Capítulo 37

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Dos meses más tarde

Narrador Omnipresente

—¿Qué opinas de en lugar de utilizar este tipo de sabanas no utilizamos estas?—Elizabeth señalaba la sabana de algodón de color azul oscuro y otra de color celeste.—Para las habitaciones de los chicos es una buena idea, el material es hipoalergénico y de muy buena calidad además de ser cómodo.—Dijo Victoria estando de acuerdo con Elizabeth, el Child Smile iba cada vez mejor, John había llegado hace dos meses de España y Elizabeth estaba un poco menos atareada en la empresa y como Victoria no tenía mucho tiempo ahora la castaña se las había ingeniado para convencerla de que la ayudaría con respecto a la decoración. No es que Elizabeth fuera una profesional en el área pero Victoria había decidido aceptar después de ver la manera en que había ayudado a decorar el hotel AurGes en Holanda. Ciertamente tenia bueno ojo.

—¿No crees que deberíamos tomar un descanso?—Pregunto Victoria mientras tomaba una taza de café. Ambas habían estado allí en el la oficina de Victoria desde las siete de la mañana y ya era más de las tres de la tarde casi ocho horas con solo unas donas en la barriga.

—Tengo hambre.—Dijo la pelirroja haciendo un puchero que hizo reír a Elizabeth.—¿Qué te parece si vamos a mi departamento y te preparo una deliciosa comida?—Propuso Elizabeth levantándose de la silla y caminando hacia la pelirroja.

Las manos de Elizabeth se posaron en los hombros de Victoria masajeándolos mientras la castaña se acercaba al oído de Victoria.—¿Y te preparo un delicioso postre?—Dijo en susurro Elizabeth, el bello de la pelirroja se erizo causando una sonrisa de superioridad en la castaña al ver la reacción que había tenido la pelirroja.

—Me parece perfecto.— Dijo Victoria levantándose y dándole un beso leve a la castaña.

Elizabeth no hizo más que sonreír victoriosa y caminar a recoger su bolsa, desde el otro extremo de la bolsa se pudo deleitar con el hermoso trasero que tenía la pelirroja. — ¿Sabes lo sexy que te ves con esa falda?—Pregunto mientras se mordía el labio inferior.

—Lo se cariño por eso la uso.—Dijo guiñándole el ojo y saliendo de la habitación con ese contoneo de caderas que hacia desvariar a la pobre castaña.

Victoria había alquilado un pequeño estudio arquitectónico para su estadía en Londres. Sabía que tenía que hablar pronto sobre eso con Elizabeth. Jeison ya había llamado a la pelirroja para informarle que tres proyectos la esperaban al llegar, sin contar el proyecto con el señor Torres que ya estaba en marcha.

Al llegar al departamento de Elizabeth, Victoria se dejó caer en el sofá seguida de Elizabeth la cual ya tenía una copa de vino en la mano.—¿Siempre haces lo mismo?—Pregunto con una sonrisa la pelirroja. Elizabeth asintió.

—Es un habito. —Dijo con simpleza terminándose la copa.—Bien le preparare a mi bella novia de comer.—Dijo levantándose del sofá dándole un beso en la frente a Victoria y desapareciendo hacia la cocina. Dejando a Victoria sola la cual estaba dividida entre decirle o no sobre que en cuatro meses tendría que volver a Boston. Victoria se froto la cara con las manos con frustración.

Y decidió ir a la cocina para evitar pensar en ello.—¿Te puedo ayudar?—Pregunto entrando a la cocina. Elizabeth ya tenía las mangas de su camisa celeste arremangadas. Mientras cortaba a gran velocidad las verduras.—¿Puedes buscar el Bol número cinco en el cajón de arriba?—Dijo señalando con el hacia su derecha.—Por supuesto.—Dijo Victoria sonriendo.—Esto es genial ¿No?—Dijo Elizabeth sonriendo.

—¿Qué?—Pregunto Victoria.

—Esto, tú y yo aquí así. Somos profesionales, exitosas, jóvenes ¿Qué más podemos pedir?—Por la mente de la pelirroja la única palabra que paso fue Jeison, ella amaba a Elizabeth de eso estaba segura y haría todo lo posible por quedarse con ella, ya no iba a huir más. Victoria sonrió enormemente.—Mmm, podemos pedir pasar el resto de nuestra vida juntas.—Dijo dándole un pequeño beso.—Suena tentador, pero tu harás la cena.—Dijo Elizabeth llenando de mantequilla la mejilla izquierda de Victoria.—Eres horrible.—Dijo limpiándose la pelirroja.—Con un pan tostado sabría increíble.—Se burló la castaña mientras recibía un pequeño golpe de la pelirroja en el hombro.

Pelirrojo Enredo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora