Karol Sevilla dueña se una de las mejores empresas a nivel de Argentina. Es su vida nada es fácil y menos teniendo a una mamá que la culpa de una muerte y a la hermana que busca hacer la vida imposible. ¿Cómo su propia familia es capaz de ello?
Rugg...
Después de escuchar todas los proyectos de las diferentes empresas nos dieron un descanso donde puedes pasar a elegir diferentes platillos que se encontraban en el buffet que consistía de diversos platos internacionales, sinceramente no tenía apetito y solo opte por un frappuccino de frutas ya que tenía la garganta seca después de aquel discurso. Miro a Ruggero y lo veo con su boca llena de brownies, yo solo reí, se ve muy gracioso, me mira y sonríe con su boca llena.
—Termina de comer uno para que comas otro, y por favor despacio— digo riéndome, él asiente y noto como poco a poco desaparece el bulto que tenía en sus cachetes, pero en su labio tenía migajas del brownie.
Agarre un servilleta riéndome suavemente, me acerque a él y lo pase delicadamente por las partes donde estaban aquellas migajas, él me miraba directamente a mis ojos y yo a los de él, luego de segundos noto como baja su mirada a mis labios y sin evitarlo hago lo mismo.Después de unos minutos con nuestras miradas perdidas en el otro, una tos falsa nos separa, volteamos hacia aquella persona quién interrumpió nuestro "momento".
—Buenas noches—nos dice una voz conocida muy conocida, pero, para nada agradable en mi gusto.
—Maricielo que gusto verte acá—dice Rugge y se acerca a ella para saludarle con un beso en la mejilla, hice lo mismo por respeto.
—Digo lo mismo—responde sonriendole e ignorándome por completo.
<< Perra >>
—El proyecto que presentaron fue muy bueno. Felicidades.—dice sonriendo.
La muy cínica si estaba bonita. Llevaba un vestido que resaltaba su figura, su maquillaje la beneficiaba y odiaba eso.
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—Gracias—respondo por los dos— ese vestido te sienta bien—digo fingiendo mis palabras.
—Gracias, es un vestido exclusivo—presume sonriendo, quiero rodar los ojos pero me contengo— a ti también ese vestido te queda...— se queda callada para mirarme de pies a cabeza—bien.— por fin la hipocresía que tenía con nosotros se hace notorio con aquel gesto de disgusto disfrazado de alegría que hizo.
Juro que la voy a matar. Iba a responder pero un italiano me gano.
—Yo pienso que está muy hermosa—dice Rugge mirándome y agarrando entrelazando nuestras manos. Me sonrojo ante su mirada.
—Claro. Claro. Esta muy...hermosa—interviene Maricielo con una falsedad notoria.
Ella nos examina y su mirada queda en nuestras manos entrelazadas. Sonrió victoriosa.
—Bueno nos vemos. Suerte... que la necesitan—dice "educadamente", pero, lo último lo susurra por lo que solo lo escucho yo.
No sé porque no la había visto en conferencias pasadas, me hubiera encargado de dejar en alto la imagen de mi empresa (más de lo que es) y opacarla.
