Veinticinco.

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-Esperó que tu padre te haya enseñado a usar una de estas.-Comentó Andrew mientras sopesaba en su mano una pistola calibre 45.

Lo miré desde la cama, donde me encontraba sentada, sin duda algúna esta habitación era más grande que mi cocina y mi sala juntas; era realmente hermosa y lujosa.

Asentí distraidamente, a lo que Andrew sonrió.

-Kendall, creó que deberías comprender a Blake.

-¿Eres mi abuelo o de él?

Sonrio nervioso y se tallo los ojos.

-Tuyo, pero soy imparcial.

-Imparcial....-Saboree la palabra en mi boca.-Muchas personas son imparciales, como los jueces, ellos deben ser imparciales, o esa jodida maestra de quinto año, cuando participe en un concurso y una de las demás niñas hizo trampa, yo se lo comenté ¿Y sabes que dijo? "Soy imparcial." Fue lo que dijo, y entonces la tramposa gano.-Mire a mi abuelo a los ojos.-Eres mi abuelo, tú no puedes ser imparcial.

-Trataré de no ser imparcial.

Rodee los ojos.

-¿De donde sacaste esa pistola?

-Siempre hay que tener un az bajo la manga.

Torcí los ojos y el telefono  de la habitación sonó, Andrew se levantó a contestar.

-En un momento bajo.

Camino hasta la puerta, no sin antes haber escondido todo el arsenal que traía abajo de la cama.

-Andres Álvarez.-lo llame, mofandome de el nombre falso que había dado en recepción.-Cuando regreses me traes un café bien cargado.

-El café te hace vieja.

-¿Cuanto café has bebido entonces, anciano?

Él rodoo los ojos y salió de la habitación cerrando la puerta tras de si.

Cuando llegamos a la habitación unas maletas ya estaban aquí, al parecer Andrew las había mandado pedir.
Abrí la mia, y puede observar toda la ropa muy bien doblada y limpia, nada de esto era mio.

Saque ropa interior (aún tenía etiqueta todo) unos shorts negros y una blusa azul, un par de calcetines y una toalla, y entre al baño.

Necesitaba bañarme, quitar toda la suciedad de mi cuerpo.
Así que entre al baño y tome una larga ducha, para despúes secarme y cambiarme.

No era una sorpresa para mi ver a Blake sentado en la cama en la que antes había estado sentada yo, lo que llamó mi atención fue que estaba solo, ambos estabamos solos.

Sus inminentes ojos avellana me observaban minuiciosamente, esperando cual quier movimiento mio, mientras yo solo estaba estancada en el umbral de la puerta del baño, con la toalla que me estaba secando el cabello en la mano.

-¿Donde esta Andrew?

-Fue en busca de Colton.

Me acerque un poco más a él, tan solo para dejar la toalla en la silla que estaba a su lado. Entonces note algo que no había visto, sus ojos estaban rojos, pequeñas manchas de sangre hacian lucir el color claro de sus ojos un poco más oscuro, su cabello estaba revuelto, como si hubiera tirado repetitivas veces de el.

-¿Que ha pasado?-Pregunte tituveante,  no solo me referia a este momento, y él lo sabía, èl sabia que había llegado el momento de hablar sobre todo lo ocurrido.

Me sente en frente de él, en la cama continua, tan solo con escasos metros separandonos.

-Perdón.-Murmuró debilmente.

El diario de Venus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora