›Capítulo catorce

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Ariel había ignorado tal afirmación del June y cambió radicalmente el tema, preguntando sobre su vuelo y que esperaba conocer de su bello país. La castaña descubrió que la rubia no era tan mala después de todo, pero no podía evitar sentir un ligero rencor hacia ella que le hacía sentir incómoda.

Las dos cenaron acompañadas de los padres de Ariel y entablaron una conversación amena. Su padre preguntando sobre la costumbre diferente más notable entre ambas nacionalidades, June respondió que los mexicanos habían sido muy cordial con ella e intentaban hablar su lengua materna. En Australia a los extranjeros se les hablaba en inglés y no eran tan cordiales como ahí.

A la hora de dormir, Ariel le dio la espalda a la rubia y cerró los ojos, pero tardó en conciliar el sueño ya que no podía dejar de imaginar a June y a Mike tomados de las manos..., pero vaya que era masoquista por pensar en eso y lo detestaba.

Al día siguiente, Mike entró por la ventana sin hacer un ruido, como era de posible. Pero parecía que su cuerpo no quería obedecerlo porque se enredó en los zapatos de su mejor amiga rubia y se desequilibró, sacudiéndose de un lado al otro y terminó por dar un gran pisotón que sonó por toda la habitación. Sin embargo ambas chicas parecía un troco al dormir ya que no se inmutaron ni un centímetro.

Sacó el celular del bolsillo de su pantalón y decidió tomar una foto para inmortalizar aquel momento en que sus dos mejores amigas se veían tan tranquilas y tiernas una a lado de la otro. Justo cuando le picó, sonó ligeramente y un destelló salió por la lámpara. El muy idiota tenía el flash activado. Se maldijo un par de segundos porque sabía que eso iba a despertar a la castaña.

Y así fue, la chica empezó a soltar palabras somnolienta, pero terminó por despertarse y se levantó de la cama, mirando sus descalzos pies. ¡Otra vez había amanecido sin calcetas!. Frotó sus ojos con el puño cerrado y todavía no se había percatado que su mejor amigo estaba al frente de ella y no dejaba de observarla. Mike sonrió sin mostrar los dientes por el cabello de ella, estaba todo alborotado creando una melena.

Ariel abrió sus labios e hizo una mueca porque le llegó un mal olor. Después giró un poco su rostro y se encontró con una silueta irreconocible por unos instantes y soltó un chillido mientras salía de la cama en un brinco.

Mike rodó los ojos burlón, una Ariel recién levantada no funcionaba bien. Ella se acercó a él y lo golpeó en el brazo con fuerza para que le doliera.

—Voy a cerrar la ventana ahora en adelante —advirtió acusándolo con el dedo.

Mike agradeció ser más alto que ella y que el olor mañanero no le llegara a la nariz.

We know you don't do that.

That's true —farfulló resignada.

June se sentó en la cama cuando el silencio impregnó la habitación. Ella los observó por unos instantes y le causó gracia que Mike intentara acomodar el largo y alborotado pelo de la mexicana. Ella lo tenía un poco más largo y liso, por lo que no complicaba mucho, además dormía con el pelo amarrado para no tener el problema de la chica en la mañana.

Hi guys —saludó animadamente.

How did you sleep? —preguntó Mike mientras soltaba a su mejor amiga para ir a la cama y sentarse a lado de la rubia.

Maldita rubia, ojalá y el mito que las rubias fueran estúpidas fuera verdad, así Ariel no tendría que competir con aquella chica. Pero si los rubios son estúpidos, significaría que Mike también lo sería. Sacudió su cabeza para sacar ese feo pensamiento y los observó hablar, ¿es que acaso ella se encontraba pintada o algo por el estilo?.

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