El receso llega, y muero por ir al comedor y pedir un buen emparedado de pollo, junto a un enorme vaso lleno de cafeína. Una vez que ya he ordenado, y me han servido, voy en busca de una mesa. Checo mi móvil, y nuevamente las llamadas están ahí. Se que tengo que contestar, y de demorarme más, algo va a suceder. En estos momentos, solo necesito alimentarme, y después ya veremos.
—Jesse, me ha pedido que seamos novios. —La vocecita de Anastasia, me saca de toda concentración posible.
—¡De verdad! —Grito, completamente emocionada. —Ana, no sabes que gusto me da.
—Lo sé. —Dice, pero puedo notar que algo la incómoda.
—Bueno, pensé que estarías más eufórica. —Comento, una vez que termino de pasarme el bocado.
—Y lo estoy. Pero...
—Sabía que había un jodido, pero. —Mi intuición, es casi perfecta. —¿Cuál, es?
—No es sobre Jesse. —¡Demonios! Se lo a lo que se refiere. —Es...Sebastian. Abby.
—Sabes...sé que esto siempre va a hacer así, tu adoras a Sebastian, pero no me agrada que te preocupes de más, o que te hagas ideas que no van. En realidad, suele ser algo molesto. —Mis palabras son sinceras. Y de verdad, es así.
—No puedo evitar que no me importe.
—Comprendo perfectamente, pero puedes evitar dejar de querer crear cosas que no. —Suelto, y mi amiga solamente me mira.
—Creo que es injusto. —Inquiere.
—No lo es.
—¡Claro que lo es! —Su tono comienza a elevarse. —Tu provocaste que golpearan a mi hermano. Abby, porque no puedes simplemente aceptarlo, y dejar de lastimarlo.
—Anastasia. Espera. ¿Es verdad lo que estás diciéndome? —Pregunto, aún incrédula ante semejantes palabras. —Es por eso que has estado córtate.
—Si, es verdad. Tu siempre lastimas a mi hermano. —Vuelve a decir. Se que estoy a punto de mandar todo a la mierda.
—Ana. Tú no tienes por qué decir esas cosas, Sebastian ya está grande, como para que su hermana tenga que abogar por él. Nunca hemos tenido problemas por esto. No comiences.
—Me importa una completa mierda Abby, nunca he estado de acuerdo como llevan su relación y...
—No hay ninguna relación, carajo. ¡Basta! —Grito. Y son completamente consiente que estamos siendo el centro de atención de toda la universidad.
—¿Ninguna? —La burla de Ana, me está molestando aún más. —Entonces todas esas veces que estuviste en su cama, ¿Qué mierda fue?
—Cállate Anastasia. Solo cállate. —Mi pulso aumenta. Estoy a punto de...
—A entonces ya estas entendiendo. —Su sonrisita. Que jamás ha usado conmigo, aparece. —El de verdad te quiere, mientras tu solo querías tener a quien te enseñara a... —Y entonces todo se va por el caño, impulsivamente, con toda ventaja y alevosía, mi mano golpea su mejilla derecha. Los gritos de los chicos comienzan, las burlas de las chicas se hacen presentes. Mi mano arde, cosquillea y más.
Anastasia no tarda en responderme, se abalanza sobre mí, y yo no puedo continuar, con esto, porque a pesar de todas las cosas que ha dicho hace unos minutos, no puedo golpearla, más de lo que lo hice. Me siento enojada, llena de rabia, frustrada, pero no puedo seguir más con esto, así que simplemente cierro los ojos, y dejo que ella desquite toda esa mezcla de sentimientos que posee. Mi cuerpo duele, y más debido a mi padecimiento, la cabeza me punza, y el sabor metálico se siente en mis labios. No sé cuánto tiempo pasa, cuando alguien me levanta, del piso frío. Mi vista se desvía ante resplandeciente luz, veo a la pelirroja removerse del chico que la está deteniendo.
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Ghost: Destructiva Adicción.
RomanceA veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. Oscar Wilde (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR) (SIN CORREGIR)