Suelto un suspiro. Me encuentro fumando un cigarrillo fuera del trabajo, y tarareando una canción que se ha metido en mi mente. Necesito encontrar las palabras exactas, para poder decirle a mi jefe, que hasta aquí ha llegado mi estancia en este lugar, y no por que no me sienta cómoda, sino porque necesito algo mas tranquilo, y que se adapte a mi horario, sin parecer todo un zombi.
Aquí reportándome, todo bien con Danna, y conmigo. —Stefan.
Inevitablemente sonrío, mi Danna esta bien. Y algo dentro de mí, algo casi inexistente, le da gusto saber que Stefan, también lo está. Pero seré sincera, no le daré el lujo de que sepa eso.
Me da gusto, por Danna. Nunca pregunte por ti. Cuídala. —Abby.
Eres complicada Abygail. Pero se que algo te debo de importar. La cuidare, un beso. —Stefan.
Creo que nunca me emocionare. Iré por una toalla antibacterial. Jodete Stefan. —Abby.
Muchos mas besos, gruñona. — Stefan.
Niego con la cabeza, este hombre si que sabe sacar algo dentro de mi, definitivamente sabe como sacarme de mis casillas. Guardo el móvil, y apago el cigarrillo. Es la hora.
Casi una hora después, he hablado con mi jefe. Le he dicho todas las razones de por que mi decisión, y aunque un aumento de sueldo me tento demasiado, opte por negarme. Asi que solo 2 dias mas y sere libre, bueno, casi libre.
Las horas pasan rápidamente, lo cual agradesco, quiero ir y aventarme en mi cama. Inconsientemente pienso en un chico de ojos azules, y una risa algo boba sale a flote. ¡Diablos! Niego con la cabeza, y continuo con mi trabajo.
—¿Podrias darme el numero de la chica mas linda de aquí? —Una pregunta, acompañada de una voz perfectamente conocida, me hacen centrar toda mi atención. No se si enojarme, mandarlo a la mierda, ignorarlo, o simplemente dejar todo atrás. —¿Podemos hablar?
—No se si haya algo de que hablar, Sebastian.
—Tu sabes que si.
—¿Lo hiciste? —Pregunto. El asiente.
—No debiste.
—Si comenzamos con esto, vamos a terminar mal Abby. Yo solo quería...mas bien quiero, pedirte una disculpa por todo lo que te dije. —Dice, y al momento saca un cigarrillo. Cosa que verdaderamente me sorprende, lleva mas de 5 años sin fumar.
—¿Y eso? —Apunto hacia el cigarrillo.
—Lo necesitaba. —Responde, una vez que lo enciende. —¿Entonces?
—Sabes que, a pesar de todo, eres una persona importante para mi, sabes que miles de veces hemos peleado, y nos hemos herido, y siempre terminamos arreglando todo. —Encojo los hombros. — Y sabes, no se por que demonios pasa eso. A veces quisiera simplemente dejarte de hablar y...
—Porque, a pesar de todo, sabes que existe un sentimiento que nos une. —Sebastian agrega. —Yo te quiero, Abby. Pero...
—Espera. —Lo interrumpo. —Cuando hay un, pero, viene acompañado de una mala noticia. —Suspiro.
—No sé si sea "mala" del todo. —Hace una pausa, mientras fuma un poco. —Es sobre Stella. —Cuando pronuncia aquel nombre, no puedo evitar sentir una ola de extraños sentimientos, una ola de recuerdos. Trago saliva, e inevitablemente suelto un enorme suspiro. No sabía que podía afectarme de esta manera.
—¿Tu y ella? —Pregunto. Y el asiente rápidamente. ¡Mierda! —¿Cuándo?
—Hace días me busco. —Suelta todo el aire que tenía retenido, acompañado del humo del cigarrillo. —Y volví a sentir cosas que creí habían desaparecido. Yo solo...solo quiero darme una oportunidad.
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Ghost: Destructiva Adicción.
RomanceA veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. Oscar Wilde (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR)