Prisionera [Shawn Mendes]

Capítulo 28 -Daddy

-Lo será, pero esta vez te haré lo que me plazca.

La empujé contra el colchón y saqué una soga.

Me dirigí hacía ella y empecé a quitar sus prendas de vestir, hasta dejarla completamente desnuda.

«Tentador, me gusta»

-Esto lo usarás más tarde, bebé. –Coloqué la soga a un lado de mí.

Quité mi camisa y la arrojé al suelo con brusquedad, para luego quitar el cinturón de mi pantalón.

-Ponte en cuatro. –Ordené y esta se puso en esa posición.

Me acerqué con sensualidad a su oído empecé a morder su lóbulo.

-¿Qué tal si por hoy me dices Daddy? –Di una palmada en su trasero hasta dejar roja la zona.

-Dame lo que tengas, Daddy.

Le miré pícaro y tomé un preservativo de el cajón que quedaba cerca de la cama.

Quité mi pantalón al igual que mi bóxer.

Coloqué el condón en mi miembro mientras este llegaba a la erección.

-¿Estás lista para que papi te folle? –Hablé con mi respiración entrecortada.

Froté violentamente su clítoris haciéndo que un gemido ahogado saliera de sus labios.

-Si. –Pronunció apenas, mientras que en mi rostro se reflejaba una malévola sonrisa.

Dirigí mi miembro hacia su encaje vaginal, encargándome de adentrarme con agilidad en lo profundo de ella.

-Así se hace muñeca. –Continúe, sin necesidad de frenar mis bruscas embestidas.

Un desgarrador gemido salió de lo profundo de su garganta, haciendo que este resonara contra las cuatro paredes de aquél lugar.

Tomé su cabello y lo halé hacía atrás mientras nuestros sexos se unían y se separaban con intensidad, generando que el choque de sus glúteos junto con mi zona pélvica fuesen un sonido más para el acto.

-Muévete para mi. –Coloqué mis dos manos en su cintura, enterrando sobre su piel mis dedos hasta provocar unas rojizas marcas.

Aquella asintió, generando algunos movimientos en forma perpendicular con la ayuda de su ensanchadas caderas, chocando una y otra vez contra mí.

-Dios mío, Shawn. –Gimoteó al sentir como mi masculinidad estimulaba su punto g.

-Daddy. –Corregí.

-Deja que haga algo. –Suplicó mientras aún gemidos salían de su boca.

-Ah, Ah –Negué con la cabeza– No puedes hacerme nada, sólo yo tengo el dominio ahora.

Bajé mi cabeza hacía su espalda y empecé a recorrer mi lengua en ella.

Coloqué mis dos manos en sus senos y comencé a masajearlos mientras con sutileza, dejando que las yemas de mis dedos recorrieran de vez en cuando sus pezones.

Narra Amber.

Me dí vuelta boca arriba para poder mirar su perfecto rostro.

Aquél hombre se colocó por encima de mí, mientras sus manos se reposaban a ambos lados de mi cabeza para sostener su propio peso, luego de ello atacó mis labios a como lo haría un depredador con su presa.

Al momento de sentir que su lengua toca la mía puedo percibir el sabor a alcohol. Un gemido incontrolable salió de mis labios al sentir como sus dedos hacían presión contra mi centro.

Inconscientemente abrí mis piernas unos centímetros más, mientras que él hace presión sobre mi intimidas con su bulto.

El mayor se removía de arriba hacía abajo llevándome cada vez más cerca del orgasmo.

Tomó la soga con sus manos. Me moví hacía atrás y este juntó mis las mías para generar un fuerte soporte. Me acosté y tendí mis brazos hacía atrás de mi cabeza.

Shawn se acercó a mí y estiró la cuerda, luego amarró mis dos manos. Quedando así completamente a su merced.

-Eres una buena niña. –Sonríe y mete su dedo de golpe en mí.

Solté un jadeo y arqueé mi espalda mientras mordía con fuerza mis labios. El comenzó a mover sus dedos con movientos lentos, mientras ahora introducía otro en mi feminidad, reemplazando los movimientos lentos por unos más bruscos.

Seguidamente comenzó por mover su lengua en mi punto sensible mientras lo único que podía hacer era sentir placer.

Sopló mi feminidad haciendo que sintiera un pequeño escalofrío recorrer mi cuerpo. Hice mi cabeza hacía atrás gruñendo.

Él empezó a pasar su lengua por mi centro, haciéndo que cerrara mis ojos disfrutando de lo que sólo él me hace sentir.

Se separó de mi y volví a ver sus ojos brillantes de color café.

-Déjame hacerte algo papi –Supliqué– Quiero tocarte.

-Así que quieres hacerme algo –Subió su ceja derecha y una sonrisa pícara se formó en sus labios– Te dejaré hacerme lo que quieras.

Safó la soga de mis manos y la arrojó al suelo.

-¿Quieres chupar la polla de papi? –Preguntó mojando sus labios– Entonces ven aquí.

Masajeó su miembro hasta ponerlo aún más erecto.

Tomé su masculinidad entre mis manos y lo presioné suavemente, para así mismo mover aquella de forma en que pudiera generarle un exitante placer propio.

Shawn inclinó la cabeza hacía atrás dejándose caer en un delirio de placer.

Adentré su miembro en mi boca, mientras procedía a recorrerlo con mi tibia lengua, dejando que mi cavidad bucal fuese explorada por el mismo.

-¡Joder! –Se levantó y comenzó a empujar de atrás hacía adelante sus caderas para tener aún más adentro su sexo en mi boca. 

Algunas arcadas fueron presentes, por lo cual mis ojos se comenzaron a poner llorosos.

Shawn bajó la velocidad y aproveché para agarrar su masculinidad con mis manos y limpiarme las lágrimas. La adentré de nuevo en mi boca y él comenzó a repetir sus acciones, entonces sentí como su sexo se endurecía entre mi boca.

Saqué mi lengua y lamí aún más su miembro erecto. Lo fui metiendo más profundo a mi boca, al grado que llegase hasta el inicio de mi garganta.

Seguidamente lo removí de tal lugar y comencé a brindarle manipulación manual.

Sé que se va a correr en algún momento, así que abro mi boca y saco la lengua, él comienza a pasar su mano de arriba hacía abajo en su miembro con rapidez hasta que sale ese líquido blanco.

-La mejor mamada de todas. –Ríe y deposita un dulce beso en mis labios.

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¡La Quinta Habitación »Shawn Mendes« ya está publicada!
¡Corran a leerla! ❤ Espero que les agrade, y me apoyen en esta nueva obra.