Diesinueve.

230 19 0
                                    

Este capitulo quiero dedicarselo con mucho cariño a JohnsonEncalada  por ser el primer hombre que conozco que le gusta leer, y por ser el primero que se ha atrevido a hablar conmigo sobre mi escritura,  GRACIAS, espero que nuestra amistad siga progresando y poder conocer más sobre ti y sobre Venezuela.
PD: TIENES UNA HERMOSA VOZ.


Mis papilas gustativas le agradecian demasiado a este hombre, sin duda ellas como yo amaban las hamburguesas de pollo que vendía el Mc'Donalds.

-¿Puedo saber porque pediste una cajita feliz con juguete para niña?-Dije aún con un poco de comida en la boca, evitando atragantarme.

-Por que me gusta.-se limitó a contestar mientras le ponía catsup a la pequeña porción de papas fritas que venian en su cajita.

-Pudiste haber pedido juguete de niño.-me encogí de hombros y le di otra mordida a mi hamburguesa.

Me miro mal asumiendo que yo había insinuado que era gay, por lo que solo pude reír.

-¿Como sigue tu mano?

Mire la venda que cubria mis nudillos, estaba un poco empapada  de sangre, pero ya no dolía. Me habían servido mucho las pastillas que me dio Andrew mientras veniamos para aca.

-Ya no la siento.-reí bobamente.

-Me gustaría poder convivir más a menudo contigo y tus hermanos.

-Empieza comprando 10 hamburguesas con doble queso.

-¿10?-me miro incredulo.

-¿Esperabas que solo se comieran una?-me reí de nuevo.

-No, pero dije que queria convivir con tus hermanos y contigo, no con el estúpido de Dustin, a el no lo imcluyas en las hamburguesas.

-Trata de ganarte a todos.

-A tu madre siempre le gustaba pedir una cajita feliz. Un juguete para niña era lo que siempre pedía. Aún que ya tuviera 20 años, seguía pidiendola-Una sonrisa nostalgica apareció en sus labios.-Su anhelo siempre fue tener una hija.

-¿Donde estan todos esos juguetes que ella llego a comprar?

-En mi casa, es lo único que mantiene el recuerdo de tu madre claro en mi memoria, despúes de ti.

-¿Por eso sigues pidiendo cajitas con juguetes para niña?

-Ridiculo, pero si.

-Quisiera haber sabido de mi madre antes. Crecí con la falsa idea de que Mireya era mi madre, le di un lugar que nunca se mereció. No debierón de haberme ocultado a Margareth jamás.

-Hay males que son necesarios en esta vida.

-Mi vida es un constante mal.

-Vamos a casa, Ken.

No me quedo más que asentir, despúes de todo el era el que traía el auto.
Antes de salir, pude ver a uno de sus guardaespaldas pidiendo las hamburguesas en el mostrador, solo esperaba que llevara las 10.

Luego de unos largos minutos de angustia, el guardaespaldas del viejo a mi lado apareció con 5 bolsas en sus brazos.

-¿Trajiste las 10?

-Justo como lo pidio tu abuelo.-Me respondio monotonamente.

Me encogí de hombros y me subi a el carro de mi abuelo, en la parte trasera.
Pronto, los otros dos hombres se subieron al automovil, y el mastodonte lo puso en marcha.

El diario de Venus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora