Karol Sevilla dueña se una de las mejores empresas a nivel de Argentina. Es su vida nada es fácil y menos teniendo a una mamá que la culpa de una muerte y a la hermana que busca hacer la vida imposible. ¿Cómo su propia familia es capaz de ello?
Rugg...
Miro a mi alrededor y me toco la cabeza cerrando los ojos.
<< Todo fue un sueño >>
¿Cómo llegue a mi departamento? Y creo que me quedaré con la duda siempre, nadie me respondería y menos Ruggero que por poco que me hablo ayer esta enojado conmigo.
Voy a mi cocina para prepararme un café y dejar de pensar en tonterías.
Sonrío al pensar que Santiago llega mañana. Digamos que él es la única persona con la cual no me siento incómoda.
Empiezan a tocar mi timbre con desesperación.
—¡Voy!—grito, pero, la persona seguía.
<< ¿Qué mierda? >>
Al abrir me encuentro con mi mejor amiga y una mirada pérdida.
—Valu, ¿qué te paso?—cuestiono preocupada.
Ella me mira enojada.
—¿Por qué lo hiciste Karol?—solloza.
—Valu no fue mi intención—digo rápidamente.
—¡¿Cómo que no fue tu intención?!—chilla enojada y las lágrimas resbalaban por su mejilla.
—Si Valu, yo no quería—
—¡Eres una—grita pero se tranquiliza antes de poder decirme cualquier calificativo negativo— no tenías porque enseñarle esa foto, y mucho menos darle entender que hubo algo más que un beso, ¡cuando en realidad no paso nada!—frunzo mi ceño ante sus palabras.
—¿Qué foto?—pregunto confundida.
Valentina saca de su bolso un sobre, me lo tiende.
Al abrir mi sorpresa aumenta.
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No te imaginas lo que hicieron luego de ese momento querido Mike.
Atte: Una amiga que te quiere ayudar.
—Valentina yo n—
—Lo acabas de confirmar Karol, no es necesario mentir—dice limpiándose las lágrimas— no se que ha pasado contigo. Estos dos meses que no hable contigo o no salíamos a pasear me sentí de lo peor, pero, tú ni un "¿como estas?" te animabas a decirme.—sonríe triste bajando la mirada— fuimos mejores amigas por años y la promesa que hicimos se fue a la mierda. Prometimos que ningún chico nos iba a separar, y ahora miranos—nos señala— no podemos ni mantener una conversación de cinco minutos sin sentirnos mal y todo por el idiota de tu amigo.—frunzo mi ceño enojada.
