Las risas por parte de Sebastian son tan contagiosas, que no puedo evitar controlarme. La manera en cómo bebe su cerveza, la forma en cómo responde tan educadamente me hace sentirme cómoda, tranquila, como si todo a mi alrededor estuviera bien.
La ida al cine se había suspendido ante la llamada de Anastasia y Jesse. Y aunque al principio Sebastian descartaba la idea, al final accedió ante los lloriqueos y exigencias de su linda y consentida hermana.
Mientras Jesse cuenta una de sus aventuras, yo me disculpo para ir al baño, esto de tomar alcohol, hace que parezca una fuente de agua. La fila de chicas es pequeña, sin embargo, con las ganas que tengo, es como si fueran cientos de chicas. Muevo mis pies para ignorar la sensación.
Algo en mi pantalón vibra, saco el móvil, y un numero desconocido aparece, no dudo en contestar, puede ser mamá, o Stefan.
—¿Sí? —Pregunto.
—Abby... —Una voz ligeramente conocida, dice mi nombre. El ruido, la música, la risa de las chicas en el baño, hacen que se distorsione por completo la voz proveniente del otro lado de la línea. Sin mas cuelgo, primero lo primero.
Minutos más tarde, mi móvil vuelve a vibrar. Tomo un suspiro, y maldigo por no escuchar absolutamente nada, me alejo del bullicio, y respondo.
—¿Sí? —Nuevamente pregunto.
—Soy yo...Abby.
Alejo el móvil de mi oído, y lo pongo frente a mí, como si el móvil pudiera verme. Mi corazón late con fuerza, con tanta fuerza que escucho como retumba. Trago saliva y cuelgo.
Me siento confundida, distraída y más. Trato de calmar esta ansiedad que siento, necesito calmar esta ansiedad, de verdad que sí. No dejo de mirar el móvil, no dejo de pensar en cómo demonios sigue afectándome de esta manera. Cierro los ojos, y trato de imaginarme el mejor de los escenarios, imaginar que adentro tengo 3 amigos que esperan por mí, y que debo estar tranquila, calmada.
¡Necesito componerme!
Niego con la cabeza para así eliminar ideas que no valen la pena, suelto un suspiro y me decido de una vez a entrar.
—Abygail... —Un agarre en mi brazo, me detiene. Una corriente eléctrica, extraña, traspasa mi cuerpo, y entonces sé que solo una persona puede hacerme sentir de esa manera, puede descomponerme tanto que lo único que quiero es soltarme y huir como una vil cobarde.
—Que... ¿Qué quieres? —Pregunto, con toda seriedad posible, y es que lo peor, que, aunque no debo, ni quiero, un atisbo de sentimientos positivos estremece mi interior, es como si quisiera besarlo y golpearlo al mismo tiempo.
—¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué huiste? —Su pregunta, me saca de enfoque por completo. Su agarre no cesa, al contrario, se intensifica, como si con ese agarre pudiera transmitir todo el enojo que carga.
—Sabes perfectamente que...
—Estoy enamorado de ti Abby, estoy hasta la mierda de enamorado de ti.
Y entonces todo lo que había dicho en ese mes, todo lo que me había prohibido recordar, todo lo que me había prohibido sentir, todos los sentimientos negativos, todas las culpas, todo absolutamente todo lo que no quería, se va al carajo.
Aquellos intensos ojos azules me observan, esperando una respuesta, esperando, aunque sea algo. Su barbilla esta tensa, y su manzana de adán sobresale. Y como es de esperarse mi corazón se acelera como no debería, mi corazón casi sale al verlo ahí, frente a mí, totalmente expuesto, totalmente encantador, total y jodidamente perfecto.
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Ghost: Destructiva Adicción.
RomanceA veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. Oscar Wilde (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR)