosa para después seguir con su camino.

¿Qué habrá pasado ahí dentro? Se preguntó pues Roseanne parecía tener un aire de tristeza y caminaba con la cabeza baja.

Sin embargo dejó atrás todo eso y estuvo a punto de tocar la puerta.

Puesto que aún no pensaba en cómo se disculparía o siquiera que demonios iba a decir, además a juzgar por la expresión que llevaba Rosé tuvo una idea de lo que pudo haber pasado anoche ahí.

Eran muchas cosas las que habían pasado, además de que no quería incomodar a la menor tan repentinamente.

《El tiempo corre JiSoo》le regañó su consiencia pero esta ni caso le hizo.

Eso sí, se prometió a sí misma que seria el Lunes el día en que hablaría con Jennie.

Aún tenía que aclarar sus pensamientos.

Así que como llegó se marchó, caminó sumida en su propio mundo sin percatarse que era lo que sucedía a su alrededor.

Ahora estaba en el centro comercial que la ciudad disponía, tomaba tranquilamente un refresco que compró apenas entró y observaba algunas tiendas de ropa mientras caminaba.

Eso le hizo recordar a lo que más dudas le causaba ahora: Lisa. ¿Hace cuánto no salían de compras? Sabía cuánto le gustaba hacer tal cosa a la pelirroja.

Y hablando de la pelirroja, al dejar de ver aquellos maniquíes que lucían magníficas prendas —al menos para su gusto — a unos cuantos metros pudo observar una escena un tanto desagradable.

—Ji-JiSoo —murmuró con sorpresa aquella tailandesa.

Corazón Roto │Chaennie│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora