Capítulo 18 -Maratón 4

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Maratón (4/5)

Haciendo que lo deseara cada vez más.

Enrede mis dedos en su cabello y lo atraje más a mi haciéndo este soltara un leve gemido. Estábamos en pie, así que decidí llevar mis manos a su espalda y meter mis manos por debajo de su camisa, acariciando su torso desnudo.

Rápidamente Shawn se separó de mi, abriendo los ojos cómo plato y dejando soltar un suspiro.

-No puedo. -Soltó llevando sus manos hacía su rostro.

-Pero.. -Fuí interrumpida.

-¡No puedo Amber! -Levantó la voz- No quiero pasarme de mano contigo, no puedo dejar que alguien cómo tú comparta algo así con alguién.. cómo yo. -Bajó la voz y acomodó su cabello.

Me quedé muda, no podía decir ni una sola palabra, sentía la garganta trabada. Mis ojos estaban abiertos y sin parpadear, mirando fijamente a Shawn sin ninguna expresión.

-Fuí yo quién te besó, no fuiste ni siquiera tú. Eres un ser humano, cómo yo. -Solté de repente, callandome al instante.

-El infierno no se puede juntar con el cielo. -Tiró de sus cabellos.

Sentía mi pecho comprimido, mis pulmones colapsando, mi cuerpo frío y un nudo en la garganta. Sabía que si hablaba iba a llorar.

-No soy para ti -Hizo una pausa- soy malo para tú vida.

-Shawn -Dije tratando de sacar alguna palabra, pero ninguna salía de mi boca.

-No quiero hacerte más daño. -Negó con la cabeza sentándose en el sofá.

-¿Por qué te preocupas por si me haces daño o no? -Pregunté con un hilo de voz.

-Porque te amo. -Alzó la voz viéndome con sus ojos cristalizados.

Rápidamente se levantó del sofá y camino hacía su habitación cerrando la puerta de un golpe.

Me quedé paralizada, sin mover ni un solo musculo, repitiendo en mi cabeza las palabras que hace unos segundos salieron de la boca de Shawn.

¿Cómo él puede amar a alguien?, ¿Qué tengo yo para poder lograr que Shawn sienta amor?

Miles de preguntas invadieron mi cabeza y un chasquido me hizo olvidarme de mis pensamientos.

Con rapidez me acerqué a la puerta de la habitación de Shawn, acercando mi mano poco a poco para tocar. Mi mano temblaba y sudaba al mismo tiempo.

-¿Shawn? -Pregunté dando toques a la puerta.

-Amber, ahora no quiero hablar, ¿Si? -Contestó por detrás de la puerta.

-Déjame entrar. -Insistí.

-Necesito estar solo.

Sin más que decir me alejé de la puerta con la mirada baja y me fuí hacía mi habitación.

Narra Shawn.

¿Fue tan necesario decírselo? Me siento todo un idiota al sentir amor por alguien.

Esta es la primera vez que siento este tipo de sentimiento hacía una persona. ¿Cómo puede ella hacerme sentir esto?

No sé qué hizo para lograrme sentir amor, simplemente es inexplicable. Ella cambió mi vida por completo, me hizo sentir sensaciones indescriptibles, e incluso me hizo sentir por primera vez el amor.

Pero no puedo estar con ella, simplemente no.
No quiero hacerle daño, soy malo para ella y para su vida, supongo que Amber necesita a alguien mejor que yo.

Me tumbe en la cama y comprimí mi cabeza en una almohada con fuerza.

Solté un grito ahogado y no pude contener las ganas de llorar, así que las lágrimas empezaron a caer desenfrenadamente por mis mejillas.

Me levanté de la cama y me dirigí hacía la pared, para empezar a golpearla con fuerza.

-Necesito ser fuerte, malditasea. -Seguí golpeando con mis puños la pared, haciendo que la madera se hicieran pedazos.

Las maderas empezaron a abrirse y a dejar un hoyo del tamaño de mis puños en ellas. La sangre salía de mis manos, haciendo que mis nudillos quedaran peor que la vez pasada.

Cada vez mis golpes eran más fuertes, y cada vez había más sangre saliendo de mis manos.

Soltaba gemidos de dolor, pero al seguir golpeando mis manos estaban completamente dormidas y el dolor fue reemplazado.

Narra Amber.

Empecé a escuchar golpes estruendosos desde mi habitación así que salí inmediatamente para observar que ocurría.

Al llegar a la sala escuché gritos de Shawn provenientes de su habitación.

Los golpes cada vez eran mas intensos, hacían que mis oídos quedarán aturdidos.

Me dirigí hacía la puerta de su habitación y empecé a golpearla.

-¡Shawn abre la puerta! -Alcé la voz tocando la puerta con más fuerza.

-Eres un maldito débil. -Decía Shawn mientras esos golpes seguían sonando.

-Abre, por favor. -Insté aún tocando- Shawn, ábreme la puerta. -Seguía forcejeando con la manija.

Él no me hacía caso así que decidí retroceder de la puerta y correr hasta tumbarme en ella.

El primer golpe hizo que la puerta crujiera, pero no fue suficiente para derribarla.

Retrocedi nuevamente y corrí con más rapidez y volví a tumbar la puerta con todas mis fuerzas, golpeándola con mi hombro haciendo que este tronara. Solté un gemido de dolor y volví a tumbarme en la puerta haciendo que esta se abriera.

Caí al suelo y levanté mi cabeza, viendo a Shawn con sangre en las manos. Las paredes estaban cubiertas de sangre y habían trozos de madera por todos lados. Si no lo alejaba de ahí rápidamente se podría quebrar las manos, o incluso desangrarse.

-¡Shawn, ya basta! -Grité- Detente. -Lo alejé de la pared con fuerza.

Éste tenía las manos y los nudillos en carne viva, podía ver la carne hinchada saliéndose por los huecos, y la sangre saliendo de sus manos.

Juro que si no lo quitaba de ahí podría hasta ver sus huesos.

-Mira lo que te has echo. -Tome sus manos con delicadeza y con mis ojos cristalizados.

-Lo siento, no me pude contener. -Soltó algunas lágrimas.

Su aspecto había cambiado completamente, su cabello estaba despeinado, su cuerpo estaba sudado, sus manos estaban casi destrozadas, sus ojos ya no brillaban cómo antes, su mandíbula estaba tensa y sus pupilas estaban dilatadas.

No pude contener las lágrimas y estas se desbordaron por mis ojos hasta llegar a mis mejillas. Mi pecho estaba comprimido nuevamente, sentía un revoltijo en estómago, mi respiración estaba entrecortada y mis piernas temblaban. Sinceramente me partió el alma verlo así.

-No te hagas más daño, te lo ruego. -Supliqué entre llanto.

-Ayúdame. -Sollozó lanzándose a mis brazos.

Lo apreté en mi cuerpo con fuerza y lo abracé cómo si el mundo se estuviera cayendo.

-Me duele saber que no me ves de la misma forma en que yo te veo. -Me abrazó más fuerte tratando de no lastimar sus manos- Te amo, y por eso tengo miedo, tengo miedo de que no me ames cómo yo a ti.

Sentí un escalofrío recorrer por mi espina dorsal mientras mi corazón latía a mil por hora.

-Shawn. -Dije llamando su atención.

-¿Si?

-También te amo.

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Prisionera [Shawn Mendes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora