Epílogo

5K 508 316
                                    

Pasaron cuatro años después de la muerte de Shawn, mejor conocido cómo TM.

Cada día que pasaba me sentía cada vez más vacía, y sin ganas de nada.

Me mudé a una casa en Toronto, Canadá. Y realicé una nueva vida, a cómo quería hacerlo hace cuatro años atrás.

Cada qué despierto por las mañanas veo aquella cadena que me había regalado Shawn colgada en mi cuello, y me recuerdo de todos los momentos que pasamos juntos.

Él me dijo que cada vez que la mirara me recordara de él, y así fué.

No hay momento en qué no pueda recordarme de su hermosa sonrisa, de su cabello, sus ojos, su piel blanca, etcétera.

La famosa cabaña en la que permanecí por muchos meses aún está en el mismo lugar, y cuándo me siento triste por el hecho de no poder estar más al lado de Shawn voy a esa cabaña y miro las cosas que permanecieron ahí.

Cómo aquellas luces que había puesto él, ese día qué me hizo un detalle, las copas de vino deterioradas que estaban en aquella mesa, y demás.

Todo estába cómo antes, cómo sí nada hubiese pasado ahí, sus prendas de ropa seguían en el clóset, sus zapatos, sus armas, etcétera.

Cada mes voy a visitar su tumba, y hoy es uno de los días en los que tengo que ir, para poder visitarlo, aunque sea de esa manera.

Me levanté de la cama, para ir a tomar una ducha de agua fría. Seguidamente salí, y me coloqué una camisa de color negro, un pantalón y unos botines del mismo color de la camisa, para después cepillar un poco mí cabello.

Estando completamente lista salí de mí casa y tomé un taxi que me iba a llevar hacía el cementerio.

Al llegar me bajé de éste y le dí el dinero a aquél hombre que me brindó el viaje.

Caminé con mi mirada baja, y divisé la respectiva tumba de Shawn, por lo cuál decidí caminar hasta esta y ponerme enfrente de ella.

Miré la pequeña foto que tenía colocada su respectiva tumba, haciendo que una pequeña lágrima saliera de mis dos ojos.

En aquella foto se podían apreciar sus rizos, sus labios rojos, los pigmentos de su rostro, entre otros.

Tomé una rosa, qué había encontrado cerca de dónde me encontraba y la coloqué encima de la tierra mojada que estaba arriba del ataúd de Shawn.

–Posiblemente no escuches esto, pero sólo quería decirte que cada día que no estoy a tu lado siento un gran vacio en mi alma. –Sentí un gran nudo en la garganta– Cada día que pasa desearía al menos poder tenerte cerca de mí, para decirte lo mucho que te amo, y te amé. Nunca pensé enamorarme de mí secuestrador, pero la pregunta que es, ¿Quién no se enamoraría de tí? –Sequé una lágrima que bajaba por mi mejilla derecha, con el dorso de mi mano– Sé que cometiste muchos errores, pero todos los cometemos, ya que somos humanos, pero todos los errores que cometiste fueron borrados por el pasado. No todos somos perfectos, pero tú ante mis ojos sí lo eras, tanto así que tus imperfecciones se me hacían igual de perfectas que tú. –Sollocé tapando o boca– Prometo no abandonarte nunca, así cómo sé que tú nunca me abandonarás a mí, aunque estés ahora en otro lugar. Estos cuatro años que han pasado no he podido sacarte de mi mente y mi corazón, porque aunque suene estúpido eres y fuiste el amor de mi vida, y me alegra reconocer que fuí la primera chica que hizo sentirte por primera vez el amor. –Añadí, y un recuerdo nubló mi mente–.

Flashback.

–No soy el mejor novio.. –Negó divertido– Pero por ti, trato de serlo.

–Lo eres –Miré su rostro, y este tenía los ojos entrecerrados ya que el sol se reflejaba con intensidad sobre este– A pesar de tus errores, siempre seguiré a tu lado, ¿Oíste?

–Y yo siempre estaré al lado tuyo –Beso mis labios con suavidad y luego se separó para mirarme– Y te juro que nadie va a impedir eso.

Fin del flashback.

–¿Siempre juntos? –Pregunté mirando hacía aquella tumba–.

El viento resopló en mi rostro, haciendo que mis cabellos se movieran mediante el acto.

–Siempre juntos. –Finalicé.

Seguidamente recordé la letra de una canción llamada "Umbrella" qué empecé a escuchar hace poco, y cada vez que lo hacía me era imposible no recordar a Shawn.

Solté un leve suspiro, y pronuncié una de las líneas de aquella canción;

–Tienes mi corazón, nunca seremos mundos separados, tal vez en revistas, pero tú seguirás siendo mi estrella, porque en la oscuridad no puedes ver carros brillantes, y es ahí cuándo me necesitas. –Una lágrima brotó de mis ojos y cayó al suelo– Porque cuándo el sol brille brillaremos juntos, te dije que estaría aquí por siempre, dije que siempre sería tu amiga. –Mascullé con un hilo de voz– Hice una promesa de que te llevaré hasta el final. Ahora que está lloviendo más que nunca, sabiendo que nos tenemos el uno al otro. –Hice una breve pausa, para tomar un poco de aire, y regularizar mis lágrimas– Puedes estar bajo mi sombrilla. –Sonreí de manera triste, soltando unas cuántas lágrimas. Estas cosas lujosas nunca se interpondrán entre nosotros, eres parte de mi entidad, de aquí a la eternidad. Cuándo la guerra haya tomado su parte, o cuándo el mundo haya tomado sus cartas, sí la mano es dura, juntos repararemos tu corazón.

Con mi dedo índice escribí en la tierra húmeda que cubría el ataúd de Shawn la palabra “forever”.

Cómo una pequeña muestra de que siempre iba a estar ahí para él, de aquí hasta el final de mi vida.

(It's raining, raining
Ooh, baby, it's raining, raining
Baby, come into me
Come into me
It's raining, raining
Ooh, baby, it's raining, raining
You can always come into me)

–Está lloviendo, cariño, está lloviendo– Sollocé sin dejar de soltar lágrimas– Cariño, ven hacía mí. Siempre puedes venir hacía mí. –Con cada palabra que decía sentía cómo mis pulmones colapsaban, y mi voz no quería salir– Cariño, está lloviendo, siempre puedes venir hacía mí.

«Siempre puedes venir hacía mí»

Prisionera [Shawn Mendes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora