Suelto un grito de total frustración. Después de aquel intenso momento que he pasado con Andrew, este se ha ido, total y jodidamente enojado. Algo que pensaba que podía seguir en mi habitación, termino por un momento de enojo e inmadurez. Abro la puerta principal, y Sebastian me mira.
—¡Que mierda! —Le digo, enojada.
—Abby...—Sin más, Sebastian se lanza a mi boca. ¡Qué mierda! En un rápido movimiento, empujo a Sebastian y este se tropieza, sin embargo, se agarra del marco de la puerta, para no caerse. Ruedo los ojos, totalmente frustrada por su estúpido estado de ebriedad. Y aunque no es la primera vez que he lidiado con estos, hoy definitivamente me molesta, que haya decidido ponerse hasta actuar como un idiota.
—¡¿Qué, demonios?! Esto es el colmo, Sebastian, definitivamente las ganas de dejarte afuera y que te vayas a la mierda, están tentándome.
—No puedes dejarme en este estado, Abby.
—¿Seguro? —Mi pregunta, lleva toda la sorna posible. —Yo no tengo la culpa de que no sepas moderarte. ¡Eres un...! —Como puedo lo guio hasta el baño, para poder meterlo a la regadera. En el camino no deja de decir toda una sarta de tonterías, que sinceramente me hacen reír discretamente. Una vez que regulo la temperatura del agua, ayudo a Sebastian a quitarse la ropa, inconscientemente no puedo evitar darle miradas a su cuerpo, porque siendo sincera, el tipo está buenísimo. Niego con la cabeza y me enfoco en darle una ducha.
—Deberías meterte conmigo, Abby. —Dice, tratando de sonar encantador, pero sinceramente con ese nivel de alcohol, no creo que ni siquiera pueda mantenerse de pie. Así que ignoro su comentario, y me dedico a que enjuagarlo. Minutos más tarde, le vuelvo a poner su playera y bóxer. Retiro las cobijas de mi cama, y le ayudo a que se acueste. Inmediatamente comienza a roncar. Y no puedo evitar reírme.
Lo que acabaría como una noche con Andrew, en mi cama. Termino con una noche con Sebastian en mi cama. Aprovecho para darme una ducha, y quitar los besos, y residuos que Andy ha dejado en mí. ¡Mierda! Caigo en cuenta que no use ni una maldita protección. Salgo del baño y busco mi calendario, hago un par de cuentas, y finalmente el alma regresa a mi cuerpo, al darme cuenta, que no estoy en días fértiles. Que buen susto, me he llevado. Nota mental: Necesito protección la próxima vez.
Si es que hay, próxima vez...
Los rayos del sol traspasan por la cortina color negro, que tengo en mi habitación. Abro los ojos y me encuentro con la mirada de Sebastian. Su cabello castaño claro, está completamente despeinado, su barba creciente y su torso desnudo, son como una imagen que quieres tener en tu mente para recordar.
—¿Y tú playera? —Digo, dejando a un lado lo embelesada de hace unos segundos.
—Tenía calor. —Enmarca la ceja. —Tu, y yo...
—No, no lo hicimos. —Respondo, divertida.
—Digo, no es como si nunca lo hubiéramos hecho, pero yo...no estaba del todo consiente. Y...
—No estabas del todo consiente. —Me mofo. — Estabas totalmente borracho Sebastian, no sé qué mierda paso por tu cabeza para llegar aquí, en ese estado.
—Sali con unos colegas del trabajo, Stella y yo comenzamos a discutir, ella se marchó, y me quede a beber. No quería llegar a casa, y lo primero que paso por mi mente...fuiste tú...
—¿Por qué peleaste con Stella?
—¿Te interesa saberlo?
—Me interesa que lo te sucede, es obvio. —Ruedo los ojos. Sebastian, me lanza una mirada de completa vergüenza, y sinceramente, eso es muy extraño de él. Tensa su mandíbula, y cierra los ojos.
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Ghost: Destructiva Adicción.
RomanceA veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. Oscar Wilde (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR)