ᴄʜᴏϙᴜᴇ ᴅᴇ ᴍᴜɴᴅᴏs《ʀᴜɢɢᴀʀᴏʟ》(Terminada)

° (8) ¿Amigos? °

Narra Ruggero:

Karol es una chica muy valiente, su historia me dejo totalmente sorprendido. Ella sufría de maltrato psicológico y físico por su propia madre, hermana y primo. Prometo que esperaba otro tipo de historias, jamás imagine que detrás de la chica fría se escondiera tanto dolor. Me da cólera como el hijo de puta de su primo estuvo a punto de matarla solo porque los descubrió en pleno acto sexual con su otra prima. Juro que si algún día me lo encuentro le romperé la cara.

Pero, ahora eso no es lo que necesita Karol. Ella necesita un amigo, y estoy dispuesto de serlo.

—Karol— siento su respiración calmada por lo cual me atrevo a llamarla— tienes todo mi apoyo, y te aseguro que no te volverán a tocar ni un solo cabello—levanta su mirada tras escuchar mis palabras, le sonrío lo cual ella imita mi acción.

—Muchas gracias—susurra, la miro confundido. 

—¿Por qué?—pregunto. 

—Por todo—responde—me tratas bien cuando yo te he tratado como una mierda. No me dejaste tirada ayer, me ayudaste. Gracias—baja la mirada. Sonrio, ella poco a poco levanta su cara.

—No hay de que ojitos—susurro a lo que ella se sonroja y en una acción rápida me vuelve a abrazar.

<< Se ve tan tierna >> 

—Lo lamento fue un impulso—se disculpa separándose,  río mientras niego.

—No hay ningún problema ojitos—ahora soy yo quien la abraza— ¿viste que no hay problema?—susurro divertido en su oreja a lo que reímos. Al separarnos ella se acomoda (sienta) quedando frente a mi—¿amigos?—pregunto extendiendo mi mano. 

—Amigos—susurra tomando mi mano, me quedo mirando sus lindos ojos por un momento.

—El doctor a dicho que tienes que descansar y tomar más agua—digo al darme cuenta que estaba siendo muy evidente— iré por el agua— digo levantándome— las pastillas las tienes que tomar por tres días cada ocho horas para que todo los dolores que siente se vayan, ¿entendido?—ella me mira para luego asentir riéndose, sonrió—¿de qué te reís?—cuestiono.

—¿Cómo quieres que te llame Ruggero o Doctor Ruggero?—bromea soltando otra carcajada. 

Sonrió mirándola.

—Cariño, ¿la chica ya despertó?—la voz de mi madre genera que la risa de Karol cesará y yo volteará a verla.

—Si mamma—respondo, veo como entra dejando el vaso de agua a un lado y mirándonos con una sonrisa, volteo a ver a Karol que tenía una confusión en su cara—Karol esta mejor— afirmo, mi madre se coloca a mi lado y le da una sonrisa a lo que la mexicana imita su acción tímidamente.

—¿Así que te llamas Karol?—pregunta mirándola a lo que asiente— hola Karol, yo soy Antonella mamá de este jovencito muy desordenado que felizmente lo arreglo todo para que no encuentres nada inadecuado— bromea y las dos ríen— ¿cómo estas linda?—mi madre se sienta a su lado. 

—Mejor señora Antonella, gracias—responde con una sonrisa tímidamente.

—Pequeña solo dime Antonella o simplemente Anto, me siento vieja cuando me dices señora—vuelven a reír— ten, te toca tomar la pastilla— toma el vaso que dejo en la mesa cercana y le paso las pastillas, mi madre se las entrega a Karol quién traga la pastilla— te dejo descansar linda, nos vemos luego— se levanta con el vaso vacío en mano—Cuídate— tras darle una última mirada a la mexicana, me guiña el ojo para salir.