Capítulo 71: Año Nuevo juntos

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Louis se despertó por el ruido de los fuegos artificiales.

La gente allí afuera celebraba la llegada del nuevo año con cohetes y diversión.

Él celebraba estar vivo y que tantos días después, Hope seguía bien.

Era tan pequeña que no necesitaba que nadie le recordase que de haber permanecido en forma humana no hubiera sobrevivido al frío, al mundo exterior, a no estar dentro de Louis.

Pero lo estaba logrando.  Cada día era una victoria, un paso más cerca de estar absolutamente fuera de peligro.

Louis sabía que él mismo estaba aún en peligro de muerte aunque Jason, María y los demás fingiesen que no era así.

Tenía el ano literalmente abierto.  Las enfermeras que Jason había llevado le cambiaban las gasas y le hacían curas pero hasta que las heridas no cicatrizasen y el cuerpo volviera a su sitio existía un riesgo de infección. 

Hope gimió.  Louis le tapó los oídos y Jason abrió los ojos.

-Feliz Año Nuevo, cariño.

-Feliz Año Nuevo, mi amor.  Hope se asustó por el ruido.

-También tú.  Estás temblando.

-Estaba pensando... cosas.

-No pienses en esas cosas.  Mamá dice que mañana te quitará el hilo de sutura y que en una semana podrás ir al cuarto de baño sólo.

-Dios mío... estás durmiendo a mi lado y llevo pañales.

-Hope también.

-Ella es una recién nacida...

-Louis... Louis.  En lo bueno y en lo malo.  En la salud y en la enfermedad...

-Quiero que llegue ya lo bueno -dijo Louis, rompiendo a llorar.  – Quiero que llegue lo bueno.

Jason se transformó.

Tal cual.  De repente ya no estaba su marido, si no ese hermoso lobo con reflejos rubios.

Era enorme. 

Y cubrió a Hope y a Louis con su calor.

Louis hundió la cara contra su pelaje, llorando.  El animal le lamió las lágrimas mientras la bebé suspiraba y volvía a quedarse dormida.

-Quiero que llegue lo bueno -gimió Louis antes de quedarse dormido.





María contemplaba los fuegos artificiales desde el balcón de la casa de su hijo.  Oficialmente el era su alfa y estaba bajo su protección.

Ese día había presentado en el juzgado los papeles para solicitar el divorcio.

Por supuesto, era un escándalo.  Ellas eran el epítome de matrimonio perfecto.  Cathleen era la mujer referente para muchas.  Una alfa poderosa con una mujer hermosa, exitosa en los negocios y de moral intachable.

Hasta su caída.



El vínculo seguía vivo.  Cerró el balcón y se acostó sobre su cama.

El vínculo seguía vivo. 

No podía anular lo que sentía.  Podía anular un matrimonio, podía maquillar la marca, pero no podía arrancar de su pecho el amor que sentía por su esposa y en ese instante, cuando su cuerpo empezaba a sensibilizarse para entrar en celo, no lograba apenas pensar.  Si solo hubiera sincera, lo hubieran resuelto todo juntas, estaría disfrutando de Jason y Hope y...

Tenía cuarenta y tres años.  Y había pasado los últimos veinticinco casada con Cathleen Morgan.  Con cada una de sus virtudes y errores...

Agachó la cabeza.

Ahí nadie la veía llorar.

No podía dar marcha atrás, aunque lo desease.  Además, no lo deseaba.  Hablaban las hormonas, hablaba su cuerpo deseando ser tocado, hablaban las horas previas al celo y la tristeza de un fin de año sola. 

Había puesto en riesgo a Jason, Louis y Hope.

Pero cada día de esa semana había visto el arrepentimiento en sus ojos... aunque nunca se quedaba a hablar.  Solo la curaba y se iba.

Se acabó.  Tenía que hablar con ella.  Si ese era el final de tantas cosas juntas, aprovecharía que estaría alterada para descargarse con ella, para gritarle, para echarle en cara los pequeños rencores acumulados.

Se puso una capa y salió a la noche.  Se montó en uno de los caballos de Jason y cabalgó sola.

Se sentía fuerte, poderosa.

Y no tenia nada que perder. 

Sin Cuestiones ||Cuestion de Honor T-3||Lason||Zarry||Niam||Wive||Omegaverse||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora