El diario de Venus.

Veintiséis. (final)

-Déjame comprenderlo.-Talle mis ojos, para tratar de ocultar las ganas que tenía de llorar después de haber escuchado toda lo que Blake me había contado.-¿Me dejaste por que Colton te lo ordenó?-Él asintió.-¿Y si no lo hacías mataría a tus hermanos?

-Así es, Kendall, y yo no podría soportar que les hicieran algo por mi culpa. Me he encariñado mucho con esa familia, jamás había tenido hermanos así Ken.

Asentí lentamente, tratando de acomodar cada una de las ideas que mi cerebro estaba generando.

-¿Y porque irte? Me refiero a la forma en que lo hiciste. ¿Es cierto todo eso de la venganza? ¿Es cierto que Venus fue una mierda?

El sacudio su cabeza, negandolo.

-Mentí.

-¿Porque?

-No quería que me buscaras. Colton específico que si me veía contigo, los mataría. Y si te lo decía probablemente no me creyeras o hubiera salido detrás de mi....-Soltó un suspiro frustrado.-Colton hará hasta lo imposible para tenerte a su lado.

-¿Y que estoy haciendo en este momento, Blake?-Le pregunte ignorando sú último argumento.

Sus cejas se elevaron, con sorpresa en su cara.

-¿Me estas creyendo?-Preguntó incrédulo.

-Va más allá de creerte. Estoy aquí, de todos modos y te busque.

-¿Me amas?

-No lo dejaré de hacer la noche a la mañana, así no funciona esto.-cubri mí cara, evitando sus ojos que me observaban con desesperación.-Pero lo dejaré de hacer.-Sentencie después de unos segundos.

-Merezco eso. Eres mi karma.

-No, no es un castigo que me aleje de ti.

-¿Qué no es un castigo? Maldición Kendall, Te amo. ¿Como crees que me sentire cuando te vea con alguien mas? ¿Cómo crees que me estoy sintiendo en este mismo instante? Me mata de apoco saber que te he decepcionado tanto que tu única alternativa sea olvidarte de mi.

-Debo....-Solloce.-irme.

Y con esas últimas palabras salí disparada de la habitación, corriendo lejos de el, lejos de los sentimientos que me estaban consumiendo.

Era una mierda.
Un vil mierda.

Y esto me ocurría por impulsiva. Debí escuchar más a Blake, debí esperar a Andrew, jamás debí de salir de ese hotel.

En mi mente se repetían una y otra vez fragmentos de la conversación que tuve con Blake antes de que se me ocurriera salir corriendo de la habitación.

Me removí de nuevo, causandome una fuerte punzada en la cabeza, justo donde me habían golpeado.
Solté un sollozo.
Y me removí aún más, tan sólo para ocasionarles dolor a mis muñecas que se encontraban atadas con algo severamente rasposo.

-¿Kendall?-Su voz sonaba preocupada y atemorizada.

Y la reconocí, sabía que era ella.

-¿Mac? Mac habla conmigo, ¿Eres tú?.-Hablé como pude.

Pude escuchar varios sollozos, y respiraciones agitadas. No podía ver, una enorme venda cubría mis ojos.

-Si.-Imaginé que asintió frenéticamente.

-Oh Dios, ¿dónde están tus hermanos?

Otro sollozo.

-Aún no despiertan.