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Capítulo 60: Primeras horas con Hope

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El dolor en el hombro era muy duro pero Jason se negaba absolutamente a aplacarlo con cualquier clase de medicamento que después fuese a dejarle medio dormido.

Tenía que estar con Louis y con la niña.

-Feliz cumpleaños, mi amor -dijo pasando un paño por la frente de Louis.  – mamá, ¿es normal que no se despierte aún?

-No es anormal.  Louis es un hombre muy fuerte.  Y no tiene fiebre. Eso es bueno.  Apenas unas décimas.  No sangra.  Lo está haciendo muy bien.

El cachorrito de lobo gimió desde la cuna que habían llevado ahí.  María se acercó para sacarla.

-¿Quieres darle el biberón?  La nodriza ha preparado varios.

-Si... mira, Louis.  Nuestra niña tiene hambre.  Eso es bueno.  Se va a poner bien y fuerte. Como tú. Nunca hemos hablado de su nombre.  Deberíamos llamarla Hope.  Hope Morgan.  Me encanta como suena...

Le acercó la tetilla del biberón a la boca y la cachorrita abrió buscando el alimento.  Tenía tan poco pelo y era tan suave que Jasón se rió, muerto de amor.

-Papá Louis y tú cumplís años el mismo día.  Este año tendré que cancelar la fiesta, pero el próximo... Dios mío, el próximo será la mayor fiesta de cumpleaños que nadie haya visto nunca.

-Deberías descansar -dijo María acercándose a William – con ese pie y llevas aquí horas.

-No me iré hasta que despierte. 

-Usted se casaba mañana. Todo el mundo hablaba de eso.

-Y me casaré.  Aunque sea en privado, no dejare pasar un día más.  Porque nunca sabemos lo que puede ocurrir y estoy decidido a que deseo que Clive sea mi esposo.

-Yo he terminado con Cathleen.  Cuando Jason esté mejor, le pediré ayuda para romper el vínculo como es debido.

-El divorcio es algo muy inusual y la ley ampara en pocas ocasiones al omega.

-Voy a pedir la anulación del vínculo.  Divorcio y anulación.  Ayer era su cumpleaños y hoy el de Louis y mira cómo estamos por su culpa.

-¿Su culpa?

-Tienes que saber algo...

Londres estaba engalanado. 

Era Nochebuena y todo el mundo quería celebrar esa fecha especial. 

Los condes de Malik habían decidido invitar a los duques de Payne esa noche.  Los padres de Harry no iban a viajar y Maura había ido a Irlanda hasta Año Nuevo.

-Tú abuela debió venir -dijo Liam besando el cuello de Niall en el carruaje.

-Dijo que eso era cosa de jóvenes.

-Cariño... me alegro de verte mejor y... esta noche quizás podamos... hacer el amor.

-Depende de ti -Niall se rió, besándole – Yo te he echado mucho de menos estos días...

Tras la noche de vino y risas con los Malik, Liam había tenido que hacer un inesperado viaje de tres días por negocios.  Pero ahora al fin se avecinaba una noche tranquila, para disfrutar con amigos y juntos. 

Aunque con una bebé en la casa eso de la tranquilidad parecía una utopía.

-Perdón -dijo Harry cuando la lobezna se cruzó entre los pies de ambos – Charlotte, conviértete en humana.  Ahora.

El cachorro de lobo le lamió la nariz.

-Así puede correr y como humana no puede caminar.  Es imposible.  Solo quiere ser una lobita rebelde.

Liam se rió y aunque Niall también lo hizo algo dentro suyo dolía.

El también quería un bebé.  Su propio bebé.  Su familia.  Como lo que tenían Harry y Zayn...

Se esforzó por sonreír.