Suelto un enorme suspiro. Me remuevo un par de veces, ante la extraña sensación de un nuevo trabajo. Sebastian ya ha hablado con su colega, y este ha aceptado, debido a la recomendación de él. Nora, su asistente, tendrá incapacidad por embarazo, así que yo la cubriré por 3 meses. Tiempo suficiente en lo que termino mi carrera, y busco algo relacionado con ella.
—Muchas gracias, Sebastian. —Digo una vez, que se ha terminado la entrevista de trabajo.
—No tienes absolutamente nada que agradecerme Abby. Sabes perfectamente que, si puedo ayudarte, lo haré. —Dice, al momento que me brinda esa sonrisa encantadora que porta.
—Eres una gran persona. —Sin pensarlo, le doy un fuerte abrazo. Sebastian acepta, incluso lo intensifica. Segundos después, su abrazo cesa, y se sienta en la gran silla que tiene su escritorio.
—Harper...quisiera mandarte a hacer algunos análisis, solo quiero confirmar que estés bien. —La manera en que lo dice, me pone intranquila, y sinceramente me hace pensar lo peor.
—¿Por qué? —Pregunto, ignorando la explicación que me ha hado hace unos segundos.
—Abby...solo quiero confirmar que todo este bien. —Insiste. —No te alarmes.
—Como no quieres que me alarme. Si vienes y me dices cosas que me ponen intranquila. —Niego con la cabeza. —¿Estas escondiéndome algo?
—Tienes que calmarte Harper. Ya lo dije, es solo por tu bien. Solo una revisión, y listo, tranquilízate.
—Sebastian...no quiero que algo pase.
—Y por eso estoy previniendo, tranquila. —Sebastian, dice con todo dulzón. Su imponente cuerpo, me reconforta en un abrazo. Sinceramente, el hecho de pensar que algo pueda estar mal, me hace ponerme de nervios, no quiero que algo se complique, no ahora. Desconozco el tiempo que nos hemos abrazo, sin embargo, me alejo un poco, para poder recuperarme del adormecimiento en mis brazos. —Nuevamente gracias Sebastian.
—De nada Harper.
Salgo del hospital, y mi humor no es el mejor, no porque este molesta, no porque me incomode algo, es solo el hecho de que mi mente hace demasiadas ideas de las cuales no tengo control, y eso sin duda me desequilibra. La canción de Bring me the horizon, suena. El nombre de Anastasia aparece, sin embargo, no quiero responder. Antes de guardar el móvil, saco de mi bolsa la cajetilla de cigarrillos, en este momento necesito algo de nicotina. Nuevamente mi móvil suena, es Andrew.
—Hola, bonita. —Su voz suena dulce, y completamente envolvente. ¡Demonios! —Solo para decir que no podre ir a tu casa, salieron algunos pendientes en el club.
—Si, descuida. Entiendo. —Digo, un poco seria. Y no por que me moleste el no verlo, es el hecho que, sin él, no tendré mi mente ocupada, y las palabras de Sebastian estarán rondando por mi cabeza.
—¿Pasa algo? —Se que mi tono de voz, ha delatado mi humor.
—Nada, Andy. Es solo que...—Hago una pausa, mientras intento decir algo que justifique mi seriedad. —Es...me siento un poco mal, ya sabes...cosas de chicas. —Digo, y no puedo evitar sentirme idiota por lo que acabo de decir. ¿Por qué dije eso?
—Eso significa que no habrá nada de acción. —Puedo casi asegurar que se está mofando de mí, incluso escucho un par de carcajadas.
—Eres un tonto, Andrew. —Niego con la cabeza, evitando reírme.
—Lo siento Abby, quería escucharte bien, Nos vemos mañana, bonita.
—Gracias. —Suelto un suspiro. —Nos vemos mañana. —Confirmo.
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Ghost: Destructiva Adicción.
RomanceA veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. Oscar Wilde (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR)