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Eunji


Habían pasado 2 años y un poco más desde que oficialmente me había mudado con Jungkook.

Era Diciembre, invierno, clima frío, la nieve amenazaba con comenzar a aparecer y las festividades se acercaban. Un año más y sería la graduación, la universidad se convirtió en un lugar más tranquilo después de todo lo que había pasado, Soyoung había sido transferida a otra universidad y agradecí mil veces al cielo por eso.

La casa en donde yo solía vivir con mi padre la había cuidado por un año y medio más. Iba 3 veces por semana a limpiar y de vez en cuanto a pasar el rato ahí recordando mi vida en aquel lugar. Más adelante decidí que era hora de cerrar el ciclo de esa parte de mi vida, si bien adoraba esa casa era tiempo de dar el paso siguiente. Vendí la casa de mi padre y el 85% dinero que recibí lo doné a una asociación especializada en los problemas mentales infantiles y juveniles, donde ayudaban a aquellos jóvenes que sufrían de acoso escolar o padecían alguna complicación mental.

Conservé algunas cosas de papá en un baúl que tenía conmigo en casa. La revisaba alguna vez porque me gustaba recordar su aroma y a él en sí. También visitaba la urna de papá y charlaba con él, le contaba acerca de mi vida, de la escuela, de Jungkook, mis amigos y sobre todo, le hacía saber que yo estaba bien y que cuidaban bien de mí.

Jamás olvidaba mencionarle cuánto lo extrañaba.

Cabe mencionar que a mi tía siempre le estuve recalcando que no tenía de que preocuparse, ella solía visitarme y asegurarse de eso, Jungkook y ella no tenían una muy buena relación, pero no era nada que no pudieran sobrellevar.

En mi tratamiento había tenido un avance muy significativo en este lapso de tiempo, tanto que ahora ayudaba a la doctora Kim con los pacientes que eran similares a mí. Se trataba de pequeñas reuniones donde los pacientes charlan conmigo acerca de todo aquello que les aterra, lo que no les gusta y de aquello que disfrutan mientras yo les comparto mi experiencia, por los obstáculos que he pasado y cómo los superé. La información que obtengo va directo con la doctora Kim y así podemos obtener un mejor diagnóstico o darles un mejor tratamiento.

Jungkook siempre me acompañaba a aquellas reuniones, a la urna de mi padre y a todos lados donde le fuera posible.

Por las noches charlábamos de nuestros días, de cómo nos sentíamos y de lo que se nos viniera a la mente en ese momento. Si bien al inicio hubo alguna crisis y baches en el camino, supimos cómo vencerlos, llegando a la tranquilidad de ambos.

Disfrutaba mucho el tiempo que pasaba junto a Jungkook, lo que sea que hiciésemos, adoraba hacerlo con él, desde ir a cenar, por un café o ir a bailar (gracias a los pasos que Jungkook me había enseñado), hasta estar en casa y darnos un baño en la tina juntos.

Las salidas con los chicos se habían vuelto más seguidas y a todos y cada uno de ellos les había aprendido algo, todos me apoyaban en caso de ser necesario. Resulté hacerme una buena amistad de Yoongi, teníamos bastantes cosas en común.

Aprendí que a veces las personas queremos sobrellevar problemas o situaciones por nuestra cuenta, pero por más que lo intentamos, no es posible. Y está bien reconocer eso y no está mal pedir ayuda cuando es necesario. La salud mental es muchísimo más importante de lo que creemos.

Al fin estaba plena, viviendo al lado del hombre que tanto quería y que tantas cosas me había enseñado. Me encontraba feliz, pero sobre todo, al fin tranquila.


Jungkook


Llevaba más de 2 años viviendo con Eunji, teníamos una vida juntos.

Se acercaba Navidad y esa época que a Eunji tanto le hacía ilusión, era invierno y en un año estaríamos graduándonos.

Por fin lograba ver a Eunji completa. Al inicio de todo, las cosas no fueron precisamente de color de rosa, ella tuvo ciertas crisis por las noches dónde las cosas parecían complicarse, pero cuando eso pasaba yo estaba ahí para abrazarla y tranquilizarla, en ningún momento me separé de ella. Siempre le recordaba lo fuerte que era y lo mucho que la quería.

Cuando tomó la decisión de vender la casa de su padre, honestamente lo dudé un poco debido a el significado que tenía esa casa para ella, pero, al final me contó lo que haría con la mayor parte del dinero y al verle la cara llena de emoción, la apoyé de inmediato al ver que también era un sano ejercicio para ella.

Eunji se convirtió en una ayuda extra para la doctora Kim, había reuniones con más pacientes y ella intentaba orientarlos en base a lo que ella había pasado, siempre la acompañaba y la admiraba bastante cuando estaba ahí ayudando a más personas. Un sentimiento de orgullo e inmenso amor inundaba todo mi pecho.

También la acompañaba a visitar la urna de su padre para que ella pudiera charlar con él. Se convirtió en un hábito para Eunji, pero había algo que ella no sabía.

Yo solía visitar a su padre a solas.

Me gustaba decirle cuánto quería a su hija y que tan feliz me hacía, claro está que le remarcaba que no tenía de que preocuparse porque cuidaría bien de Eunji, prometí que no lo decepcionaría.

Adoraba el tiempo que pasaba junto a Eunji, me gustaba darme cuenta de que ahora ella tenía una buena relación con mis amigos y que disfrutaba salir de casa, pero, sin duda el tiempo que más me gustaba era el que pasaba con Eunji a solas, así fuésemos de caminata al parque o por las noches cepillar su cabello después de un baño.

Ella me enseñó bastantes cosas, entre ellas, que siempre debemos ser solidarios y empáticos con la gente que nos rodea, porque en realidad jamás sabemos por lo que estén pasando o qué problemas vengan cargando.

Pero hay algo de lo que me enorgullezco muchísimo.

Ayudé a Eunji a no avergonzarse de las cicatrices del pasado que tiene, tanto físicas como emocionales. Le expliqué que para mí las cicatrices son como las marcas de guerra de un gladiador, son marca de las batallas ganadas, del aprendizaje obtenido, de las lecciones superadas y eso no es nada de avergonzarse.

Entendió que las cicatrices demuestran que si bien tuvimos momentos difíciles, logramos pasarlos llenos de valentía. Y un día alguien dijo: "La valentía no es la ausencia del miedo, si no la sabiduría de que hay algo más importante que el miedo." Las cicatrices son algo de lo cual estar orgulloso y Eunji lo sabía.

Eunji.

Jamás imaginé sentir tanto amor por una persona.Pero lo siento. Y soy feliz con ella, somos felices uno con el otro, y quiénsabe, tal vez en el futuro nos espere algo aún más grande


Aunque no pueda entender tu respiración, está bien, yo te sostendré entre mis brazos.







-.-.-.-.-

Aquí por fin la parte final de esta novelita.

Nuevamente me disculpo por mi desaparición, pero como les dije, habrá nuevamente movimiento por aquí.

Les quiero muchísimo, gracias por leerme.

Save her ➳ J.J.K;BTSWhere stories live. Discover now