Save her ➳ J.J.K;BTS

❆22❆

Envolví el tiritante cuerpo de Eunji en la toalla que había tirado por la sorpresa, le ayudé a secar su cabello con otra toalla y después salimos a la habitación, le di espacio para que pudiera colocarse la ropa que le había dado. Le dije que juntara la ropa sucia en un cesto y ella accedió. Aproveché el tiempo para ducharme yo y colocarme también mi ropa para dormir.

Cuando fui informado que ella ya estaba lista, entré a la habitación y la encontré sentada en la cama, no pude evitar que una sonrisa se plasmara en mi rostro.

-Mi pijama te sienta bien eh.- le dije mirándola con ternura, a pesar de que mi ropa le quedaba un poco grande, se veía realmente adorable.

Ella solo agachó la cabeza aparentemente avergonzada.

Me dirigí hacia el tocador de la habitación, abrí un cajón y saqué un cepillo. Acercándome, me senté detrás de ella y comencé a cepillar su cabello azabache, procurando no jalar de ella ni causarle dolor. Por un momento me perdí admirando que tan lindo era todo en ella.

-¿Por qué haces esto?-

Su voz me regresó a la tierra.

-¿Por qué hago que cosa?- pregunté sin saber exactamente a qué se refería.

-¿Por qué eres bueno conmigo? Ni siquiera me conoces del todo.- dijo lo último en un susurro perfectamente audible.

-Porque a mí me gustaría que hicieran lo mismo por mí si algún día lo necesitara. Además... porque a pesar de no conocerte del todo, te conozco lo suficiente para estar seguro de estar aquí, apoyándote incondicionalmente Eunji.-

Soltó un suspiro y supuse que estaba pensando las palabras que diría a continuación por la manera en la que trastabilló antes de hablar.

-No necesito todo esto. Es decir, estoy bien.-

Ahora fui yo quien suspiró y negué con la cabeza a pesar de que ella no podía verme, cepillando aún su cabello.

-No seas torpe.- dije seguro.

-¿Cómo?- sentí un ligero tono de indignación en su voz.

-Que no seas torpe y dejes de hacer eso.- respondí.

-¿Dejo de hacer qué?-

Terminé de cepillar su cabello y me puse de pie. Lancé despacio el cepillo a algún lado de la cama y me coloqué frente a ella, sentándome en la cama. Tomé un mechón de cabello y lo coloqué detrás de su pequeña oreja.

-Eso.- hablé.- Aún con esa mirada triste, te empeñas en decir que estás bien.-

Agachó su cabeza, provocando que el cabello mojado se le moviera hacia enfrente. Levanté su rostro con mi mano.

-Recuerda lo que aquel día te dije, tus ojos son muy lindos como para que no los presumas mirando a los ojos a la gente, Eunji.-

Noté un como un ligero tono carmesí adornó sus mejillas y movió los ojos de un lado a otro sin poderme sostener la mirada, acto que por cierto, me causó bastante ternura.

-Quiero dormir.- susurró apartando mi mano de su rostro ligeramente.

-Durmamos entonces.- me puse de pie y apagué las luces, después me acomodé bajo las sábanas haciendo un espacio para Eunji.

-¿J-juntos?-

Reí enternecido.- Sí Eunji, juntos, no te dejaré sola en ningún momento.- palmeé el lado de la cama disponible.

Ella gateó lentamente y se acomodó también bajo las sábanas, dejando un espacio entre los dos. Estábamos listos para dormir.

-Buenas noches.- dije sin recibir respuesta.

Escuché un suspiro salir de sus labios.

Pasaron minutos, no supe exactamente cuántos, pero estaba seguro de que al menos se habían convertido ya en una o dos horas.

-Jungkook.-

Su voz me despertó del ensueño que comenzaba a apoderarse de mi cuerpo.

-¿Qué pasa?-

-Me odio por ser tan débil.-

Las palabras no las esperaba escuchar en absoluto, y debo de admitir que me dolió escucharla decir aquello, es decir, me dolió saber que se creía débil y que se odiaba ella misma.

-No eres débil Eunji. Eres una de las personas más fuertes que conozco, has soportado mucho y sigues de pie. Jamás vuelvas a decir que eres débil.- acomodé mi cuerpo más cerca del suyo y a tientas logré tomar su mano.- Y nunca, vuelvas a decir que te odias, eres quien más se debe querer, eres tú misma quien más se debe amar.-

Un sollozo se escuchó en la habitación, apreté la mano de Eunji

-Estoy llena de cicatrices Jungkook.- se sorbió la nariz.- Tanto físicas, como aquellas cicatrices que no logran verse.-

Abracé su pequeño cuerpo en comparación al mío, acomodando su cabeza en mi pecho, sentí algo de incomodidad en ella cuando tensó sus músculos ante mi cercanía, pero después de unos momentos, relajó su cuerpo.

-Tus cicatrices te han hecho más bella, fuerte, amable y sabia, nada menos. En algún lugar leí que las cicatrices son muy importantes, y hay que lucirlas con orgullo, porque cada una, cuenta una historia tan pequeña o grande como quieras.-

Después de decir aquello, no escuché palabra salir de Eunji. El tiempo pasó y yo me quedé dormido acariciando su cabello; con la esperanza de que las cosas y el ánimo de la persona dormida a mi lado, pronto mejoraran.