Capítulo 29 -Nunca

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Tomé mis prendas de vestir y me las coloqué con rapidez al igual que Shawn.

–¿Te gustaría ir a comer? -Preguntó después de colocar el cinturón de su pantalón.

–Tengo algo de hambre. -Reí pasando mis manos por mi estómago.

–Entonces vamos por algo de comida rápida. -Acomodó el cuello de su camisa y tomó las llaves de su auto- Necesito hablar contigo.

Nos dirigimos hacía el Jeep y fuímos rumbo a la ciudad.

Al llegar Shawn parqueó su auto unos cincuenta metros lejos del restaurante de comida rápida.

Caminamos hacía el local y pasamos por las puertas automáticas.

Hicimos fija junto con la demás gente hasta llegar a nuestro turno de pedir comida.

–¿Que gustaría comer? –Preguntó sacando su billetera con un rollo de dólares.

–Una hamburguesa y un refresco. –Miré el menú que una chica nos había visto entregado.

–Entendido. –Chiscó los dedos llamando la atención de los cocineros.

Miró el menú de arriba hacía abajo leyendo algunas de las comidas que traía el local.

Cerró el pequeño folleto y colocó sus dos manos en la barra de cerámica dónde teníamos que esperar o pedir la comida que desearamos.

–Unas papás fritas, un refresco sin hielo y una hamburguesa. –Añadió escogiendo su orden.

–Número trece. En cinco minutos estarán sus pedidos. –Confirmó la rubia.

Nos sentamos en las mesas del fondo y quedamos frente a frente.

Miré los rasgos faciales de Shawn, la pequeña cicatriz en su mejilla, sus ojos brillantes de color café, su cabello rizado, etcétera.

«Es muy atractivo»

–¿Esta es la primera de este año que vas a un restaurante? –Pregunté apoyando mis manos sobre la mesa.

–No voy a un restaurante desde hace muchos años. –Confesó– Se me hace algo difícil, aunque nadie sepa lo que verdaderamente soy. –Bajó su tono de voz para que así nadie lo llegase a escuchar.

–Comprendo, pero ahora a puedes ver que es un tanto agradable. –Sonreí y este tomó mis manos para despues empezarlas a acariciar.

Miré cómo Shawn se removía del asiento para quedar más cerca de mi rostro. Me apegué más a él hasta que nuestras respiraciones de volvieran una sola. Coloqué mis brazos alrededor de su cuello y con lentitud me empecé a acercar a sus labios hasta depositar un beso en ellos.

–Amber.. -Me miró directo a los ojos– No he tenido el valor suficiente para preguntarte –Rascó su nuca con nerviosismo– Tenía que habértelo dicho desde hace mucho –Tamborileó los dedos de sus manos por su pierna derecha– Pero quería saber si..

–¡Orden trece! –Gritó la cocinera para que retiraramos nuestra comida.

–Demonios. –Masculló entre dientes y golpeó la mesa con sus puños. Llamando la atención de la gente que habitaba el lugar.

-¿Qué carajo ven? -Preguntó mal encarando a los tipos que lo veía.

–Creo que debemos ir. –Reí sin mostrar mis dientes y me dirigí con Shawn hacía el lugar.

–Aquí tiene su orden. –Dijo la rubia dándonos nuestra respectiva bandeja.

Me adelanté el paso para dejar la bandeja en la mesa que escogimos. Giré mi cabeza y divisé a Shawn entre la gente que se encontraba dentro del restaurante.

Miré cómo la rubia se acercaba al oído de él y murmuraba algo que no podía llegar a escuchar. Le entregó un papel y luego Shawn se dirigió hacía la mesa con su bandeja.

Quité la mirada de golpe y actúe cómo si no hubiese visto nada.

–¿Viste a esa zorra? –Río mirando a la cocinera.

–N-No, no he visto nada. –Maldije en mis adentros al decir las palabras poco convincentes.

–Oh vamos, sé que nos estabas viendo. –Entrecerro los ojos con una sonrisa burlona.

–Vale –Rodé los ojos divertida– Los ví, pero ¿Qué fué lo que te entregó?

–Me entregó su número de teléfono para que fuese a su casa. –Tomó el papel rompiendo a la mitad y tirándolo al aire.

Solté una carcajada al aire y abrí el envoltorio de la hamburguesa para después llevarla a mi boca.

Le dí un gran mordisco llevándome gran parte de ella.

–¿Y qué querías preguntarme hace un rato? –Le dí un sorbo al refresco.

–Ehm, yo.. –Bajo la mirada y llevó una papa a su boca- ¿Quieres ser mi novia? -Soltó de golpe y luego se removió de la mesa– Iré al baño –Caminó con rapidez hacía el lugar.

Me levanté de la mesa y lo tomé del brazo antes de que diera otro paso más, y lo atraje hacía mi.

–Sí, sí quiero Shawn. –Sonreí y lo abracé por su espalda baja.

–Pensaba que me ibas a dec.. –Le interrumpí poniendo mi dedo índice en sus labios.

–Nunca diría que no. –Negué con la cabeza.

Una sonrisa se formó en su rostro y depositó un suave beso en mis labios.

–Debemos que irnos. –Añadió pasando la yema de sus dedos por mis pómulos- Espérame afuera.

Asentí y dí vuelta sobre mis talones para después dirigirme unos cuántos metros fuera del local.

Esperé unos cuántos minutos y miré a Shawn un cono de helado en cada mano. Sonreí sintiendo cómo la sangre se acumulaba en mis mejillas.

–Te traje helad.. –Un grupo de matones se acercó a él y uno de ellos golpeó su brazo haciéndo que los dos conos de helado cayeran al suelo.

Miré cómo posaba su mirada en los dos helados echos trizas.

Los chicos lo acorralaron y lo empujaron en un callejón alejado de las demás personas.

–Danos lo que tienes en esa maldita billetera. –Escuché las voces de los chicos.

–¡Shawn! –Corrí hacía el empujando a la gente que se cruzaba en mi camino.

Miré cómo forcejeaba con los dos chicos y estampaba sus puños en el rostro de estos.

–¿Por qué mejor no te doy una buena paliza? –Lo tomó del cuello de la camisa y subió su puño, para luego estamparlo en su rostro.

–Veo que traes a una amiga. –Uno de los chicos se acercó a mi y me tomó del cuello. Levantándome hasta que el aire ya no llegara a mis pulmones.

–A ella no la toques. –Tiró al chico al que tenía agarrado y corrió hacía mi. Tomó del cabello al tipo y golpeó el rostro de este en la pared de ladrillos.

Tomé bocanadas de aire ya que me era escaso.

–No saben son quién se están metiendo. –Al dejar su rostro desfigurado golpeó su estómago hasta dejarlo sin aire, para después quebrarle el cuello con sus dos manos.

–Sube al auto y no salgas. –Ordenó mientras forcejeaba con los dos chicos restantes.

Lo miré a los ojos y estos estaban opacados, de una manera extraña. Ya no brillaban cómo hace unos segundos.

Sin nada más que decir corrí hacía el auto y me adentré el.

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Prisionera [Shawn Mendes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora