Corazón Roto │Chaennie│

12

­­—Alice, ¿Qué te pasa? ¿Qué tienes? ­­­—con temor junto con algo de duda colocó sus brazos en la espalda de su hermana quién seguía sollozando en su hombro.

Su sorpresa era en demasía al ser abrazada de tal forma por la contraria debido a que ese no era el trato que normalmente se daban, ni siquiera de niñas y a eso se sumaba el ver a su hermana en tal estado puesto que esta sólo se mostraba firme, algunas veces cruel y segura frente a ella.

En cambio en esta situación era completamente distinto a las otras veces en que se vieron, pues una permitió mostrarse cómo realmente era frente a la otra. Rosé aún cuestionaba el hecho de quién se encontraba ahí, la que en sus brazos se encontraba fuera su hermana, ¿dónde quedó aquella niña caprichosa que le despreciaba igual que su madre? No, de hecho aquella mujer no se merecía tal título pues lo que menos hacía era ser madre y comportarse como tal. Lástima que el hombre a quién llamaba padre estuviera tan cegado por esta que terminara tratándole de igual forma.

Ahora podía ver el estado vulnerable de su hermana quién lloraba y se veía tan indefensa que vagos recuerdos aparecieron de pronto en se mente, verla así le recordó a ella misma tiempo atrás, le recordó el cómo ella lloraba mientras era consolada por Jennie, quién fue la única que le brindó el cariño que tanta falta le hacía en esos momentos.

­­—Y-Yo fui una idiota Rosé, fui una completa estúpida y detestable persona ­­—hablaba entre sollozos tomando las mejillas de la contraria ­­—.Se supone que venía aquí a tratar de arreglar las cosas, pero te seguí tratando igual. Perdón por eso, perdón... por todo.

No se esperaba tal confesión y mucho menos que Alice se diera cuenta de sus propios errores e incluso que estuviera ahí disculpándose de forma sincera que hasta las lágrimas hicieran su acto de presencia, ¿Cómo podría negárselo? Ella pudo no haber sido la mejor persona, es cierto, pero ahí estaba frente a ella dispuesta a cambiar eso. Y si Alice estaba motivada para intentar tal cosa, ella lo estaría para brindarle una segunda oportunidad

­­—Y te pido que me des una segunda oportunidad, una para demostrarte que no soy igual que mi madre ­­—había estado aún más nerviosa ante el silencio de la menor quién no había vuelto a articular palabra alguna después de su confesión pero el que al menos correspondiera el abrazo o el hecho que incluso dejara desahogarse ahí, sin importar el que estuviera empapada de pies a cabeza aun mojando la habitación y sabiendo aún el que su hermana no era una persona rencorosa y mucho menos vengativa le tranquilizaba pues sabía que esta tenía un buen y gran corazón.

Roseanne asintió y deshaciendo el abrazo le pidió a la mayor el que fuera a cambiarse si no quería ser víctima de un resfriado. Esta obedeció pero antes de que saliera de aquella habitación la misma Rosé quitó todo rastro de lágrimas de sus mejillas acto que le permitió poder sonreír ese día, incluso pudo observar los ojos cristalinos de la pelinegra quién no quería permitirse el llorar y antes de abandonar la alcoba le susurró un "Gracias" para después acariciar su mejilla y finalmente salir de ahí directo a cambiarse.

Roseanne volvió a recostarse en su gran y cómoda cama, poco le importó el que su blusa estuviera algo húmeda por el contacto de su hermana así que suspiró para finalmente cerrar sus ojos.

...

¿Estaba tardando demasiado? Se preguntaba Jennie al salir de la Universidad, su vista se dirigió a cierta chica pelinegra la cual se mantuvo distante en toda la semana que había pasado ya.

Si habían cruzado palabra pero no habían sido más que saludos por parte de ambas aparte de que sus clases no ayudaban debido a que los docentes habían estado más que estrictos así que apenas y se podían ver.

Se extrañó al observar un lujoso auto perteneciente a Alice, la hermana de Roseanne quién ahora se encargaba tanto de llevar y recoger a Rosé últimamente. Jennie era consciente de la relación que ambas mantenían, la cuál no era la mejor de todas y esos actos por parte de la pelinegra mayor le sorprendió, sin embargo esto no era todo, pues el que la menor de las pelinegras no ponía resitencia u objeción alguna también le sorprendió.

Sin duda muchas cosas estaban pasando, incluso con Lisa y JiSoo quienes hoy en día estaban más juntas que antes a pesar de todos los deberes y estrictas clases ellas de alguna extraña forma lograban hacer espacio para tener tiempo sólo para ellas dos.

Hasta el rumor de que la relación de Lisa y Taehyung había llegado a su fin era el tema más hablado por todos los pasillos, cosa que estaba muy lejos de afectar a los ya mencionados pues a pesar de que su relación terminó ellos lo tomaron muy bien debido que ambos decidieron tal cosa y estaban más que felices ahora.

¿Y cómo se encontraba ella?

Sus sentimientos aún eran algo confusos, pero logró darse cuenta de algo, ya no sentía la misma opresión en el pecho al ver a alguna persona ser cercana a JiSoo tampoco el sentimiento de felicidad y las famosas "mariposas en el estómago" cuando esta se acercaba o le hablara no hacían acto de presencia.

¿Qué significaba eso?