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Desperté con una sensación agradable. La primera semana en la nueva universidad llegaba a su término, al fin viernes.

Los días anteriores me habían ayudado a acostumbrarme al horario con facilidad y no tenía problema con los deberes, estudiar siempre había resultado fácil para mí.

Tomé mi ducha matutina, me vestí con el uniforme, arreglé mi cabello y estaba decidida a salir de casa junto a papá que me esperaba abajo, cuando me di cuenta de que una de mis medias estaba más baja que la otra y dos pequeñas marcas en forma de líneas horizontales se alcanzaban a ver.

Subí la media y pasé mis dedos por encima, recordé la vez que me había provocado esas marcas.

Yo era originaria de Busan.

Todos en mi antigua escuela se burlaban de mí por ser delgada, decían que era anoréxica y bulímica, que no era más que una enferma. Los profesores jamás hicieron nada a pesar de que recibía incluso agresiones físicas.

El día que sufrí la crisis emocional, fue cuando por la mañana me di cuenta de que la escuela estaba llena de fotos mías pegadas en las paredes. Era una foto donde yo estaba en los vestidores, cuando cambiaba mi uniforme de gimnasia, estaba en ropa interior, obviamente alguna chica la había tomado sin que yo me diera cuenta.

Intenté arrancarlas todas, pero era imposible. Mi autoestima y mi condición emocional se fueron a la mierda. Lloré sin control.

Aquel mismo día, cuando me encontraba en la cafetería, un grupo de chicas comenzaron a llenar de comida mi cabello, mi uniforme y todos mis útiles, ridiculizándome frente a todos.

Salí directamente a casa, lloraba y estaba llena de restos de comida.

Al llegar papá no estaba. Subí directamente a mi habitación y me detuve en el espejo, me veía tan humillante.

Rompí el espejo y con uno de los trozos comencé a dejar cortadas y heridas en mis muñecas y muslos. Sentía que era un alivio.

Vaya error.

Cuando papá llegó, quitó bruscamente el trozo de vidrio y me llevó al hospital, comenzaba a perder mucha sangre.

Los doctores lograron cerrar las heridas y vendarme.

De ahí en adelante todo fueron citas con el psiquiatra, y felicidad fingida de papá para que no notara su cansancio.

Hasta que sucedió.

Llegó el día en el que no me sentía vacía ya, en el que me decidí a salir adelante junto a papá. Entonces nos mudamos a Seúl, a comenzar de cero.

Y aquí estaba, cumpliéndole a papá con la promesa de ser feliz. Porque comenzaba a serlo.

-¿Hija todo bien?-  escuché su grito desde abajo.

Sonreí levemente.- ¡Si papá!-

Tomé mis útiles rápidamente y bajé junto a él. Subimos a su auto y lo puso en marcha hacia la universidad.

En el camino cantamos juntos alguna cancioncilla vergonzosa para los demás pero para papá y para mí, totalmente buena.

Al llegar bajé del auto, nos despedimos y me incliné en la ventana.

-Pa.-

-¿Qué pasa hija?-

-Te quiero.- dije sonriente.

-Y yo a ti Eunji.- me sonrió de vuelta.

Save her ➳ J.J.K;BTSWhere stories live. Discover now