Capítulo 20: Inoportuno

918 113 13
                                    

Veinte votos para actualizar ❤️






-Cenaremos en el hotel -dijo William.  -Hace frío y no puedes andar por ahí sin ropa adecuada.  Mañana compraremos.

Louis estaba de acuerdo.  Además, no le apetecía salir.  Se sentía desanimado.  Por algún motivo había sido tan inocente como para creer que con sólo poner un pie en Nueva York Jason aparecería como arte de magia.

Y, obviamente, no había sido así.

Keith les ayudó con el equipaje.  Parecía deseoso de agradar a sus nuevos jefes aunque Louis sospechaba que ese muchacho había sufrido más de una vez golpes como los que habían visto en el puerto.

Ahora el chico se había retirado al edificio anexo y ellos entraban en el restaurante del hotel para la cena.

-Le encontraremos -le aseguró William – estás más cerca que nunca, no te dejes caer ahora.

-Estoy más cerca del final del embarazo que del principio.  El bebé se mueve y mi barriga se nota.

-Clive, ¿te sientes bien?

Era extraño que William le mirase directamente y se dirigiese a él en esas últimas semanas.

-Estoy cansado.  El viaje fue agotador.

-Hoy vamos a descansar todos. 

Un camarero se acercó con varias bandejas. 

-Espero que la comida no sea muy distinta -dijo Louis.

-Tienen un cocinero británico, por eso lo elegí -dijo William – lo mejor para reponer fuerzas... hacia semanas que no comíamos pescado fresco y carne así... ¿Qué queréis?

-Carne -dijo Louis -y con salsa... hay patatas hervidas... Dios mío, que hambre. 

-Prueba esta carne, Clive -dijo William -Necesitas quitar esa palidez que arrastras desde la tormenta.

Louis se quedó mirando a su tío y le dio una patada por debajo de la mesa.  ¿Cómo podía ser tan torpe en esas cosas?

-Gracias por recordarme que no me veo bien... tantos olores son un poco molestos.

-Todos necesitamos reponer fuerzas.  -William le llenó el plato de patatas, verduras y un trozo enorme de carne poco hecha, al estilo que solían comer en casa. 

-No lo veo muy claro... -Clive cortó la carne y salió un poco de sangre.  Tuvo una arcada.  – No, no puedo.  Tiene un aspecto asqueroso.

-La carne poco hecha te gustaba...

-Come las patatas, despacio.  Bebe agua para que pase y sigue probando con alguna verdura.  Luego puedes comer un poco de pescado... -dijo Louis.

-Si sigues con esas molestias debería verte un doctor, quizás alguna enfermedad...

-Estoy bien.  No necesito ningún doctor.  Él no va ayudarme con esto.  Louis, gracias.  Tú me entiendes.

-De nada.  Y tranquilo.  Verás como pasa...

-No obstante, si notas algo raro como sangrado de encías, debería verte porque los viajes a veces...

-Creo que mejor cenaré en mi cuarto. 

-Clive, come.  Tío, ya.  Clive está bien, solo está cansado. 

William alargó la mano para sostener la de Clive.

-Me preocupas.  Me preocupas mucho.  Me importas mucho, Clive.  Necesitamos hablar... de todo.

Louis sonrió, emocionado.  Clive abrió la boca, sorprendido. 

-William... sí, necesitamos hablar... hay algo muy importante que tienes que saber.  Yo estoy...

-¿Todo bien y a su gusto? -les interrumpió el director del hotel – unos huéspedes de su categoría necesitan lo mejor.  Me han informado de su llegada,  Excelencia.  ¿Son sus hijos?

William se quedó sin color y Louis deseó levantarse y golpear a ese estúpido que con esas palabras había arruinado de nuevo todo. 





Jason estaba convencido de que una de las mejores decisiones de su vida había sido retomar las riendas de la misma.

Sobre todo porque esa noche, en la soledad de su casa, todo el palpitaba. 

Quizás era una locura pero su instinto le indicaba que su omega no estaba lejos.

Se levantó, se puso un abrigo y salió a caminar.





-¿Estás bien? -Louis abrió la puerta del cuarto de Clive -oh, mierda, ya veo que no...

Clive salió del cuarto de baño, aún más pálido y sudoroso.  Y vencido.

-Ahí se fue la cena.

-Iba a pedírtelo. 

-¿De verdad lo crees?

-Sí.

-Creo que tienes razón.  Yo... iré a hablar con él.  Le contaré todo y no permitiré que la diferencia de edad le asuste.

-Por favor. Eso es lo que necesitáis...





Jason iba como en trance.  Caminaba entre la gente a ciegas.  Estaba ya en uno de los mejores barrios y más céntricos, llenos de teatros y clubs.

No sabía porque pero sus pasos le dirigían a ese hotel.

Iba tan absorto que cruzó sin mirar si alguien venía.

Otra persona le empujó salvándole de la muerte segura bajo las patas de los caballos de un carruaje, pero al golpearse contra el suelo el tobillo derecho le estalló en dolor.

Sin Cuestiones ||Cuestion de Honor T-3||Lason||Zarry||Niam||Wive||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora