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Rosé solo observaba la respiración y expresión tranquila de la chica mientras que con suma delicadeza acariciaba la mejilla de la contraria, Jennie pasó de estar recostada en su hombro a estar recostada en sus piernas.

La peli-negra no pudo evitar el sentirse culpable, en varias ocasiones le había robado uno que otro beso a la angelical chica que se encontraba descansando.

《Uno más y ya》pensó la pelinegra.

Poco a poco fue acercando su rostro al de Jennie, el espacio se redujo, sólo necesitaba uno, un mínimo contacto, aunque sólo fuera un roce de labios se conformaría con eso.

-JiSoo -se detuvo debido a los murmullos de la castaña -JiSoo -repetía entre sueños.

Sintió un pinchazo que le atravesó el corazón.

Rosé le besó en la frente, y le susurró un "Todo estará bien".

Después de un rato de sollozos la castaña terminó por dormirse en los brazos de Rosé, después de todo ella era como un gatito, uno muy tierno, especialmente ante los ojos de su amiga.

"Amiga", cómo detestaba aquella palabra, pues era esa barrera de amistad lo que le impedía estar junto a su amada, además de que esta no le veía de la misma forma.

Jennie ante sus ojos era una Diosa, alguien completamente extraordinaria e inalcanzable, ¿desde cuándo empezó a verle así? ¿Cómo fue que el cariño que le tenía fue creciendo hasta convertirse en lo que es hoy?

El amor es algo complicado e inexplicable, un sentimiento dulce pero a la vez amargo.

Sumida en sus pensamientos se sobresaltó al sentir como de pronto le picaron la mejilla.

-Hola -le sonrió la de rasgos felinos.

-Al fin despiertas -imitó el gesto de la castaña.

La antes mencionada se reincorporó y acercó su rostro al contrario achicando sus ojos.

-¿Q-Qué sucede? -su pulso se aceleró al estar tan cerca.

-Nada -se separó para alivio de la peli-negra -es sólo que últimamente piensas mucho, ¿Qué me estás ocultando Rosa?

-No me llames así -sonrió maliciosamente -Jennifer.

-¡No me llames así! -le propinó un golpe en el hombro. -Pero, dejando de lado las bromas ¿Te pasa algo Rosie?

-No es nada -suspiró -. Es simplemente algo que no tiene remedio -le brindó una sonrisa falsa que la castaña no se terminó de creer.

-No te obligaré a que me lo digas, pero sabes que siempre estaré para ti. -le tomó la mano cariñosamente en señal de afecto.

-Y yo para ti Jennie. -una deslumbrante y esta vez, verdadera sonrisa fue la que surcó sus labios.

...

Una melodía triste inundaba toda la habitación, esta era causada debido a la bella chica que tocando el piano se encontraba, realmente dominaba tal instrumento.

Llevaba al menos una hora seguida tocando, cada melodía era más triste que la otra, pero a pesar de eso, no dejaban de ser algo realmente majestuoso, sobre todo para su espectadora.

Rosé apoyada en el marco de la puerta admiraba tal espectáculo, podía comprender y casi sentir el mismo dolor de Jennie, después de todo, ella entendía perfectamente el dolor de un amor no correspondido.

La admiraba desde la distancia, como casi siempre hacía, ver a Jennie tan concentrada era un bello arte acompañado de las majestuosas melodías que esta creaba.

Jennie sin duda era alguien hermosa y talentosa.

-Rosé, ¿Quiéres comer algo? -le sacó de su pequeño trance la castaña, brindándole una cálida sonrisa.

Ella sólo asintió como respuesta.

Después de lo sucedido en el parque, ambas se dirigieron hacia el departamento de la castaña, quién vivía sola, era algo habitual que Rosé le haga compañía siempre, es cómo si fuera su casa también, ya que pasa más tiempo allí que en su propio hogar (el cual era realmente frío y solitario) y sus padres al ser personas que viajan mucho debido al trabajo no desea estar sola en aquella gran casa, le reconforta más el cálido y cómodo apartamento de Jennie.

Bueno, no le importaría en absoluto el lugar si tiene consigo la compañía de Jennie.

...

-Esta película es aburrida -se quejó Jennie mientras mordía un gran trozo de pizza. -¿No crees Rosie?

No obtuvo respuesta alguna debido a que la antes mencionada se encontraba dormida en el otro extremo del gran sillón.

Jennie se le acercó y observó la tranquila y angelical expresión de la chica al dormir, acomodo un mechón de cabello detrás de su oreja y besó su frente.

Jennie sonrió.

Segundos después una desorientada Rosé abrió sus ojos.

-¿Qué hora es? -bostezó.

-Las 12 -respondió la castaña-. Mañana tenemos clase así que será mejor ir a dormir.

-Está bien -dijo entre bostezos la peli-negra.

La alcoba de Jennie contaba con una gran cama matrimonial, no sería la primera vez que dormían juntas.

Ya era de madrugada y Rosé no lograba conciliar el sueño, su corazón latía cada vez más rápido al sentir como Jennie se giró quedando frente a frente.

Sin poder evitarlo se acercó y observó sus labios, estaba ansiosa por probarlos de nuevo, lástima que fuera así, sin que Jennie se diera cuenta, sólo un roce de labios, sólo eso.

Primero comprobó que le castaña estuviera completamente dormida y al hacerlo, ansiosa poco a poco empezó a acercarse hasta que por fin sus labios hicieron contacto con los suyos.

Sin duda alguna era una maravillosa sensación.

No obstante, lo que sucedió después provocó que su corazón diera un vuelco.

Jennie había despertado.

Corazón Roto │Chaennie│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora