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Jennie había despertado.

O al menos eso pensó.

Ese mínimo contacto le habría costado mucho, pero para su fortuna Jennie sólo gruño para segundos después seguir durmiendo plácidamente.

Rosé había dejado de respirar por unos momentos, menudo susto le había metido la reacción de la castaña, de pensar en que habría podido suceder si esta le descubriera, le asustaba de sobremanera.

Así que, resoplando, esa madrugada antes de volver a dormir se prometió a sí misma no volver a hacer tal cosa. No quería correr el riesgo de ser descubierta y mucho menos el que la castaña le odiara.

La mañana siguiente fue diferente, no era habitual ver a Jennie con tal aura depresiva. Si bien era raro ver a la castaña en tal estado de ánimo, pues pocas veces algo le afectaba de esa manera se sentía dolida de verla así.

Hoy haría cualquier cosa por ver una sonrisa en el rostro contrario.

...

—No fastidies Lisa -bufó la castaña al escuchar las súplicas de su menor—. Sabes que no me gustan esos lugares.

El ánimo de Jennie había mejorado un poco, pues escuchar algo de música siempre le hacía olvidarse de todo por un tiempo.

—¡Por favor Unnie! Sólo será un rato, te divertiras —volvió a quitarle el aparato del oído a la castaña para que esta le prestara atención— Es sólo una salida grupal.

— ¿Porqué no le pides a alguien más que vaya contigo? —volvió a colocar el aparato en su oído—. No estoy de ánimo para ir a parques de diversiones, además no es nada bonito ver a personas vomitando lo que sea que hayan comido  y  mucho menos hacer fila para subir a las endemoniadas atracciones.

— Rosé dile algo —hizo un puchero la menor.

— Sabes cómo es Jennie, nada la hará cambiar de opinión.

Lisa sin duda era muy persistente, cosa que fastidiaba a Jennie, quería mucho a la menor pero Manoban lograba sacarle de quicio con facilidad.

Sin embargo lo que más odiaba de Lisa era la forma en que siempre conseguía lo que quería, así qué ahora ahí se encontraba, junto con Rosé en la entrada de aquel parque.

Habían muchos niños junto con sus padres y muchas parejas también circulaban por el lugar.

— ¡Chicas! — saludó Lisa — Perdonen la demora, tuvimos un pequeño contratiempo.

Jennie se quedó estática en su lugar.

Quién estaba junto a Lisa era nada más que JiSoo.

Desde el día anterior evita todo encuentro posible con la mayor, aún no se sentía lista para hablarle pues todo se volvió incómodo después de aquel rechazo además de que nada volvería a ser igual entre ellas.

— Descuida —respondió Rosé.

JiSoo sonrió forzadamente y Jennie sólo apartó la mirada.

Lisa se limitaba a observar la escena y dirigirle una mirada interrogatoria a Rosé pues no se enteraba de lo que ahí pasaba.

— Será mejor entrar — dijo la pelirroja para romper el incómodo momento.

Y así lo hicieron.

La castaña caminaba detrás de JiSoo y Lisa junto a Rosé, iban admirando las grandes atracciones y algunos puestos de comida que ahí había.

— ¿No se supone que vendrían Hoseok y Yoongi también? Lisa nunca mencionó que vendría JiSoo— le decía en susurro a la pelinegra.

— Debimos suponerlo — le respondió Rosé.

...

— Ten — le entregó un adorable peluche de Pikachu.

— ¡Que lindo! Gracias Jennie —sonrió Rosé, aquél lindo gesto le enternecio.

— Rosé ¿te parece si subimos a la montaña rusa? —la pelirroja habló tan rápido que la peli-negra se fue casi arrastrada del lugar ni siquiera le dió tiempo de responder.

— P-pero mi peluche... — dijo a la vez que Lisa le llevaba consigo.

Aquella tarde se supone que debía ser divertida, sin embargo el ambiente incómodo siempre estaba presente.

Jennie y JiSoo apenas y habían cruzado miradas.

Ahora sólo ellas dos se encontraban en la mesa de un establecimiento.

Debido a la ausencia de sus compañeras ninguna de las dos articulaban palabra alguna, incluso evitaban cruzar sus miradas.

Sin embargo, JiSoo se atrevió a observar a Jennie detenidamente. La chica usaba un leve maquillaje y su mirada se encontraba en el peluche que le había ganado a Rosé anteriormente, aún así no se le veía bien.

 Le dolía ver a Jennie así, le dolía la forma en cómo ambas se evitaban, le dolía la fría e indiferente mirada de la castaña.

 Pero lo que más le dolía sin duda era ser la causa del sufrimiento de Jennie, odiaba ser la causante de la infelicidad de la chica; quién es una de sus más queridas amigas y esta al confesarse le de tal forma no sólo le tomó por sorpresa sino que también le dolió tener que rechazarle.

 Quería demasiado a Jennie, sin embargo, para mala fortuna de la castaña,  no de la forma romántica.

 Mentiría si dijera que después de la confesión de su amiga no se imaginó cómo hubiesen sido las cosas si ella le correspondiera. La verdad no era nada desagradable, estaba segura que Jennie podría ser una gran novia,  pero su corazón le pertenecía  a otra persona.

 Su corazón le pertenecía a esa extrovertida y muy enérgica pelirroja.

Quién lamentablemente mantenía una relación con un chico de su salón.

—¿Ocurre algo? —habló finalmente la castaña incómoda al sentir la penetrante mirada de JiSoo sobre su persona.

—¿Qué nos pasa Jennie? —dijo la peli morada con voz grave— ¿Porqué el evitarnos? ¿Porqué no puedo quererte de la misma forma?

Había querido decirle que sí, habría querido sentir lo mismo que Jennie sentía hacia ella pero simplemente no podía. Además de que eso habría sido cruel para ambas.

—Tú dímelo —respondió secamente—. Pero el amor es así JiSoo, no eliges de quién enamorarte.

El silencio volvió a reinar en esa mesa.

Jennie pensó que no volverían a cruzar palabra, que la conversación había quedado ahí, en cambio una decidida confesión salió de los labios de la peli morada sobresaltándole.

—Quiero intentarlo —habló decidida.

—¿Qué? —cuestionó.

Se miraban fijamente a los ojos, podría decir que en los hermosos y oscuros ojos de JiSoo reflejaban seguridad y cierta pizca de miedo y duda.

—Quiero intentarlo Jennie —repitió decidida levantándose de la mesa emitiendo un golpe con sus dos manos sobre esta provocando otro sobresalto en la castaña—. Quiero enamorarme de tí.

Definitivamente eso le había tomado por sorpresa.

¿Debía aceptar?









Corazón Roto │Chaennie│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora