Capítulo DOS

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No puedo dejar de pensar en la mujer payaso

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No puedo dejar de pensar en la mujer payaso... La observé retirarse después de unas horas con Yvonne, conversaban muy animadas. Seguro se lo habían pasado bien con los niños. Me desilusioné al ver que no miró hacia la camilla donde estaba, al menos creí que iba a ver el color de su cabello. Aún siento el contacto de sus manos en mis bíceps, sus labios en los míos... Mi corazón golpea fuerte en el pecho de solo pensar que fue el mejor beso que recibí en mi maldita vida. Las relaciones que tuve en el pasado, fueron una peor que otra. La mayoría por interés y no por amor, nunca vi una mujer interesada por mí, por lo que soy. Les importaba mi nombre y mi reputación en el mundo del handball. En cambio, ella no tenía idea de quien era. Por la mirada de su amiga, ella si supo. Al ser jugadora de handball, era lo más obvio.

Después de pasar toda la noche en observación, hoy me darán el alta y volveremos a Cerkno. El torneo comienza en dos días, quiero saber al menos si va a verla jugar. Quiero reconocerla sin su maquillaje, esa mirada quedó grabada en mi mente y pedirle una cita. No soy de lanzarme de cabeza antes de conocer a la persona, pero ella es la indicada. Quiero tener a alguien a mi lado y no quiero que su amiga se enoje por alejarla... Estamos a unas horas de distancia y puede visitarla las veces que quiera. No sé porqué planeo un futuro con una mujer con la que ni siquiera conozco, pero hay algo en ella que hace que me vuelva un estúpido. Si me permite el medico, me voy a quedar hasta que termine el partido de Tokaj FGY y después seguir con mi vida. Solo me conformo con saber su nombre.

Salgo de la habitación hacia la oficina del medico para firmar el alta. Las muletas debajo de mis axilas es algo tan incómodo que me maldigo lesionarme y usarlo. No entiendo nada de lo que me dice, solo asiento para no quedar mal. Uno piensa de porque sea deportista, debemos saber todos los idiomas y muchos no tenemos el cerebro como para aprender a hablar en cinco idiomas, apenas se manejarme con el inglés y me parece que es lo justo. En un momento de distracción le pido al que está a mi lado que resuma lo que dijo, solo asiente y vuelvo la mirada al hombre de bata blanca. Solo quiero salir de aquí y comenzar con la rehabilitación lo más rápido posible.

- ¿Puedo empezar la rehabilitación en la ciudad?- le pregunto cuando estamos afuera y el frío se hace sentir un poco- Al menos estos días, hasta la semana siguiente que lo pueda seguir en Cerkno. ¿Qué te parece?- lo miro esperando su respuesta mientras las gomas de las muletas golpean mis zapatillas.

- No puedo decidir yo.- mira hacia un lado hasta que aparece un taxi- Iremos al aeropuerto y me comunicaré con ellos.- se refiere al cuerpo técnico y asiento.

Subimos al vehículo y pide el viaje al aeropuerto. Observo las casas y los edificios que quedan atrás, deseando que me dejen pasar unos días en la ciudad y la semana siguiente seguir con la recuperación. Y de nuevo está ella en mi mente... Este es un momento en la vida en la que no entiendo el funcionamiento de mi cerebro, cuando toda mi vida temí por los payasos por culpa de mis hermanos y ahora no dejo de pensar en una linda payasa. Irónico, ¿No? Pero no puedo quitar de mis pensamientos esos ojos celestes, esa hermosa sonrisa ni mucho menos la sensación del contacto de sus labios unidos a los míos. No me importa si hay mucha diferencia de edad, notando que parecía ser una mujer muy joven pero es el corazón quien elige. No puedo olvidarla... ¡Dios, estoy a un paso de volverme loco por una persona que no conozco!

Mi Destino, tu CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora