Capítulo 14 -Upss

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Salí de la habitación rápidamente y me dirigí a mi amado cuarto de armas.

Cerré la puerta y solté un fuerte suspiro.

Sonreí malicioso y me fui al closet de armas a mirar cuales de esas podría usar.

-Veamos que hay por aquí –Cogí un martillo– No, esto no. –Lo volví a meter en el closet– Esta Katana no está nada mal. –Mire el arma y toqué el filo de esta dejándola aparte.

Quería usar solo armas blancas, no es momento de usar armas de fuego, no quiero hacer mucho ruido.

Cogí varios shuriken, dos nudillos de latón, navajas medianas, una cadena algo grande con una circunferencia de metal con varios picos y un cuchillo grande de cocina.

Con esto estoy más que preparado, solo falta meter las cosas en mi mochila, y salir.

(...)

Me vestí de negro y tome una capucha para luego colocarme el gorro.

Tenía el pasa montañas en la mano, no lo podía usar como si nada por si había alguna persona paseándose por la ciudad a altas horas de la noche, habrían muchas sospechas.

Nadie conoce el rostro de TM, así que podría estar en una multitud de personas y nadie de ellos sabrá que soy yo.

Salí de la habitación con seriedad y con la mochila colgando en mi hombro.

-¿A donde vas? –Preguntó Amber sentada en el sofá.

-Iré a dar una vuelta.

-Ni tú te la crees. –Soltó una risilla.

-Bien, ¿Quieres que te lo diga? –Rodé los ojos– Iré a asesinar gente. –Di vuelta sobre mis talones y me dirigí a la puerta de salida.

Tomé la manilla de la puerta y la giré lentamente.

-Quiero acompañarte.

Fruncí el seño y me di la vuelta para dirigirle la mirada.

-¿Acompañarme?, estás loca. ¿Quieres ser buscada por la policía y podrirte en la cárcel?, no quiero que te metas en problemas. –Hice una larga pausa– No quiero que seas cómo yo. –Giré por completo la manilla haciendo que la puerta se abriera.

-Como digas, Shawn. –Puso sus ojos en blanco y se cruzó de brazos.

Salí de la cabaña sin decir ni una sola palabra.

Abrí la puerta de mi Jeep y partí rumbo a la ciudad.

(...)

Estaba parado enfrente de tres casas grandes, no sé a donde ir, a sí que tendré que elegir.

-Esta. –Señalé la casa de color blanco.

Me coloqué el pasamontañas y escalé por el portón de la casa tratando de no hacer mucho ruido, luego de unos segundos salté al pavimento.

-¡Diablos! –Miré mi pierna mientras de esta salía sangre.

Por arriba del portón siempre hay unos grandes círculos de metal con púas.

Gracias a esos malditos círculos de mierda me hice un corte.

Me levanté y me dirigí a la puerta de madera.

-Madera, esto es muy fácil. –Solté una carcajada y saqué una cuchilla.

Destroce la manija sin hacer mucho ruido y finalmente entre en la casa.

Estaba completamente oscuro, pero se llegaban a notar unos sillones grandes en la esquina de la sala, ya que lo reflejaba la luz de la luna.

Me senté en un sillón y saqué el Shuriken que traía en el bolsillo, luego agarré la Katana con mi mano y coloqué encima de mi hombro la cadena que tenía, por último puse en mis dedos los nudillos de latón.

Prisionera [Shawn Mendes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora