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Pasé toda la siguiente semana y fin de semana pegado a Eunji, incluso podríamos decir que se mudó a mi apartamento. El día que teníamos que ir por sus cosas para trasladarse se negó a bajar del carro y tuve que entrar yo mismo a hacer y traer sus maletas. Ese día sentí la nostalgia invadirme al estar en aquella casa, entendía porque Eunji no quería adentrarse.

Creí que las cosas mejorarían aunque fuera un poco, pero parecía que todo solo había empeorado. Dejó de comer, no volvió a dirigirle la palabra a nadie, y pasaba su día dormida o fingiendo dormir, eso sin contar que lloraba hasta fatigarse e incluso dos días seguidos devolvió el estómago. Chohee y yo éramos quiénes más intentábamos sacarla adelante, pero nada, absolutamente nada de nada.

Ni un maldito paso habíamos avanzado.

Lunes por la mañana.

Desperté y me encontré con la figura pequeña que era el cuerpo de Eunji, la cual estaba despierta mirándome. Sin quererlo me puso nervioso, tenía su triste mirada clavada en la mía sin embargo había algo en ella que no lograba descifrar.

-Tenemos que regresar al instituto.- dije despacio.

Creí que no recibiría ninguna respuesta, pero me sorprendí cuando Eunji asintió lentamente con la cabeza para después ponerse de pie igual de lento.

Nos arreglamos en silencio, cada vez que yo intentaba sacar algún tema era de esperarse que me quedara hablando solo. Tomamos el almuerzo y salimos camino al instituto.

Tenía algo de miedo por varias cosas; llevaba días sin saber qué cosas pasaban por la cabeza de Eunji, por qué se callaba tanto. Tenía miedo también de dejarla sola, o que alguien le hiciera daño.

Chohee nos alcanzó en la entrada junto a Hoseok y los demás chicos. Noté como intentaban subirle el ánimo a Eunji, pero veía que ella solo se incomodaba así que con la mirada les pedí que parasen. Decidimos caminar a nuestras clases normales.

Instantáneamente, en el pasillo las miradas se posaron en ella. No quería que se aturdiera así que decidí tomar su mano.

Pero Eunji se adelantó tomando la mía primero. Di un respingo al darme cuenta de ello, pero después solo la acerqué más a mi pecho.

Nadie le haría nada, de eso me encargaba yo.

Entramos a nuestra aula y los murmullos comenzaron a hacerse presentes.

-Silencio jóvenes.- dijo la profesora que ya estaba en su escritorio.- No voy a tolerar ese tipo de conducta, se los advierto.-

Agradecí mentalmente a la profesora y me senté junto a Eunji con Chohee detrás.

Las clases comenzaron a transcurrir, la mirada de Eunji estaba en la ventana pero no parecía mirar algo preciso, era simplemente mirar a la nada. Así pasó todo el día.

A la hora de nuestro descanso me senté con ella y los demás en una mesa fuera en el jardín. El clima era algo fresco y Eunji no llevaba nada además del uniforme. Me quité la chaqueta y se la coloqué a ella. Sus ojos se cerraron por un momento.

-Huele a ti.- soltó en un susurro que solo yo pude escuchar, ya que los demás se encontraban jugando y riendo. No pude evitar sonrojarme.

-P-pues sí. Es mi chaqueta. Y-yo...-

Comencé a tartamudear como idiota, pero me detuve al ver las comisuras de los labios de Eunji elevarse en una diminuta sonrisa que por poco y no logro ver.

¡Sonreía! ¡Estaba sonriendo!

Sonreí también para hacerle compañía. Pero después de un suspiro por parte de ella, la sonrisa volvió a esfumarse.

Y no sabía hasta cuando volvería a aparecer aquella sonrisa dulce que en ese momento fui afortunado de presenciar.

Save her ➳ J.J.K;BTSWhere stories live. Discover now