Tercera temporada de Cuestión de Honor
Ha llegado el momento para Louis, dejar atrás todo, prejuicios, pasado, y buscar al alfa que le volvió el mundo del revés
Jason no supera al omega que le robó el alma y el corazón en Londres. Hijo y nieto ún...
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William Lobo
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Clive lobo
William era un lobo espectacular.
Pero Clive también lo era.
Una vez transformados, el lobo más joven quiso correr hacia la puerta pero el más mayor lo interceptó y lo atrapó contra la alfombra.
El lobo joven gruñó.
William recuperó la forma humana y bajo él volvió a aparecer el cuerpo fibroso y atractivo de Clive.
-No, de ninguna de las maneras, vas a salir a correr ahí fuera estando embarazado.
-Pero... tú vendrás cerca y... y...
-Esta nevando y helando. Corramos por la casa.
-Ya no me quiero transformar -dijo Clive en un susurro muy cerca de los labios de William.
-Creía que querías correr...
-Prefiero correrme -dijo Clive con una risa y William le acarició el puente de la nariz.
-Has sido un omega muy muy travieso y aún quieres más.
-William, ¿eres consciente de que estamos acostados desnudos en el salón de casa?
-Los criados saben que si cierro esa puerta no pueden pasar.
-Nunca lo había hecho en un salón.
-Te has casado con un libertino, ¿has olvidado eso?
Clive gimió. William frotaba su barba contra el cuello de su omega. Empezó a darle besos suaves.
-Clive, tengo todos los papeles listos. Podremos casarnos antes de que acabe el año.
-¿En... en serio?
-Sí -William le acarició las piernas – Haremos un enlace en el registro y luego iremos a comer al sitio que tú prefieras.
Clive noto sus piernas desnudas y se abrió por completo. Su pene y su entrada quedaron completamente expuestos.
-El día veinticuatro. Así recordaremos la Navidad como el día de nuestro matrimonio. Y fuera malos recuerdos.
-Así sea -William le abrió un poco más y entró en él. Clive gimió, su cabello rozando la alfombra. Su garganta se partió en un grito de placer mientras William usaba la fuerza de sus caderas para bombear dentro de él.
-Yo... yo... William...
Clive trató de agarrarse a algo y lo hizo a la alfombra. Cerró los ojos mientras su cuerpo se estremecía con los empujones de William, una y otra vez.
Cuando se corrió, tardó unos segundos en volver a la realidad.
Pero al hacerlo, le sonrió con picardía a William.
Se levantó, se transformó en lobo y echó a correr escaleras arriba, esperando ser perseguido.
Maura Horan se colocó el sombrero y luego llamó a la puerta de la mansión Payne.
Le abrió un rostro que jamas había esperado volver a ver.
-Madre.
-Buenos días, Maura. ¿Has venido a ver a tu hijo o simplemente has venido a hacerle sentir mal?
-Quiero saludarle.
-Ahora mismo está con el doctor y después saldrán a comer con los Malik, pero supongo que el duque tendrá unos minutos para usted.
Niall se bajó la camisa de dormir. Estaba ruborizado y molesto. A ningún omega le gustaban las manipulaciones en esa zona y últimamente estaba teniendo muchas.
-En principio no veo nada que deba alarmarnos, señor Horan. No quedan residuos en su interior, no ha tenido sangrados, calambres ni dolores y sus músculos internos responden bien al tacto.
-¿Entonces por qué perdí al bebé?
-A veces simplemente ocurre. Son niños que no están destinados a nacer. No hay nada que usted pudiese hacer. Tendrá más bebés.
-¿Puedo tratar de quedarme embarazado en el próximo celo?
-En principio, sí. ¿Ha sentido molestia al intimar con su esposo?
Niall se puso rojo. El doctor cerró su maletín.
-Señor duque consorte, debería recuperar eso con su marido. Entiendo su sentimiento actual pero debe continuar con una vida normal lo antes posible.
-Gracias, doctor.
Niall se quedó solas y se tumbó en la cama.
El doctor tenía razón. Tenía que dejar de estar llorando en la cama. Debía ser fuerte. Salir. Hacer el amor con Liam.
Lloró contra la almohada. Era difícil hacer todo eso cuando había sufrido esa perdida y además todos en la casa habían visto la sangre y su fracaso y...
-Niall, hoy vamos a salir -dijo Liam entrando tras el doctor en la habitación.
-Estoy cansado.
-Hay esa feria navideña de nuevo. Te invito a patinar, a comer algo y a beber unas copas. Quiero que dejes de llorar.
-Aun estoy débil...
-El doctor me ha dicho que físicamente estás bien pero que cuide tu alma.
